Una presencia históricamente discreta
Lalla Salma conoció a Mohamed VI antes de concluir su carrera, cuando vivía con su padre, su hermana, médica de profesión, y sus tres hermanastros. Una vez casados, Salma se mantuvo en un plano muy discreto. Entre los numerosos viajes que Mohamed VI realiza al extranjero, casi nunca aparece acompañado por su esposa. O al menos, no se la ve en las fotos. Una de las pocas ocasiones en que Lalla Salma acaparó los titulares de la crónica social por sí misma, al margen de su esposo, fue en el verano de 2017. En aquel momento la web marroquí Yabiladi reprodujo una información del medio griego Athen Magazine según la cual la princesa compró por 3,8 millones de euros una casa en la isla de Kea, en el archipiélago de las Cícladas. La casa cuenta con un jardín de dos hectáreas, tiene siete habitaciones, nueve cuartos de baño y una piscina olímpica. medios escritos en árabe, que son los que mayor tirada tienen, abordó el tema. Pero el director de la web LeDesk, Ali Amar, escribió un artículo titulado ‘La ausencia de Lalla Salma, tema tabú para la prensa marroquí’. Amar lamentaba “el miedo” de los periodistas “en un contexto cada vez más difícil para la libertad de prensa, donde la autocensura, largamente practicada, se ha convertido en una norma aceptada”.
Hasta el matrimonio de Mohamed VI con Lalla Salma, en 2002, ninguna esposa del rey había sido presentada en público y ninguna recibió el título de princesa. Salma Bennani ofrecía una imagen sin precedentes entre las esposas de los reyes marroquíes: fue primera de su promoción en estudios de ingeniería informática. Es hija de un profesor universitario y quedó huérfana de madre a los tres años. Nació en Fez pero se crió en Rabat. Cursó el bachillerato en la rama de ciencias en el Liceo Hassan II, un instituto público de la capital, continuó sus estudios de Matemáticas en otro centro público, el Liceo Mulay Yussef. En 1997 ingresó en la Escuela Nacional Superior de Informática y Arquitectura de Sistemas (ENSIAS), donde terminaría sus estudios tres años después.