Felipe desmonta al Zalgiris
El Madrid, liderado por la casta de su capitán, rinde al conjunto lituano y se acerca a su objetivo de la cuarta plaza en la Euroliga
En un duelo de colmillos afilados compareció, como siempre, Felipe Reyes. Sin Ayón, lesionado el martes en Valencia, el capitán madridista encadenó ocho puntos entre el minuto 12 y el 14 y construyó el primer estirón serio de la noche (32-24). No se agobió el Zalgiris que, al amparo de su iluminación desde el triple, volteó el marcador. Dos bingos de Milaknis y uno más de White elevaron a los de Jasikevicius pero, atendiendo a su libro de estilo, pelearon con intrepidez.
En la reanudación fue Campazzo el que se puso el partido por montera y comenzó a erosionar el muro lituano mezclando dinamismo y bravura. Cinco puntos del base argentino y sus asistencias para los triples de Causeur (10 puntos en el tercer cuarto) liberaron al Madrid de unos minutos claustrofóbicos.
Regresó Felipe para rematar la faena, orgulloso y productivo, pero también aparecieron Jankunas y Pangos para declarar el estado de incertidumbre (75-74, m. 35). Momento para aunar pasión y frialdad como entendieron Campazzo y Thompkins. La conexión entre ambos acercó al Madrid al premio y un triple certero de Rudy ejerció de descabello y cerró la contienda.
R. Mi etapa en el Maccabi fue en la que más disfruté del baloncesto y en la que di mi mejor versión. La de 2009 fue quizá la Final Four con más nivel de la historia, pero teníamos a Obradovic. P. ¿Qué tiene Obradovic? R. Es el mejor. Es un libro de baloncesto. Ha ganado la Euroliga con todo tipo de plantillas y la diferencia está en sus ideas claras y en cómo trata al jugador. P. ¿Tiene la fórmula mágica? R. Nadie tiene la fórmula. Él tiene nueve títulos y yo cuatro, pero ganar una Euroliga supone un sufrimiento enorme. Es una de las competiciones más duras del mundo. Lo que es cierto es que conoce el camino y sabe llevar las cosas. Es el mejor que he tenido.
P. ¿Cómo hizo para ser ídolo en todos los equipos donde jugó?
R. Siempre estuve en buenos equipos y sé que este es un deporte colectivo. La clave es saber ser amigos, llevarse bien fuera de la pista… Yo siempre intenté pensar en el grupo y liderar al equipo dentro y fuera de la pista para que todos fuéramos en la misma dirección. Después, si juegas con pasión siempre llegas a la gente.
P. ¿Qué distingue a los jugadores que lanzan los últimos tiros?
R. Entrenar duro para que cuando llegue el momento tengas más confianza que miedo.