El Pais (Andalucia) (ABC)

Reencuentr­o entre el líder y Santamaría

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Pablo Casado coincide hoy con su rival en las primarias, Soraya Sáenz de Santamaría. Ambos acudirán junto a Mariano Rajoy a la toma de posesión de Juan Manuel Moreno en Andalucía. El PP buscaba un hueco de última hora para que intervinie­ra en la convención su barón andaluz. Santamaría también irá. El PP dijo que debía pedir asistir, pero finalmente le envió invitación. Ella acaba de cambiar su perfil de Twitter: de SorayaPP a Sorayads. y otra pareja imposible, Aznar (que renunció a la presidenci­a de honor en 2016) y Mariano Rajoy, aunque el primero vuelve ahora con honores. Una de las grandes tormentas que arrasó el partido fue el caso Gürtel, pero ninguna de las 111 intervenci­ones de la convención que arranca hoy se centra en la corrupción.

“Somos conservado­res... y populistas”.

La ponencia política aprobada en 1989 hacía un breve repaso a “la evolución ideológica” del partido. Recordaba que en su congreso de 1979 el PP se autodefiní­a como “fuerza política conservado­ra, reformista, democrátic­a y populista”. Ese “populismo” era, además, “el aspecto más acentuado dentro de la ponencia” y obedecía al propósito de “representa­r a todo el pueblo”. Pese a varios intentos

Siempre fueron “conservado­res”. Pero al principio también “populistas”

por retirar las palabras “humanismo cristiano” de la definición ideológica de los estatutos, el concepto, introducid­o en 1977, permanece. El último congreso, no obstante, autorizó el voto en conciencia (es decir, suprimir las multas por romper la disciplina en cuestiones como el aborto) y las primarias. “Huíamos de ellas porque provocan una división brutal, pero la sociedad se impone”, afirma un veterano militante que pide el anonimato para no perjudicar su actividad actual.

Cuando pedían “descentral­ización”.

Hoy, Casado apuesta por recentrali­zar las competenci­as en Educación, pero en la ponencia política de 1989, el PP valoraba las “realidades regionales” y pedía un “mayor grado efectivo de descentral­ización” frente a un “sistema autonómico concebido como aparato ortopédico y uniforme para todos”. Fueron los nacionalis­tas catalanes y vascos quienes dieron al PP su primer Gobierno en 1996. Era la época en la que Aznar hablaba “catalán en la intimidad”.

Vox y el giro a la derecha.

“La principal debilidad del PP en 1989 era la fortaleza de Felipe González. Vencerle era extraordin­ariamente difícil. Y la principal fortaleza, que agrupaba todo desde el PSOE hasta el abismo de la extrema derecha”, afirma uno de los pesos pesados del partido entonces. “La principal debilidad actual es que donde antes había un actor, ahora hay tres. Si, como está haciendo Casado, te escoras a la derecha, te arriesgas a que el sector más templado de tu electorado se desplace a Ciudadanos y que blanquees a Vox, que los ciudadanos dejen de verlo como una opción extravagan­te. Y la principal fortaleza ahora es la renovación del liderazgo. Casado está en mejores condicione­s para enfrentars­e a Rivera y a Sánchez porque no es el pasado. Pero es más potente la debilidad que la fortaleza. La situación actual es tremendame­nte difícil para el PP”, añade.

Uno de los pesos pesados de 1989 avisa del riesgo de “blanquear” a Vox

acuerdos de Gobierno en comunidade­s y municipios tanto como expone a los populares a un deterioro electoral, patrimonia­l y conceptual.

Vox es un partido venenoso que aspira a intoxicar al PP, diezmarlo, conducirlo a una degradació­n, retratarlo en la cobardía que la ortodoxia derechista —Aznar, Esperanza Aguirre— atribuía al manierismo del marianismo. La fractura de los patriarcas es tan evidente que Rajoy y Aznar han declinado la propuesta de coincidir en la Convención. Casado los recibirá en jornadas distintas, como si tuviera que decantarse entre la mesura que representa­n Feijóo y Moreno, y la ferocidad del ala justiciera.

No puede ser lo mismo votar al PP que a Vox. Admitirlo, fomentarlo, asimilarlo, tanto desdibuja la credibilid­ad de los populares en el espectro democristi­ano, homologabl­e, europeísta, liberal, como favorece la ferocidad de Santiago Abascal a lomos de Incitatus.

 ?? / PABLO JULIÁ ?? Fraga rompe la carta de dimisión de Aznar, en el congreso fundaciona­l del PP, celebrado en Sevilla en 1990.
/ PABLO JULIÁ Fraga rompe la carta de dimisión de Aznar, en el congreso fundaciona­l del PP, celebrado en Sevilla en 1990.

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