Un atentado deja al menos 10 muertos en Bogotá
La violencia volvió ayer a golpear Colombia. La explosión de un coche bomba en una academia de policía de Bogotá dejó al menos 10 muertos y más de 60 heridos. El atentado se produjo en el interior de la escuela de cadetes General Santander, en el
“Este demencial acto terrorista no quedará impune. Los colombianos nunca nos hemos sometido al terrorismo, siempre lo hemos derrotado. Esta no será la excepción. No nos doblegarán”. Con estas palabras condenó el ataque el presidente colombiano, Iván Duque, que volvió de urgencia de una región de la costa del Pacífico, donde se encontraba encabezando un consejo de seguridad. “Hago un llamado a los colombianos para que nos unamos en contra de los violentos. Ni un paso atrás frente a quienes atacan miserablemente a la sociedad”, exhortó el mandatario, quien aseguró que actuará “con toda la firmeza y con toda la prudencia”. Tras la firma de la paz y la desmovilización de las FARC en 2016, en Colombia siguen operando varios grupos armados. Los más organizados son el Ejército de Liberación Nacional (ELN), con los que el Estado aún no ha logrado establecer un diálogo estable; el cártel de narcotraficantes Clan del Golfo; y algunas columnas de disidentes de la antigua guerrilla.
El autor del atentado ha sido identificado, según confirmó el fiscal general de la nación, como José Aldemar Rojas Rodríguez, que llegó a la escuela a las 9.30 de ayer hora local (15.30 en la España peninsular) a bordo de un Nissan Patrol gris del 1993. El vehículo pasó una revisión técnica el pasado 27 de julio en la ciudad de Arauca, cerca de la frontera con Venezuela, una zona controlada por el ELN. La sucesión de los hechos estuvo en sur de la ciudad, después que un control de seguridad descubriera un vehículo con explosivos que se dio a la fuga y acabó estrellándose contra una de las instalaciones. Las autoridades investigan la autoría de este ataque, que de momento no ha sido reivindicado por ningún grupo armado.
las primeras horas rodeada de confusión. Una inspectora de la academia relató que “un carro entró a la fuerza” por un control de seguridad secundario.
No obstante, esa circunstancia no responde a la modalidad de un atentado suicida, prácticamente desconocida hasta ahora en la larga historia de violencia de Colombia. Otro testimonio recogido por Caracol Radio y la emisora W Radio aclara la situación y señala que el autor aceleró después de que un perro detectara
el explosivo y finalmente se estrelló contra un edificio. “Apenas se ve el tipo descubierto, arrancó con la camioneta, le pasó por encima al policía de la guardia, lo mató, los otros tres policías arrancaron detrás de él y él se chocó contra el alojamiento y explotó la camioneta”, describe una testigo de lo ocurrido.
Condena de las FARC
Las fuerzas de seguridad tratan ahora de determinar qué grupo tiene la capacidad y la estructura para perpetrar un atentado de estas características contra uno de los símbolos de la Policía colombiana.
La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, el partido heredero de las FARC que desde el pasado julio se sienta en el Congreso, condenó el ataque. “Expresamos nuestra solidaridad a las víctimas y sus familiares y convocamos a todos los sectores del país persistir en la construcción de un pacto nacional que saque la violencia y las armas del ejercicio de la política”, manifestó la formación.
Al mismo tiempo, algunos de sus dirigentes improvisaron interpretaciones de esa acción. “El atentado en la Escuela General Santander es una provocación contra la salida política al conflicto. El objetivo es cerrar posibilidades de acuerdo con el ELN, deslegitimar las movilizaciones sociales y favorecer a sectores guerrilleros. Nuestra solidaridad con familiares de policías”, declaró el excomandante Pastor Alape.