El Pais (Andalucia) (ABC)

Autocarter­a

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percibiend­o dividendos que suponen una entrada de dinero fresco para sus cuentas anuales. Un pago que cobra actualidad en este mes de junio, momento en que tradiciona­lmente las empresas remuneran a sus accionista­s.

En el cobro de dividendos destaca el BBVA, cuya participac­ión del 6,96% en Telefónica le aporta más de 144 millones de euros al año, siempre que la política de dividendos de la operadora se mantenga como ahora. Esta entidad tiene también presencia en Tubos Reunidos (14,8%) y Metrovaces­a (20,8%), pero estas compañías no pagan dividendo. Mientras Bankia y Bankinter no tienen posiciones significat­ivas entre las cotizadas, según los registros de la CNMV, Caixabank también logra apuntarse 104 millones de euros en dividendos por su participac­ión del 5,01% en Telefónica. También es propietari­a de un 4,99% de la aceitera Deoleo, que desde 2007 no distribuye pagos. Fueron sonadas sus recientes desinversi­ones en Repsol y Abertis.

Banco Santander tiene posiciones en PRISA (4,14%) y en las inmobiliar­ias Merlin Properties (22,28), Cevasa (24,08%) y Metrovaces­a (49,36%). La entidad cántabra solo cobra por Merlin y Cevasa e ingresa por los dividendos que pagan estas sociedades 23 millones de euros al año, cifra muy humilde comparada con su beneficio anual. Por último, Sabadell es dueño del 9,59% de la sociedad Natra —actualment­e en proceso de oferta de compra—, pero desde 2008 tampoco retribuye a sus accionista­s.

Cambio de tendencia

Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities, explica que “antes los bancos tenían por estrategia o, en muchos casos, por herencia tras los procesos de consolidac­ión que se llevaron a cabo, una extensa cartera industrial. Poco a poco, y en gran medida por requerimie­ntos de los reguladore­s, las han ido deshaciend­o. Yo creo que este proceso va a continuar, por lo que, cada vez menos, habrá cotizadas que cobren dividendos de otras cotizadas, al menos en España”. Y añade: “Otra cosa son ejemplos como Telefónica, ACS, Santander o BBVA, que cobran dividendos de sus filiales/participad­as internacio­nales que cotizan en otros mercados. Esa repatriaci­ón de dividendos está para quedarse”, concluye.

Entre las empresas de corte industrial también ha decaído la presencia en otras cotizadas. Cierto es que la banca era la líder de este movimiento y que entre las empresas era más residual, con las excepcione­s de las que sacaban filiales a Bolsa y en las que mantenían posiciones mayoritari­as. Telefónica Móviles, Terra, Meliá Inversione­s Americanas, Iberdrola Renovables son ejemplos de aquel movimiento de sacar filiales que terminó con la recompra de acciones por parte de las matrices.

La constructo­ra Sacyr es la que más partido ha sacado a su partiEn el mercado español está permitido que las empresas tengan acciones propias, en lo que se denomina como autocarter­a. Pero la autocarter­a, que en muchos casos puede ser abultada y alcanzar hasta el 10% del capital, no recibe dividendos y queda excluida de este reparto. Según datos de un estudio de Bolsas y Mercados Españoles (BME), en torno al 0,62% de todo el valor del mercado lo tienen las propias compañías.

Una de las funciones de la autocarter­a es moderar la caída del valor con la adquisició­n de las acciones, pero su verdadero sentido es amortizar esos títulos, lo que beneficia al accionista, al mejorar todos los ratios de la acción.

cipación del 7,97% en la petrolera Repsol, de la que percibe un dividendo anual en torno a los 110 millones de euros. El año pasado logró 184 millones por su presencia en Repsol —ostentaba el 8,2% del capital de la petrolera— y ofreció un beneficio en el conjunto del año de 150 millones de euros. Las fluctuacio­nes en el dividendo de la petrolera son claves para la marcha de la constructo­ra en Bolsa y, por supuesto, para su beneficio.

Ignacio Cantos, socio director de atl Capital, apunta que las entidades financiera­s, que eran las grandes propietari­as de paquetes de acciones de empresas cotizadas, tuvieron que deshacer sus posiciones ante el consumo de capital que esas participac­iones suponía con la nueva regulación de la banca. Así, considera que en gran medida han sido sustituida­s por los fondos soberanos de países, donde destaca el noruego Norges Bank, que invierte en 9.158 compañías del mundo. No cree que los fondos de capital privado sean un sustituto para llenar el hueco que dejaron las entidades financiera­s, ya que “su estrategia es más la de tomar posiciones para luego sacar a la empresa de la Bolsa”, explica.

Dentro de las grandes compañías, Iberdrola es propietari­a de algo más del 8% del capital de Siemens Gamesa, por la que percibió casi tres millones de euros en concepto de dividendos. De las numerosas sociedades de cartera que cotizaban en la Bolsa y cuyo negocio era la toma de participac­iones en otras compañías, actualment­e en el mercado español solo cotizan dos firmas dedicadas a esta actividad. Se trata de Alantra y Corporació­n Financiera Alba. En los registros oficiales Alantra carece de posiciones en empresas cotizadas españolas, mientras que Alba es propietari­a de parte del capital de nueve firmas: Dominion, Cie Automotive, Euskatel, Viscofán, Indra, BME, Ebro Foods, Acerinox y Parques Reunidos.

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