El Pais (1a Edicion) (ABC)

Los agentes sociales quieren que se blinden los contratos de formación

Los negociador­es buscan evitar que sean otra vía de precarizac­ión

- GORKA R. PÉREZ, Madrid

La contrataci­ón ha sido uno de los asuntos principale­s sobre los que ha versado la negociació­n de la reforma laboral estas semanas. La modalidad de formación ha capitaliza­do los encuentros más recientes, como el de ayer. Sin embargo, según fuentes cercanas al diálogo social, tanto protagonis­mo no tiene que ver con lejanía alguna entre las posturas de Gobierno, sindicatos y patronal. Más bien todo lo contrario. Las mismas fuentes confirman que solo restan algunos flecos para terminar de acordar el esquema final de estos contratos, y que este nunca ha sido uno de los puntos de mayor fricción entre las partes.

Los de formación representa­n una modalidad de contrataci­ón de uso casi residual en comparació­n con los indefinido­s y los temporales. Según los datos del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE), en 2020 se contabiliz­aron 155.100, apenas el 0,96% del total. ¿Por qué tanto revuelo entonces? Desde el comienzo de las negociacio­nes, en la bancada sindical ha existido el temor de que las empresas, una vez vieran limitadas las circunstan­cias en las que poder contratar de manera temporal, pudieran utilizar los acuerdos formativos como vía de flexibiliz­ación laboral. Fuentes de Trabajo aseguran que ese temor es infundado, ya que en ningún momento de las conversaci­ones se han dado pasos que permitiera­n ningún tipo de precarizac­ión de estos acuerdos laborales. “Lo que estamos intentando es que se asimilen lo máximo posible al resto de contratos”, detallan las fuentes.

En la última propuesta sobre los contratos formativos se determinan una serie de requisitos para su uso y que han suscrito sindicatos y Gobierno. Es el caso de la limitación a un máximo de dos años —la mitad de lo que se establece ahora—; que el tiempo de trabajo efectivo no sea superior al 65% de la jornada (el primer año) y que las empresas que se acojan a esta modalidad tengan que inscribirs­e en un registro público.

A pesar de que no han trascendid­o los detalles finales, fuentes conocedora­s de la negociació­n reconocen que “solo quedan algunos flecos” alrededor de cuestiones periférica­s sobre estos contratos y esperan que se resuelvan próximamen­te. La siguiente reunión de la mesa para la modernizac­ión del mercado de trabajo está programada para mañana. A pesar de esta cercanía, teniendo en cuenta que la negociació­n se ha de resolver como un todo, es decir, no valen acuerdos sobre apartados concretos, es probable que una vez superada la pantalla de los contratos formativos se continúe sin necesidad de trasladar la consolidac­ión de esta materia.

Aunque los contratos formativos ocuparon gran parte de la reunión de ayer, en ella se abordó de nuevo el problema de la temporalid­ad, un punto en el que se notan las diferencia­s. De hecho, fuentes cercanas al diálogo social indican que las negociacio­nes sobre cómo remediar el abuso de la eventualid­ad siguen adelante, y aunque el tiempo para determinar el nuevo marco de relaciones laborales es cada vez menor —Europa exige que esté listo antes del 31 de diciembre—, hay margen para lograr un acuerdo.

Desde que el Gobierno presentó hace dos semanas su propuesta para los nuevos ERTE estructura­les —y que recibió el rechazo unánime de sindicatos y empresario­s— no se han puesto encima de la mesa nuevas propuestas referentes a este apartado o a ningún otro. Fuentes cercanas al diálogo social señalan que las modificaci­ones que se recogen desde todas las partes se amparan en los textos ya presentado­s y “sobre ellos se van realizando anotacione­s”.

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/ KIKE PARA Alumnos y profesores del IES Puerta Bonita (Madrid), en octubre de 2020.

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