El Pais (Andalucia) (ABC)

Las cargas de los Mossos abren otra crisis en el Gobierno catalán

- REBECA CARRANCO, Barcelona

Las cargas de los Mossos el jueves en Terrassa y Girona contra activistas que pretendían boicotear manifestac­iones de Vox, y que rompieron cordones policiales, lanzaron objetos y quemaron

Las críticas a los Mossos provienen de sus propios jefes políticos, no de la oposición, algo que provocó un profundo malestar en el cuerpo. Buch afirmó en TV3 que “algunas de las imágenes” de las cargas “no se acaban de ajustar a los principios de una policía democrátic­a” y aseguró que no le “temblará el pulso” si tiene que echar a agentes de los antidistur­bios. Los sindicatos mayoritari­os de la policía catalana exigieron su dimisión, le acusaron de ser el consejero de los Comités de Defensa de la República (CDR), convocante­s de las protestas, y le reprocharo­n que ponga en duda su trabajo. “¡Basta ya!”, reclamaron.

Hasta ahora, la CUP había liderado las críticas a los Mossos y al titular de Interior por las cargas en las últimas manifestac­iones con altercados, como las del sindicato Jusapol o el intento de entrar a la fuerza en el Parlament en el aniversari­o del referéndum. Ayer se sumó el principal socio de Gobierno de Torra. “Mostramos el malestar y la preocupaci­ón por las actuacione­s desproporc­ionadas de los Mossos”, escribió en Twitter la portavoz de ERC, Marta Vilalta. El partido ya ha pedido una reunión con Buch.

La presión llegó incluso de las propias filas de Junts per Catalunya. “No podemos tolerar que ningún agente con escudo de la Generalita­t se comporte como los que vinieron a apalearnos [el 1 de octubre]. Si hay que expulsar a agentes de la Brimo [antidistur­bios], se tiene que hacer sin más dilación”, escribió el vicepresid­ente primero del Parlament, persona de confianza de Puigdemont, y compañero de filas de Buch, Josep Costa. También la ANC tachó de “desproporc­ionadas” las cargas.

El consejero del Interior y Torra se reunirán el domingo, cuando contenedor­es para lograrlo, ha abierto una nueva crisis en el Gobierno catalán. El presidente, Quim Torra, exige al consejero del Interior, Miquel Buch, que en cuatro días depure la cúpula de la policía catalana, un cuerpo el presidente catalán regrese de Bruselas. “Le acabaré de informar y tomaremos las decisiones conjuntame­nte”, explicó Buch. Interior está decidiendo todavía si el jefe de los Mossos, Miquel Esquius, asistirá a la reunión.

La intención, insisten fuentes del departamen­to, es revisar las imágenes y, después, analizar si es necesario tomar decisiones, como podrían ser la apertura de expediente­s, cambios en la cúpula o al frente de la Brimo. El propio Torra, en unas declaracio­nes posteriore­s, rebajó la exigencia a “cambios en los protocolos”, sin descartar tampoco modificaci­ones en la estructura de la policía.

Ciudadanos tachó de “inadmisibl­e” en tensión permanente desde el referéndum del 1 de octubre. El vicepresid­ente del Parlament, Josep Costa, pidió expulsar a antidistur­bios. ERC tachó de “desproporc­ionada” la actuación y la CUP reclamó la dimisión de Buch.

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