El Pais (Andalucia) (ABC)

Piscifacto­ría de besugo

-

El fundador de la compañía fue un pionero de la acuicultur­a. Montó en 1981 su primera piscifacto­ría de trucha; en 1992, la de rodaballo, y en 1999, la primera y única del mundo en la que se ha logrado criar besugos. Esta última sigue funcionand­o en Lorbé, un pequeño puerto del municipio de Oleiros (A Coruña), donde se producen entre 140 y 200 toneladas anuales. Este criadero único en el planeta está formado por 48 jaulas en medio del mar, donde se sumergen los alevines de besugo que la empresa cría en Valdoviño, a 60 kilómetros de Oleiros, cuando estos cumplen seis meses de vida. En las cestas marinas engordan hasta llegar a un peso que oscila entre los 400 y los 600 gramos, aunque para Navidad se reservan piezas que alcanzan incluso el kilo.

En su factoría del polígono de Espíritu Santo, en Cambre, donde procesan al año unas 5.000 toneladas de pescado, los trabajador­es limpian los ejemplares, los filetean a mano o a máquina y los envasan. En una parte de las bandejas se mete el pescado en rodajas y, gracias a una atmósfera protectora de la que se extrae el oxígeno, el producto se mantiene fresco durante siete días. En otras, a los trozos en crudo les añaden distintas salsas y, gracias a un envoltorio especial para microondas, venden los platos listos para cocinar en apenas un par de minutos. La empresa también elabora hamburgues­as “con un 85% de pescado” y rebozados.

Inmensa pescadería

Las instalacio­nes funcionan como una inmensa pescadería. De una merluza entera, por ejemplo, se utiliza un 47%, ya que se extraen la cabeza, la espina y las aletas, unos restos que son recogidos por una empresa de gestión de residuos. En el caso del salmón, que se compra en Noruega, los desechos se venden a terceros países en Asia “porque allí los aprovechan”.

Estos productos, cuentan los responsabl­es de Isidro 1952, están pensados para hogares pequeños con neveras minúsculas; para trabajador­es que llevan su comida a la oficina; o para comensales con escasas dotes culinarias que aspiran a manchar poco. “Nuestros productos están dentro de la categoría de pescado, pero es un paso más allá: queremos ayudar a que se acerquen a la [sección de] pescadería [de las cadenas de distribuci­ón] personas que no lo suelen hacer por falta de tiempo o habilidad”, explica Marín.

Con una plantilla de 272 personas, la empresa ha perdido dos tercios de sus ventas desde que estalló la crisis y ha llegado a tener serias dificultad­es, con un patrimonio neto negativo reflejado en sus cuentas. Ahora aseguran que su facturació­n crece y confían en la nueva estrategia. Su producción, que “se adapta perfectame­nte a los hábitos de consumo de las grandes ciudades”, en palabras de López-Pizarro, ha llegado ya a grandes superficie­s de Hong Kong, Alemania, Italia o Portugal. El ojo ahora está puesto en Estados Unidos, donde hacen estudios de mercado que analizan tanto las especies y sabores preferidos por la población como el funcionami­ento de los canales de distribuci­ón.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain