Vacas lecheras bursátiles en extinción
Invertir en empresas que se beneficien del dividendo de otras es cada vez más difícil tras el fin de las grandes corporaciones industriales
No hace falta echar mucho la vista atrás para recordar la presencia que los bancos tenían en otras empresas cotizadas de las que percibían grandes dividendos. Petroleras, eléctricas o constructoras estaban entre sus preferencias formando conglomerados financieros como Corporación Banesto o Cartera Central o, más recientemente, Criteria. También eran muy frecuentes las sociedades de cartera que los bancos y las antiguas cajas controlaban y que se fueron diluyendo, y cuyos activos los formaban acciones de otras sociedades.
Desde Bolsas y Mercados Españoles (BME) aportan un dato concluyente sobre este proceso. Los bancos son dueños del 3,1% de la Bolsa española, cuando en 2007 poseían más del 9% y en 1992 superaban el 15% de todo el mercado. Pero las exigentes normas de capital los llevó a desinvertir, un proceso que aceleró la reciente crisis y que se ha extendido por toda Europa en lo que podría calificarse como un nuevo modelo de banca carente de cartera industrial. De acuerdo con el último trabajo disponible para la Unión Europea, que data del año 2012, la banca ostentaba en dicho año un 3% del valor de las acciones cotizadas en las Bolsas del continente: estamos en línea.
Sin embargo, sigue habiendo excepciones y muy jugosas. Aunque la inversión en otras cotizadas no sea ahora el objetivo del sector financiero ni de otras empresas, quedan importantes reminiscencias del pasado y siguen