Silva y Di María, bajas para el martes; Messi no se entrena
La selección aterrizó en Madrid en la madrugada del sábado y por la mañana ya estaba entrenándose. Lo hizo sin David Silva, que abandonó la concentración por motivos personales, tal como informó la Federación. El jugador del City no estará, por lo tanto, en el partido del martes (21.30) ante Argentina en el Wanda Metropolitano. Silva, uno de los internacionales más utilizados por Lopetegui, disputó 71 minutos el viernes en el amistoso de Düsseldorf ante Alemania y dejó su sitio a Lucas Vázquez.
Otro que no estará en ese encuentro es Ángel Di María. El jugador argentino acabó con molestias musculares el partido que su selección disputó el viernes ante Italia. Su baja se une a la de Sergio Agüero, que abandonó la concentración el viernes. Messi, que está tocado, no disputó ningún minuto y ayer tampoco se entrenó en Valdebebas.
Camino de la final de Israel, el atacante fue el máximo goleador de la competición con 15 tantos, incluyendo la primera fase. En la fase final Morata acabó quitándole el sitio. Pero la compenetración entre Rodrigo y sus colegas de selección estaba sellada. Cuando se juntan en la selección absoluta, los asisten muchos años de maduración. Sin complicidad no hay goles.
La aparición tardía de Rodrigo coincide con la etapa de liberación que vive el Valencia con Marcelino. Durante las pasadas dos temporadas sus actuaciones fueron decepcionantes. Lo condicionó su precio, 30 millones de euros que le colocaron en la cúspide de la escala de traspasos, y el clima hostil que se respiró en Mestalla contra la cuadra de Jorge Mendes, patrocinada por el propietario del club, Peter Lim. El jugador no tardó en mostrarse inseguro. Remató tantas veces al muñeco que Paco Ayestarán llegó a pensar que lo mejor era situarle en una banda. El curso pasado hizo siete goles en 21 partidos. Ahora suma 17 en 35.
Sus estadísticas en la selección no muestran nada que lo destaque por encima de los otros goleadores. Ha rematado una vez cada 21 minutos, más que Aspas, Costa y Silva, pero menos que Morata; ha marcado un gol cada 118 minutos de competición, menos que ninguno de sus competidores internos; y ha dado un pase cada cuatro minutos, igual que Morata y menos que Costa, Aspas y Silva.
Claro que sus números son el resultado de menos exámenes y más complicados. Meterle un gol a Alemania es estar a la altura de la exigencia de una Copa del Mundo. Meterle goles a Liechtenstein, Israel, Albania y Macedonia es bastante más sencillo.