Debacle de un grande del cine
Intérpretes: Oliver Masucci, Fanny Ardant, John Cleese, Joaquim de Almeida. Comedia. Italia, 2023. 100 minutos.
En una clasificación quizá un tanto restrictiva, la parte final de las carreras de los mejores cineastas de la historia se podría dividir entre la de los posibilistas, que hacen lo que pueden y lo que les dejan, y la de los de los autores personales a los que aún les queda una bala en el cargador. El paradigma del primer grupo sería Woody Allen. También podrían encajar nombres como Billy Wilder (Aquí un amigo) y Alfred Hitchcock (La trama).
En el otro lado, con casos tan importantes como los de John Huston con Dublineses, Sidney Lumet con Antes que el diablo sepa que has muerto, Stanley Kubrick con Eyes wide shut y John Ford con Siete mujeres, podrían situarse cineastas contemporáneos como Marco Bellocchio, Víctor Erice y Hayao Miyazaki.
El caso de Roman Polanski, como el de Allen, pero aquí sumando lo legal y lo jurídico a lo moral, lleva tiempo envenenado por sus antiguos problemas con la justicia estadounidense, pero la polémica con su anterior película, esta sí, con aureola de testamento, acabó por dinamitar su situación laboral, artística, política, social y ética. En los premios César de 2019, calificados por muchos como los “César de la vergüenza”, El oficial y el espía podía verse como una (escandalosa) parábola de la situación del propio Polanski.
Por todo lo anterior resulta tan incomprensible ver una película tan estúpida como The Palace. Es inconcebible que Polanski se haya metido a los 90 años en un demencial berenjenal de producción entre Polonia, Italia, Suiza y Francia que da vergüenza ajena. Un añejo guion de comedia sobre el efecto 2000 (su falta de vigencia es risible), ambientado en un hotel lleno de oligarcas rusos y asquerosos rostros cincelados con la peor cirugía estética, abarrotado de rancios chistes homófobos, misóginos y escatológicos, en una infumable caricatura de lo que, al menos como profesional del arte, fue el pequeño gran polaco. The Palace es quizá la mayor debacle final de un grande del cine en toda la historia.