Lucha generacional entre estudiantes y pensionistas
Incluso el FMI, poco sospechoso de veleidades contestatarias, confirma el diagnóstico: los jóvenes forman parte del grupo de edad que más renta ha perdido durante la crisis; y España es el segundo país de la UE donde la brecha entre la riqueza de los que tienen entre 18 y 24 años y los mayores de 65 se ha ensanchado más. Los datos son alarmantes: en 2016, casi el 30% de los españoles de 16 a 29 años estaba en riesgo de pobreza, mientras que en 2008 ese porcentaje no llegaba al 20%. Entre 2008 y 2014 se desplomó tanto la renta como la riqueza media de los hogares con cabeza de familia menor de 35 años. Mientras, ambos indicadores aumentaban ligeramente para la franja de 65 a 74 años. El conflicto generacional está servido.
El economista Marcel Jansen se lamenta de que en nueve años de crisis, España apenas haya tomado medidas para mejorar su futuro. “Sin embargo, toda la atención se focaliza en los jubilados, el colectivo probablemente mejor tratado”, continúa, provocador. Jansen alerta de que una vuelta a la indexación de pensiones a la inflación supondría “una carga injusta sobre las espaldas de los jóvenes”. El sociólogo Carles Feixa recuerda que los políticos han cuidado más a los pensionistas por motivos electorales: son muy numerosos y votan mayoritariamente a los partidos tradicionales. Ambos reclaman un pacto intergeneracional que garantice el sistema de pensiones, pero también el compromiso con la educación y el empleo juvenil. asuntos como los tratados comerciales, la superpoblación o las criptomonedas. Prieto y su compañera del club Isabella González planean trasladarse a Australia y desarrollar allí su carrera profesional. “Es triste, pero creo que fuera de España tendremos más oportunidades y seremos mejor valorados”, asegura ella, estudiante de Derecho y Administración de Empresas.
Rita Maestre es uno de esos casos de activistas del 15-M que dieron el salto a las instituciones. De protagonizar manifestaciones estudiantiles, esta licenciada en Políticas a punto de entrar en la treintena pasó en 2015 a la portavocía del Ayuntamiento de Madrid. Maestre niega que haya una reacción conservadora y sí ve una movilización potente de los jóvenes —y muy especialmente de las mujeres jóvenes—; y está convencida de que el 15-M trajo aire fresco para renovar un sistema de partidos “anquilosado”, con la irrupción de Podemos y Ciudadanos. “El ciclo de cambio político no terminó en 2011. Se nota en que por primera vez hay una brecha electoral entre los jóvenes y sus mayores, que votan sustancialmente distinto”, asegura la concejal.
Pese al surgimiento de nuevas fuerzas políticas, el desapego ante partidos y sindicatos es patente. “A partir de las elecciones de diciembre de 2015 se produjo un efecto desmovilizador de jóvenes decepcionados ante la actitud de los políticos, tanto de derechas como de izquierdas”, explica el sociólogo Benedicto, que insiste en que esta desmovilización no equivale a apatía ya que, según sus estudios, esta es una generación más politizada que las anteriores.
Prueba de este creciente alejamiento es el intento de UGT de volver a captar la simpatía de las nuevas generaciones a través de una nueva organización que pretende dotar a los jóvenes del sindicato de una autonomía que nunca han disfrutado. Eduardo Magaldi, que a sus 28 años es el responsable de Juventud de UGT, admite que algo muy profundo ha de cambiar también en las centrales sindicales. “Más que desmovilizados, diría que estamos descontentos ante una sociedad que no cuenta con nosotros; ante un sistema que hacía promesas que no ha cumplido”, concluye.