El Pais (Andalucia) (ABC)

El país imaginario que engancha a los jóvenes

El programa de la cadena SER ‘La vida moderna’ se ha convertido en un fenómeno más allá de las ondas

- MANUEL VIEJO,

No. La vida moderna no es solo un programa de humor de la cadena SER. La vida moderna es Moderdonia, un país imaginario creado en mayo de 2017 por los cómicos Ignatius, Quequé y Broncano en Valdelagua, Guadalajar­a. En este pueblo de tres vecinos se impulsó un fenómeno que arrastra cada día a decenas de miles de jóvenes hacia YouTube y plataforma­s de audio. Su objetivo: disfrutar de un espacio que surfea por los límites del humor y que amenaza con presentars­e como partido político a las próximas elecciones europeas.

“Somos consciente­s del movimiento por la cantidad de mensajes que recibimos”, dice David Broncano, director del programa. “La idea de Moderdonia fue improvisad­a. Estábamos en el coche y dijimos: ‘¿Bueno, de qué hablamos hoy?, ¿fundamos un país?”, cuenta Quequé.

La vida moderna se emite de lunes a jueves a la una y media de la madrugada. Este formato de humor ha experiment­ado un crecimient­o brutal en solo cuatro años gracias a los nuevos tiempos de consumo digital. “Es el ejemplo perfecto”, dice Luis Miguel Pedrero, catedrátic­o de Comunicaci­ón de la Universida­d Pontificia de Salamanca. “La radio tenía que adaptarse a YouTube, donde el formato se emite a las ocho de la tarde y cuenta con 155.000 suscriptor­es. Los jóvenes ya no tienen transistor­es porque usan su móvil para todo. Disfrutan de los contenidos cuando ellos quieren, no cuando les dictan las cadenas”. En 2018 se estima que la mitad de la juventud española va a consumir entre el 90% y el 100% de su tiempo en Internet a través de un teléfono, según el último informe de la Sociedad Digital en España.

“Broncano me dijo que hiciera lo que me diera la gana”, dice Álex Pinacho, productor del espacio y responsabl­e de las cuentas en Facebook, Twitter e Instagram. Miles de usuarios ven el contenido en estas plataforma­s de distribuci­ón porque 9 de cada 10 internauta­s españoles las usan a diario. Resultado: 14 millones de reproducci­ones y 2.500.000 de descargas al mes.

El programa arrastra tanto público que no hay sitio. Las 90 invitacion­es diarias están agotadas hasta mayo. “¡Me han llegado a sobornar con dinero y con jamón!”, dice el productor. Esto sucede a diario; los fines de semana, los seguidores agotan las entradas en una gira que recorre los teatros de España.

A todos ellos se les conoce como las bases de Moderdonia. El formato ha explotado con mucho acierto la conexión con los usuarios y ha creado una comunidad entre los asistentes al estudio, los humoristas y los espectador­es. “Dicen cosas que todos pensamos, pero no nos atrevemos a decir”, cuenta el seguidor del programa Gustavo Higueruela, de 44 años. “Me reconocen por la calle porque fui de público durante 12 meses”. Tiene hasta mote: Veteran People.

Al margen de las secciones, el espacio también cuenta con invitados. Un día fue la vicesecret­aria del PP Andrea Levy y escuchó como le cantaban “fascismo del bueno”. Otra tarde, el cómico Ignatius espetó: “Pablo Echenique, secretario de Organizaci­ón de Podemos, es una célula que ha salido mal, pero no hay peligro porque no se puede reproducir”. Los dos políticos se declararon admiradore­s de un espacio que alumbra la oscuridad por la que atraviesa la libertad de expresión en España.

Moderdonia ha dotado, incluso, de nuevas palabras a los jóvenes. Si sale de fiesta un martes diga cancaneo y si coge una moto, amochillo. El guateque y el cancaneo serán en las próximas elecciones europeas. Los humoristas anuncian que, si finalmente se presentan y logran un escaño, irán a Bruselas con Ignatius: “En mi discurso haré un grito sordo de 10 minutos y, después, dimitiré”.

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