Lo nunca visto ni ocurrido en la vida de Pablo Alberdi
El 14 de noviembre de 2012 Logroño vivió, a propósito de la huelga general, una de las manifestaciones más grandes que se recuerdan. Hubo tres cargas policiales con porrazos y disparos de pelotas de goma, y lanzamiento de globos de pintura y piedras por parte de los manifestantes. Pablo Alberdi fue detenido acusado de atentado a la autoridad y desórdenes públicos: se le señaló como el autor del lanzamiento de una piedra que impactó contra la rodilla de un policía y le pidieron cinco años de cárcel. Jorge Merino fue acusado de lo mismo y le pidieron nueve años, pero se descubrió que, cuando tenían lugar las cargas, él estaba en una fábrica de Navarra trabajando. Había llevado el megáfono al principio de la manifestación y luego se fue. Su petición de pena bajó de nueve a dos años, y la de Alberdi subió de cinco a seis años. Los dos son miembros del sindicato CNT.
A Pablo Alberdi lo detuvieron mientras levantaba una pancarta frente al responsable del operativo policial, Fernando Fernández Beneite. El atestado lo firman cuatro policías, uno de ellos Beneite. Un agente dice en el escrito que Alberdi tiró una piedra que hirió a un agente en la pierna, y que eso desencadenó la carga policial. También asegura que cuando fue a detenerlo, Alberdi se echó para atrás tirándole un globo lleno de pintura que le puso perdido el pecho y el casco. Entonces trató de huir corriendo, siendo agarrado por varios agentes mientras se resistía.
Las imágenes grabadas por los testigos muestran otra realidad. La carga policial se desencadena cuando un globo de pintura procedente de los manifestantes impacta en el escudo de un agente y salpica la espalda del inspector jefe Fernández Beneite. Con los agentes cargando, Alberdi se acerca a ellos, coge una pancarta del suelo y la levanta. Lo ve Beneite, que va hacia él y le empuja; a su vez, dos manifestantes empujan al inspector, y cuando él se gira hacia ellos puede verse cómo tiene la espalda llena de pintura rosa. Cuando Beneite trata de golpear a los manifestantes que lo empujan, Alberdi se dirige a él y el policía se revuelve. Más agentes entran en acción; Alberdi grita frente a ellos con los brazos en alto hasta que lo inmovilizan. Mientras se producían las cargas, varios agentes se encargaron de grabar los disturbios. Hay varias imágenes en las que se ve a funcionarios policiales a un lado, con una cámara en alto y la misión de registrarlo todo. La defensa de Alberdi y Merino reclamó los vídeos. La respuesta oficial fue: “(…) si bien se realizaron grabaciones, todas ellas fueron destruidas debido a que por su calidad de imagen eran ineficaces desde la perspectiva de la operativa policial”. “¿No debería haber juzgado su eficacia la jueza, o la defensa, quienes nunca vieron esas grabaciones?”, se pregunta la organización Stop Represiones Logroño, que lleva años acumulando datos sobre el caso.
La sentencia dio por probado que Alberdi tiró una piedra de “considerable tamaño” que golpeó en la rodilla de un agente. Se basa en la versión de uno de los policías que firmó el atestado; en ese atestado no dijo por qué supo que Alberdi había tirado la piedra. Sí lo contó seis años después, en la vista oral. Según él, Alberdi iba encapuchado, iba de negro y con pantalones de camuflaje. ¿Si iba encapuchado, por qué sabía que era Alberdi? Por “la forma de moverse” cuando lo vio de nuevo con la cara descubierta. Endika Zulueta, abogado de Alberdi, le enseñó a este policía varios vídeos en los que se ve a gente encapuchada. “En ese vídeo, ahora mismo podría ser cualquiera, en ese vídeo”, dijo el agente en la vista.
El policía, que en el atestado vio cómo Alberdi tiró un globo de pintura a su superior, aseguró en el juicio —y tras proyectarse el vídeo— que en realidad nunca había presenciado esa acción. Y en esa misma vista dijo que Alberdi pegó una patada o rodillazo a su superior, algo que no se ve en el vídeo, pero eso prefirió no incluirlo