El ‘plan Turull’ encalla en la CUP
El plan del secesionismo para investir president a Jordi Turull antes de que acuda hoy al Supremo encalló anoche tras la abstención de los cuatro diputados de la
La votación de ayer en el Parlament confirmó lo previsto y rechazó la investidura de Turull con 65 votos en contra, 64 a favor y cuatro abstenciones. Lo más trascendente para el futuro es que se puso en marcha de una vez la cuenta atrás para una posible repetición de elecciones; si antes del 22 de mayo no se ha investido a un presidente de la Generalitat se volverán a celebrar comicios en Cataluña.
El pleno de ayer vino precedido de otras dos convocatorias fallidas. El pasado 30 de enero estaba prevista la investidura de Carles Puigdemont, huido en Bruselas. Esta sesión no se celebró después de que el Tribunal Constitucional impidiera la investidura telemática, como pretendían los independentistas. Y el pasado 12 de marzo se iba a celebrar otra sesión con Jordi Sànchez como candidato, que también se aplazó porque el Supremo no autorizó su salida de la cárcel para ir al pleno.
Turull requería en primera votación la mayoría absoluta de los 68 votos del independentismo, descontados los de Puigdemont y Toni Comín, huidos en Bruselas. Las cuatro abstenciones de la CUP fueron determinantes para que naufragara el plan tramado a toda prisa el miércoles por el independentismo al conocer la citación del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena a seis líderes del procés en libertad bajo fianza, entre ellos, Jordi Turull.
Ocho renuncias
Tres diputadas de Esquerra Republicana citadas por el Supremo anunciaron su renuncia al escaño al acabar la sesión de anoche. Son la secretaria general de ERC, Marta Rovira; la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exconsejera Dolors Bassa. Con estas renuncias ya son ocho los diputados secesionistas que fueron elegidos el 21 de diciembre y que han entregado sus actas.
La abstención de la CUP es más que una actuación puntual y tendrá efectos durante toda la legislatura. Carles Riera, portavoz de la formación antisistema, anunció que dan por acabado el “ciclo del procés y las alianzas” que construyeron con Junts per Catalunya y Esquerra durante más de dos años y que la CUP iba a empezar ahora en solitario “el ciclo de la república”.
“Vamos a pasar humildemente a la oposición con nuestros diputados. Pero no nos pidan ser cómplices de una política autonomista”, advirtió Riera. El diputado reclamó a los que fueron sus socios parlamentarios que no les pidan la “unidad por la unidad en abstracto”. “Ya hemos hecho CUP. Junts per Catalunya y Esquerra intentaron hasta última hora el apoyo de los anticapitalistas, prometiendo incluso que Turull se sometería a una moción de confianza en un mes, pero la CUP se ratificó
demasiadas hojas de ruta; y estructuras de Estado sobre el papel”, puntualizó. La aplicación de ese anuncio marcará la legislatura, pues sin los cuatro votos de la CUP el independentismo queda en minoría en el Parlament.
Antes de que se produjera la votación Jordi Turull realizó un discurso que se esperaba moderado, ante su comparecencia de hoy en el Tribunal Supremo, pero no tanto como el que finalmente pronunció. El candidato en la abstención que anunció hace tres semanas, cuando conoció el pacto de gobierno de las dos formaciones independentistas. El pleno confirmó el pronóstico (65 votos en contra y 64 a favor). El presidente
obvió por completo la actuación del separatismo en los últimos meses y no aludió ni a la celebración del referéndum del 1 de octubre, organizado cuando él era consejero de la Presidencia de la Generalitat, ni a la declaración de independencia aprobada el 27 de octubre.
El candidato también evitó cualquier referencia a la “legitimidad democrática”, al proceso constituyente, al derecho a decidir y tantas expresiones que formaron del Parlament convocó la segunda sesión de investidura para mañana a las 10.00, pero su celebración dependerá de si Turull continúa en libertad tras acudir hoy al Supremo.
parte del discurso secesionista y abogó por restituir la autonomía, intervenida ahora por la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Fue un discurso gris, cansino, de casi una hora de duración, en el que apenas levantó la vista del papel que iba leyendo y que solo arrancó un breve aplauso de la bancada independentista cuando recordó la figura de la fallecida Muriel Casals, expresidenta de Òmnium Cultural y diputada
en la anterior legislatura. Turull también lanzó un mensaje de pacto y ofreció diálogo. “Por nosotros no quedará que haya mano tendida si hay la más mínima esperanza de recibir también la mano tendida del jefe del Estado o del Gobierno de España. Está en juego la esencia misma de la democracia y el respeto a la voluntad de los catalanes expresada en las urnas”, dijo. Al inicio de su discurso fue aún más épico, consciente de la posibilidad