Sánchez arremete contra Guindos tras el revés del BCE al impuesto a la banca
Las entidades celebran el dictamen del organismo aunque creen que no lo frenará
El Gobierno mantiene su apuesta por el impuesto temporal y con carácter extraordinario a la banca, una de las medidas estrella para contener los precios que Pedro Sánchez anunció en el debate sobre el estado de la nación, pese al rechazo que ha generado en el Banco Central Europeo (BCE), partidario de trasladar el nuevo impuesto a los clientes. El presidente del Gobierno fue contundente en un gesto nada habitual, en el que señaló al vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, por el dictamen con el que el organismo que preside Christine Lagarde ha instado a La Moncloa a realizar un “análisis exhaustivo” sobre las consecuencias que podría tener el gravamen, por ejemplo, en la concesión de crédito.
“He escuchado al señor De Guindos decir que solo quiere ayudar. Fue ministro de Economía del Gobierno del PP artífice del rescate al sector financiero que no iba a costar un euro a la sociedad española, previamente fue responsable de Lehman Brothers, hoy es vicepresidente del BCE... Le agradezco sin ninguna duda las ganas de ayudar del señor De Guindos”, afirmó ayer Sánchez a la finalización de la cumbre que España y Portugal han mantenido en la localidad lusa de Viana do Castelo. Y remachó: “Agradecemos sus consejos, pero vamos a seguir adelante”.
Sánchez remarcó así que, pese a los recelos del BCE, el Gobierno “continuará con su hoja de ruta” para aprobar el impuesto, “sobre todo a la luz de los beneficios” que se han conocido los últimos días de las entidades bancarias. “Está justificado que arrimen el hombro durante estos tiempos tan difíciles que están atravesando los españoles”, sentenció. El presidente y líder del PSOE confía en que el gravamen “no se traslade a los clientes” de las entidades, justo lo contrario que propone el BCE. Esta institución cuestiona que el sector no pueda cargar el coste del gravamen extraordinario a los usuarios de la banca y espera que las entidades “reflejen en los precios de los préstamos todos los costes pertinentes”. Es decir, incluyendo también el impuesto. El gravamen, que busca recaudar 3.000 millones en dos años, consiste en aplicar un tipo del 4,8% sobre el margen de intereses y comisiones netas de los bancos por su negocio en España.
El sector financiero esperaba con ansia el dictamen del BCE sobre el impuesto extraordinario a la banca. Era su última baza para frenar la propuesta del Gobierno de coalición. La respuesta llegó este jueves, cuando la institución que preside Christine Lagarde advirtió sobre una serie de riesgos que el Ejecutivo debe tener en cuenta, especialmente sobre el peligro de que el tributo conlleve una disminución en la concesión de crédito. Además, considera necesario un “análisis exhaustivo” de las “posibles consecuencias negativas”, coincidiendo con las discrepancias expuestas por la banca durante los últimos meses.
El dictamen llega en plena tramitación parlamentaria de la medida. “No es una gran sorpresa recibir un dictamen del BCE cuando se plantea poner este tipo de gravamen. Todas las cuestiones que suscita ya las hemos analizado al preparar la propuesta, que sigue su curso en la tramitación parlamentaria”, aseguró ayer la
El supervisor insta a las entidades a repercutir sobre los clientes el gravamen
vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, tras un encuentro con inversores internacionales en Londres. “Por supuesto, los bancos tienen margen y no necesitan trasladar este gravamen a los clientes”. Y apostilló: “La proposición de ley incorpora mecanismos para garantizar que esto sea así”.
El Ejecutivo rebate así los riesgos que expone el banco central: fuentes gubernamentales insisten desde este jueves en que no es vinculante, que ya se ha hecho el análisis pertinente —el sector financiero reclama que se haga público— y que se ha tenido en cuenta en el diseño del impuesto.
Sin impacto grave
Sobre el impacto en la solvencia y rentabilidad de los bancos, estas fuentes sostienen que se trata de entidades con unos altos beneficios a las que no afectará en demasía una tasa que, además, es temporal. Y que la traslación del coste fiscal al precio de los clientes no estará permitido por la propia norma. “No creemos que pueda tener un impacto grave en las entidades financieras”, añaden fuentes ministeriales.
La postura del Gobierno es totalmente opuesta a la lectura de la banca: “El dictamen ha sido muy duro”; “el BCE no tiene claro que se haya realizado el análisis necesario previo”; “no es ni el momento ni el instrumento adecuado”, y “no es vinculante, pero es contundente”. En estos términos se expresan media docena de fuentes del sector financiero que consideran que el Eurobanco, dentro de sus posibilidades, ha dado un varapalo considerable al Ejecutivo. Una opinión que, además, se podría utilizar si terminan recurriendo el impuesto en los tribunales, no como base jurídica pero sí para defender falta de justificación.
Con estos ingredientes, quedan pocos optimistas entre los principales bancos del país. Casi todos dan por hecho que el impuesto saldrá adelante y, además, sin cambios o con modificaciones mínimas. “Parece que puede haber algún cambio con lo del límite de los 800 millones de euros en la suma de margen de intereses más comisiones, por la salvedad en ese aspecto del BCE”, esgrimen fuentes financieras.
“Por supuesto que vamos a seguir adelante”, afirma Nadia Calviño