El Pais (Andalucia) (ABC)

Laura Luelmo murió en menos de ocho horas tras ser atacada

Las pruebas complement­arias de los forenses descartan una larga agonía de la joven profesora asesinada en Huelva

- PATRICIA ORTEGA DOLZ, Madrid

Las pruebas complement­arias que los forenses han realizado al cuerpo de Laura Luelmo, la profesora de 26 años asesinada en El Campillo (Huelva), terminan de aclarar cómo fue su muerte. “Los estudios realizados en los tejidos son muy precisos y muestran que apenas hubo superviven­cia, murió casi en el acto. Desde luego, antes de que transcurri­eran ocho horas desde la agresión”, señalan fuentes próximas a la investigac­ión.

La conclusión de los análisis ajusta los resultados preliminar­es de la autopsia, que daban un margen de hasta dos días para datar la muerte de la joven zamorana desapareci­da el 12 de diciembre y hallada muerta, semidesnud­a y con signos de violencia, el día 17 en una zona boscosa. La Guardia Civil consideró que las “lesiones mortales” —unos golpes en la cabeza contra el suelo— se produjeron en la casa de su vecino y asesino, el exrecluso Bernardo Montoya, de 50 años; y que este —hoy de nuevo en prisión— se deshizo del cuerpo de la mujer rápidament­e, lo metió en su coche y lo arrojó en un paraje a cinco kilómetros del pueblo. Los agentes aseguraron entonces que Luelmo murió el mismo día que su agresor la golpeó “en su casa”.

Incinerada en diciembre

Los resultados preliminar­es de la autopsia señalaban que “Laura Luelmo murió en algún momento entre el día 14 y 15 de diciembre”, lo que desató las sospechas de una larga agonía de la joven. Los últimos análisis contradice­n esa teoría.

Las pruebas complement­arias practicada­s en los tejidos obtenidos del cuerpo, que la familia pudo incinerar antes de Navidad, revelan que “apenas hubo superviven­cia, ya que los tejidos afectados por las lesiones casi no evoluciona­ron”. Es decir, el organismo no luchaba “para reparar las graves heridas hemorrágic­as que sufría”, aseguran fuentes próximas a la investigac­ión. Fuentes forenses explican que “cualquier organismo tiende naturalmen­te a su restauraci­ón mientras está vivo”. “Todo indica que la agresión fue muy cercana en el tiempo al fallecimie­nto”, insisten.

Estos resultados cierran la polémica creada entre algunos forenses —que emitieron una nota desde la Sociedad Española de Medicina Legal Forense— y la Guardia Civil tras resolver el caso y explicar sus tesis. Los agentes siempre defendiero­n que Montoya había golpeado mortalment­e en la cabeza a su víctima en su casa, ubicada enfrente de la que solo tres días antes había alquilado la profesora. Los forenses, por su parte, pedían “respeto” hacia sus compañeros y las conclusion­es emitidas en sus primeros informes que daban dos días de margen en la data de la muerte.

“Los análisis complement­arios, que se deben emplear, no suelen corregir de modo sustancial la primera predicción, raramente supondrán una rectificac­ión importante a las conclusion­es obtenidas a partir del examen del cadáver”, habían afirmado los forenses el 28 de diciembre.

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/ ALEJANDRO RUESGA Los especialis­tas buscan pruebas sobre el crimen de Luelmo en El Campillo.

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