Protestas contra el juez y cargas de los Mossos
El ingreso en prisión de cinco líderes independentistas dictado por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena volvió a sacar ayer a miles de manifestantes a la calle. Entidades como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural llamaron a concentrarse frente a los Ayuntamientos de todos los municipios catalanes y, en Barcelona, en la plaza de Cataluña. Paralelamente, los llamados comités
del proceso independentista, son los únicos que han salido indemnes, o casi, de la situación. Pese a haber perdido peso parlamentario en las últimas elecciones, la vida política catalana sigue condicionada por sus cuatro diputados, imprescindibles para mantener la mayoría independentista en el Parlament. Solo tienen un dirigente procesado. Se trata de Anna Gabriel, acusada de desobediencia y huida a Suiza desde el mes pasado.
Los partidos tendrán que reconstruirse, prácticamente desde cero. El PDeCAT, pese a encontrarse de defensa de la república convocaron una marcha que terminó frente a la Delegación del Gobierno en Cataluña, donde se encontraron con los demás manifestantes.
A partir de las siete de la tarde, los convocados por los comités de defensa de la república cortaron la avenida Diagonal. La cabecera de su manifestación se encontró con un dispositivo de los Mossos
en horas muy bajas, recibió ayer una buena noticia. Su coordinadora, Marta Pascal, ha quedado fuera de la causa que instruye Pablo Llarena. Pascal, que se ha desmarcado recientemente de la vía unilateral y dice abogar por el diálogo podrá, pues, seguir en la vida política. El hándicap que tiene es que Puigdemont y los partidarios de mantener el enfrentamiento siguen ejerciendo influencia desde Bruselas. Lo que pretende ahora Pascal es recuperar un discurso independentista dentro de la legalidad y utilizar las d’Esquadra en el cruce entre la calle Mallorca y la calle Roger de Llúria, donde tiene su sede la Delegación del Gobierno en Cataluña. Manifestantes y Mossos protagonizaron momentos de tensión al intentar los primeros traspasar la barrera policial. El cuerpo policial de la Generalitat cargó contra los manifestantes y algunos concentrados fueron desalojados. La manifestación obligó a cortar diversas calles en pleno centro de Barcelona.
La concentración en la plaza de Cataluña reunió a más de 10.000 personas, según los primeros datos de la Guardia
elecciones municipales y europeas del año que viene para reflotar la marca del PDeCAT. Habrá que ver si las debilitadas estructuras del partido resisten este cambio.
En Esquerra Republicana la incertidumbre es total. El liderazgo de Marta Rovira no ha logrado hasta ahora seducir a las bases como se vio en las últimas elecciones. Otros dirigentes que podrían haber cogido las riendas del partido han dejado la política para resguardarse de la justicia. Es el caso del exconsejero Carles Mundó, a quien Llarena atribuye Urbana, para protestar contra las medidas adoptadas por el juez Pablo Llarena. Mientras, en decenas de municipios centenares de personas protestaron contra la prisión sin fianza de los cinco políticos independentistas que se suman a los cuatro líderes que se encuentran en prisión provisional desde octubre y noviembre. Los manifestantes lanzaron proclamas como “libertad presos políticos” o “no hay prisión para tanta dignidad”.
En un manifiesto, la ANC pidió “unidad frente a la represión” y calificó de “rehenes” a los políticos presos.
los delitos de malversación y desobediencia. Entre los dirigentes republicanos que no tienen acusaciones judiciales a sus espaldas hay dos que destacan: el presidente del Parlament, Roger Torrent, y el secretario del departamento de Economía de la Generalitat, Pere Aragonès. El primero está consolidando su liderazgo ante las bases gracias a su visibilidad en el Parlament. El segundo aspira a hacerse con el departamento de Economía de la Generalitat. Hoy por hoy, sin embargo, nada hace presagiar un gobierno a corto plazo.