El Pais (Andalucia) (ABC)

Vox renuncia a la visibilida­d para ganar poder en la sombra

- MIGUEL GONZÁLEZ,

Cambio climático y desigualda­des. Estos son los dos grandes retos de política pública que enfrentan las ciudades en todo el mundo. En ambos, los núcleos urbanos encierran tanto buena parte de las causas como las soluciones. La forma de organizaci­ón política más antigua de las que sobreviven se erige como la más moderna, también en España: si 2015 fue el año del cambio para el poder municipal, del momento en que una nueva generación de líderes y votantes ponían estos retos a la cabeza de sus prioridade­s, 2019 ha consolidad­o a las ciudades como instrument­os para el cambio, más que por él.

Cuando echamos cuentas más allá de Madrid, resulta que de los 80 núcleos principale­s, dos tercios mantendrán un Gobierno con la misma orientació­n que antes. La mayoría (70%) de izquierda o mixtos. Son una minoría menor al 10% los que giran a la derecha. Prácticame­nte todos lo hacen con la participac­ión de Ciudadanos, que aspira a asegurar unas políticas que, sobre el papel, son lo suficiente­mente distintas a las de Vox como para que requieran acuerdos separados con el PP: así ha sucedido en Madrid.

Es además en el nivel municipal donde el partido naranja ha cerrado los pactos mestizos: las demandas del votante urbano, pero sobre todo el camino emprendido por las políticas en ciudades grandes y medianas, sobrepasan la dinámica de dos bloques cerrados que se ha establecid­o en la política española.

No es novedad que las lógicas locales sean distintas a las nacionales. Parece normal que los problemas de Zaragoza, Valladolid o Telde sean lo suficiente­mente distintos como para garantizar variación en los acuerdos programáti­cos. Al mismo tiempo, el carácter nítidament­e urbano de los grandes retos asegura que el conjunto de la política en las ciudades sea distinto. Favorecien­do, quizás, un centro de gravedad que se parece más al que observamos en el transversa­l acuerdo barcelonés que a la polarizaci­ón estatal.

Este centro de gravedad lleva al menos cuatro años generando medidas de considerab­le impacto urbanístic­o. Las políticas en las ciudades producen efectos muy palpables para los ciudadanos, que observan en vivo cómo cambia su entorno físico. Por ello, si están bien diseñadas, ganan apoyos de manera transversa­l. Lo inesquivab­le de las modificaci­ones en el tejido urbano asegura menos partidismo, y más pragmatism­o, en el voto. Así que las nuevas alcaldías deberán ser cuidadosas al interpreta­r el mandato ciudadano. Porque la demanda de cambio tiene menos que ver con los colores y los bloques y más con reorientar el instrument­o más inmediato de que disponemos para enfrentar los retos.

Santiago Abascal, líder de Vox, inauguró ayer la jornada en la que se constituía­n los Ayuntamien­tos salidos de las urnas del 26-M con un tuit contundent­e: “Vox estará en el gobierno de todos los municipios donde su voto sea decisivo para arrebatar las

Madrid, la joya de la corona del poder municipal, escenificó el intento por mantener las concesione­s a Vox alejadas de los focos. El flamante alcalde, el popular José Luis Martínez-Almeida, aseguró que las funciones que van a tener los cuatro concejales ultranacio­nalistas, cuyo voto fue decisivo para su elección, aún no están cerradas.

El cabeza de lista de Vox, Javier Ortega Smith, indicó que la participac­ión de su grupo en el gobierno municipal se concretará en los próximos 20 días, aunque fuentes del PP apuntaron que se cederá la presidenci­a de juntas de distrito y de organismos municipale­s.

La existencia de pactos en diferido, o cuanto menos opacos, se repitió en muchos otros lugares y provocó interpreta­ciones contradict­orias. En Granada, el nuevo alcalde, Luis Salvador, de Ciudadanos, aseguró que los ediles de Vox no estarían “dentro del Gobierno” municipal, aunque sí tendrían “algunas funciones”. Lo contrario de lo que aseguró el portavoz de Vox en el Ayuntamien­to, Onofre Miralles: “Formar parte del equipo [de Gobierno] está cerrado, aunque no las condicione­s”.

Aunque el PP y Vox pactaron gobernar juntos en los municipios donde tuvieran mayoría absoluta, al final han sido muy pocos donde esto ha ocurrido. Entre ellos, las localidade­s almeriense­s de El Ejido y Roquetas de Mar, ambas con alcalde del PP. En la primera, Vox gestionará cuatro concejalía­s, incluida Urbanismo, mientras que en la segunda está pendiente el reparto. En alcaldías a la izquierda”. Sin embargo, conforme avanzaba el día se confirmaba que el partido ultranacio­nalista estará en muy pocos gobiernos municipale­s, aunque sí tendrá poder en la sombra, en forma de presidenci­as de distrito o entes municipale­s, en ayuntamien­tos gobernados por PP y Cs.

La dirección nacional dio instruccio­nes a sus ediles para que apoyaran a los candidatos de PP y Cs allá donde fuera posible desbancar a la izquierda y pedir como contrapart­ida su entrada en el Gobierno municipal “en proporción” a los votos que tuvieran.

No siempre fue fácil. En San Sebastián de los Reyes (Madrid), el candidato socialista logró la alcaldía, aunque las tres derechas sumaban mayoría. En Palencia, la edil de Vox, Sonia Lalanda, apoyó al candidato de Ciudadanos, pese a calificar de “indignidad” el intercambi­o de las institucio­nes de Castilla y León pactado por este partido con el PP. Eso sí, la concejal ultranacio­nalista gestionará un área de promoción y desarrollo local.

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/ EFE Los concejales de Vox por Madrid Pedro Fernández (izquierda) y Javier Ortega Smith.

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