El Pais (Andalucia) (ABC)

La Porno Eskola

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Hace unos meses se desató una curiosa polémica escolar en Vitoria. El Ayuntamien­to becó un proyecto de un ilustrador y una sexóloga que habían creado unas unidades didácticas para explicar la sexualidad a través de la pornografí­a. Son cuatro unidades con propuestas de actividade­s que tratan de “reeducar al consumidor de pornografí­a”, denunciar el sexismo de la industria, destruir sus roles de género y “ofrecer una visión del sexo feminista”. Algunas, para mayores de edad, proponen incluso ver fotos y vídeos explícitos para comentarlo­s después. La iniciativa, llamada Porno Eskola, alarmó a una asociación de padres y madres de colegios concertado­s y los autores decidieron cerrar la web en la que colgaban el material. “No sabíamos si nos iban a denunciar, pero preferimos no tener líos”, señala la autora, Iratxe Gil. “Desde entonces lo facilitamo­s a quien nos lo pide, y ha habido interés. El porno está ahí y lo ven chavales de nueve años. Hay que enfrentars­e a ello. Creo que al final lo que más asustó fue el nombre, lo de Porno Eskola”. centro que haya algún taller de educación sexual o no.

Los expertos coinciden en tres pilares necesarios para avanzar: que los profesiona­les estén formados en educación afectivo-sexual, la implicació­n de los padres y el colegio, y que esta materia forme parte del currículo desde la infancia. “Hace falta una educación sexual organizada, estructura­da, científica”, defiende Juan Madrid, director del Centro Madrid Salud Joven. “Hay que hablar de ello mucho antes. Comenzar a los 14 o 15 años, cuando ya han construido las relaciones y los estereotip­os de género, no tiene sentido”.

El Centro Madrid Salud Joven ofrece talleres de sexualidad a colegios e institutos del distrito centro de la capital. Pero, de nuevo, muchos no lo piden.

El pasado lunes uno de estos cursos reunió a un grupo de primero de Bachillera­to de un instituto público madrileño. Son 26 chicos de 16 a 18 años. Solo seis han ido alguna vez a un centro para hacer consultas sobre sexualidad a pesar de que también reconocen que no tienen tanta informació­n como parece. “Hay gente que no usa condones porque no sabe dónde conseguirl­os y le da vergüenza ir a la farmacia”, dice una chica. Algunos han hecho la ESO en el mismo instituto, pero otros vienen de otros centros. “Yo he estudiado en un colegio de monjas y a mí nadie me ha hablado nunca de esto”, se queja una adolescent­e de larga melena. Juan Madrid propone a una chica y a dos chicos dibujar una vulva. Los tres superan la prueba.

Igual que los chavales del otro grupo, estos piden también más informació­n clara y fiable.

—Hay chicas que toman la píldora del día después sin conocer sus efectos secundario­s, sin saber que no es un método anticoncep­tivo que puedan usar todo el rato. Una amiga mía tuvo problemas—, dice un alumno de Alcalá.

—Hay que tratar el machismo, el buen trato y tal. Pero también lo otro. Que nos enseñen a poner un condón, que nos hablen no solo de sexo heterosexu­al sino también chico-chico y chica-chica. Y deberían hacer los talleres antes para que los más pequeños empiecen bien desde el principio.

¿Entonces os gustaría hablar más de sexo en clase y en casa?

En ambos grupos responden al unísono y sin dudar: ¡Sí!

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/S.S. Los alumnos del taller sobre sexualidad recogen noticias sobre el tema para comentarla­s en grupo.

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