Robotización
México se ha convertido en los últimos años en un laboratorio de nuevas tecnologías. La planta de BMW, con un 95% de automatización en algunos segmentos de la producción, es un ejemplo. La fábrica, además, es flexible. Inicialmente producirá sedanes Serie 3, el
de los coches de lujo, con un objetivo de llegar a las 175.000 unidades al año, pero en el futuro puede adaptarse a otros modelos, tanto de gasolina como híbridos o eléctricos. “Proyectamos la planta de manera que pudiéramos reaccionar rápida y de forma flexible ante futuras variantes de modelos y volúmenes de producción”, dijo su director, Hermann Bohrer.
La mayor robotización ha cambiado el perfil del trabajador. Según la responsable mundial de recursos humanos de la compañía, Milagros Caiña, la tendencia es hacia una mayor representación de la mano de obra altamente cualificada, sobre todo ingenieros con conocimientos de robótica. La empresa tiene un centro de capacitación para jóvenes. producido en los tres países pasará de un requerimiento del 62,5% a uno del 75% para componentes esenciales como el motor, si bien los fabricantes tienen la opción de no cumplir la norma y pagar el arancel general del 2,5%.
Por ahora, BMW importará el propulsor desde Europa. “Cuando necesitemos mayor capacidad, en esta ubicación podemos tener una planta de motores, pero todavía no hay necesidad”, aseguró el responsable mundial de producción de la compañía, Oliver Zipse. Motor aparte, el 62,5% del sedán procede de proveedores establecidos en México, y en el caso de la carrocería, el 90% proviene de tres productores de los alrededores de San Luis de Potosí. La apertura de la planta también ha arrastrado hasta esta ciudad a varios proveedores internacionales, entre ellos Minghua, empresa de moldes de plástico para ventanas y puertas que ha salido por primera vez de China para acompañar al fabricante alemán.
Vulnerabilidad
Pese a estas muestras de confianza, el reciente exabrupto comercial de Trump y su impacto en la Bolsa mexicana han expuesto la vulnerabilidad del sector del automóvil, muy dependiente de las exportaciones a EE UU. Zipse dijo la semana pasada que el objetivo es aprovechar los tratados de libre comercio que México tiene con una cuarentena de países, en su mayoría latinoamericanos y europeos, para proveer a unos 40 destinos a partir de 2020, no solo al gran vecino del norte. Durante los primeros meses, no obstante, la producción irá enteramente a EE UU.
Vender al mercado doméstico es otra opción, según el ejecutivo. Mientras la producción ha crecido un 1,9% entre enero y mayo de 2019, las ventas internas han caído un promedio del 5,4% respecto al mismo periodo de 2018, y en el caso de vehículos de lujo, como el sedán Serie 3, el golpe ha sido de casi el 25%, según AMDA. Con este frenazo de la demanda, que Rosales vincula a la subida del precio de los combustibles en 2017, la asociación prevé que la tendencia a la exportación se refuerce a corto y medio plazo.