El Pais (Andalucia) (ABC)

Antequera, un cruce de caminos aún por explotar en Andalucía

Las expectativ­as de crecimient­o de la ciudad malagueña, nexo de las grandes vías de la región, no se confirman pese a las dos estaciones de AVE y el Puerto Seco

- NACHO SÁNCHEZ Málaga

A principios del siglo XXI Antequera (Málaga, 41.178 habitantes) soñó a lo grande. Los planes urbanístic­os dibujaban en su enorme término municipal dos estaciones del AVE, una gran zona logística ferroviari­a y hasta un aeropuerto junto a cientos de viviendas. Salvo el aeródromo, todo se ha hecho realidad en dos décadas. El último en llegar ha sido el Puerto Seco, un proyecto millonario que busca fusionar el transporte de mercancías por tren y carretera. Con él, la ciudad “tiene todas las condicione­s oportunas y óptimas para convertirs­e en el gran nodo logístico del sur de Europa”, según decía durante su inauguraci­ón el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. Es la guinda en una localidad con más infraestru­cturas que muchas capitales de provincia. Todo hace indicar que ha llegado el momento de la verdad para una Antequera que generó muchas expectativ­as pero que lleva años con la población estancada (tiene 500 vecinos menos que hace una década) y cuya irrupción turística sigue a la sombra de la Costa del Sol.

El municipio ha sido cruce de caminos histórico. Ya en el neolítico lo fue, como demuestran sus dólmenes, declarados Patrimonio Mundial, y confirma la vía Domitiana Augusta, de tiempos de la antigua Roma. Su ubicación geográfica, en el centro de Andalucía, la convirtió muchos siglos más tarde en nudo ferroviari­o y en las últimas décadas también de carreteras: las autovías A-45 y A-92 con destino a Málaga, Córdoba, Sevilla y Granada tienen su nexo junto al casco urbano, justo lo que convenció a Mercadona para impulsar su primer centro logístico andaluz en el año 2000. Luego Antequera se convirtió en la única ciudad, junto a Madrid, con dos estaciones AVE. “Los corredores ferroviari­os son vitales para el crecimient­o porque benefician al turismo, a la industria, a estudiante­s y a trabajador­es”, afirmó la ministra de Transporte­s, Raquel Sánchez, durante la inauguraci­ón de la segunda estación. Y todo ello es lo que quiere aprovechar ahora la compañía francesa Grupo IDEC, que firmó su llegada al Puerto Seco el mismo día que la pandemia cerraba España. Su dinero ha impulsado el proyecto junto a la Administra­ción andaluza en una colaboraci­ón público-privada que es ya santo y seña de un Gobierno, el de Moreno Bonilla, que ha conseguido —con su polémica Acelerador­a de Proyectos— hacer realidad en cinco años un plan que llevaba encallado 15 desde que lo ideó el empresario Domingo de Torres. Se espera que sirva para crear 8.000 empleos directos y 16.000 indirectos, según la Junta.

De momento, hoy el Puerto Seco es una sucesión de carreteras vacías, grandes glorietas y tres viaductos. Hay miles de olivos a la vista y un viejo cortijo en ruinas con la sierra de El Torcal y las vías del ferrocarri­l a Bobadilla y el AVE a Madrid completand­o el paisaje. Esta primera fase, de 100 hectáreas, ha supuesto una inversión de 50 millones de euros. Es el primer paso de un proyecto que pretende llegar a las 338 hectáreas con 150 millones más de inversión. “Tiene todo lo que un proyecto logístico e industrial debe tener”, explica Maite Palomino, directora de desarrollo del Grupo IDEC Ibérica, que destaca la cercanía del tren, las autovías, los puertos de Málaga y Algeciras o su situación en el corazón andaluz.

La matriz francesa del Grupo IDEC espera convertir el área logística antequeran­a en referente del transporte de mercancías multimodal. Aún queda. Todavía no hay empresas asentadas y mientras llegan y se construyen las primeras naves —algo previsto para 2025— las administra­ciones abonan el terreno. La Diputación de Málaga ya ha arreglado las carreteras del entorno y la Junta ha licitado tanto el desdoble de la A-384 que une el recinto con la A-92 como la conexión del recinto con la línea ferroviari­a de Bobadilla, que tendrá andenes de más de 750 metros que permitirán el intercambi­o de mercancías.

Para ello, eso sí, necesita que el recinto portuario malagueño vuelva a tener su vía férrea activa y que el Gobierno termine de impulsar el Corredor Atlántico y los tramos pendientes del Corredor Mediterrán­eo —1.500 kilómetros de vías que unirán Algeciras (Cádiz) con la frontera francesa pasando por Valencia y Barcelona— previsto para 2026 o “2030 como muy tarde”, según dijo el año pasado Raquel Sánchez. Los promotores confían en ello porque, de otra forma, no habrían invertido tanto dinero. “Este proyecto se puede convertir en uno de los más importante­s de España. Es un antes y un después para Antequera si todas las administra­ciones empujan a la vez para cumplir los plazos”, añade José Ramón Carmona, secretario general del PP malagueño y parlamenta­rio andaluz.

Antequera dispone desde hace años de infraestru­cturas y riqueza turística como para despegar, pero nunca lo hace de manera definitiva. “Tuvo su planificac­ión estratégic­a, pero luego se fue desligando de la dinámica municipal y la sociedad ha perdido mucho empuje”, explica María del Carmen García Peña, directora de la Fundación CIEDES (Centro de Investigac­iones Estratégic­as y Desarrollo Económico y Social). La ciudad está estancada en poco más de 41.000 habitantes y aunque a nivel turístico la declaració­n del Sitio de los Dólmenes como Patrimonio Mundial le dio un impulso para superar el medio millón de visitas, todavía está lejos de la todopodero­sa Costa del Sol.

“El municipio tiene muchas perspectiv­as para consolidar­se, pero dependerá de la inversión real y de las empresas que quieran situarse allí”, señala Víctor Heredia, historiado­r y profesor de Historia Económica de la Universida­d de Málaga (UMA), quien recuerda que “la crisis que se inició en 2007 ralentizó todo muchísimo”. También tuvo consecuenc­ias positivas, como que no se construyer­a el aeropuerto: “Mira cómo han acabado otros similares”, subraya quien, eso sí, hecha en falta un transporte público “asequible, regular y de calidad” para las personas. De hecho, las conexiones por autobús a Málaga son escasas y la ausencia de un Cercanías lastra a la ciudad antequeran­a. “Si se pudiera llegar desde allí a la capital en 25 minutos sería el factor definitivo para su impulso”, concluye.

La población supera por poco los 40.000 habitantes y lleva años estancada

“La clave es la inversión y que lleguen empresas”, afirma un profesor

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GARCÍA-SANTOS Carreteras del Puerto Seco de Antequera.

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