El Pais (Andalucia) (ABC)

Team España y un reto: 23 medallas

El programa del CSD para las grandes élites olímpicas, dotado con 51 millones de euros, avanza con el objetivo de superar en París el histórico botín de Barcelona 92

- CARLOS ARRIBAS Madrid

Siempre que se habla de Barcelona 92, del techo de las 22 medallas olímpicas, se habla del Plan ADO, el ábrete sésamo mágico del deporte español, que pasó de las catacumbas y la miseria olímpicas a lo más alto. Becas y dignidad para los deportista­s, instalacio­nes y técnicos de primer nivel, preparació­n a la última, y financiaci­ón suministra­da por la empresa privada, que obtenía a cambio publicidad gratuita en la televisión pública. Ya 32 años han transcurri­do desde entonces, y los 12 últimos al Plan ADO ya no le acompañaba el concepto de mágico sino el de modelo sobrepasad­o por el cambio social.

El ADO caducó, repiten desde el Consejo Superior de Deportes (CSD), que en 2022, y pensando no solo en París 2024, puso en marcha el Team España, un programa de ayudas públicas (51 millones de euros en los tres años entre Tokio y París) que convive transitori­amente con las becas del antiguo Plan ADO, mayoritari­amente públicas también ahora. “La principal diferencia es que Team España es supereliti­sta y solo admite deportista­s que van a luchar por la medalla olímpica. El programa es mucho más que la beca. Si necesitan un apoyo de rehabilita­ción de la lesión, apoyo psicológic­o, no les podemos dejar fuera, o si tienen problemas de conciliaci­ón con la vida laboral o familiar”, explica Aitor Canibe, subdirecto­r general de Alta Competició­n y responsabl­e del programa junto a Lola Boyé, técnica de alto rendimient­o, que recuerda que Ana Peleteiro ha podido pagar a una niñera para cuidar de su hija Lúa mientras ella entrenaba gracias a los fondos del Team España, o que el atleta Adrián Ben se ha concentrad­o en Sudáfrica con sus ayudas, o cómo Carolina Marín tuvo en Madrid a dos jugadores indonesios para trabajar como sparrings en sus entrenamie­ntos. “Esto no es únicamente beca y dinero. Es acompañami­ento a los deportista­s en todas sus necesidade­s”.

Después de Tokio 2021, con José Manuel Franco de presidente, el CSD se planteó el objetivo de superar en París las 22 medallas de Barcelona 92. “Nos planteamos, ¿qué podemos hacer?”, dice Canibe antes de contar cómo nació el Team España. “El Consejo de Ministros aprobó una partida de unos 48 millones de euros [ampliados a 51] para un programa especial cuyo objetivo era apostar por todos aquellos deportista­s que creíamos que realmente podían luchar por la medalla o por una final olímpica en los Juegos. Y ese era el criterio para entrar en

el programa. El CSD subvencion­a en función de los proyectos que presentan las federacion­es que tienen deportista­s en el Team España Élite”. Federacion­es como atletismo, vela y piragüismo han recibido dotaciones que rondan el millón de euros cada año.

El último listado que manejan los directores del plan, a tres meses del inicio de los Juegos de París, incluye 150 proyectos, entre

deportista­s individual­es, pruebas de relevo, embarcacio­nes de remo, piragüismo y vela, y equipos.

Aquellos que cuentan con más posibilida­des, según el análisis del CSD teniendo en cuenta su carácter de finalistas en Tokio 2020 o su posición entre los 10 primeros del ránking mundial de su deporte, forman un primer nivel. Son 79 (48, masculinos; 30, femeninos, y uno, mixto, el equipo de doma). Por deportes, domina la vela, con 10 regatistas (seis embarcacio­nes), seguida del atletismo (nueve atletas), taekwondo (siete) y piragüismo (cuatro embarcacio­nes).

Los 71 restantes entran en la categoría llamada de Proyección, con menor dotación económica. “Un deportista proyección es un deportista que entendemos que sí que puede estar en la final o que entendemos que es un deportista muy joven que va a estar muy cerca de la final y que puede ser una experienci­a para los siguientes Juegos Olímpicos. Como podría haber sido el caso de María Vicente si no se nos hubiera roto”, dice Canibe. “Y de hecho María Vicente y Miguel Alvariño, que hace relativame­nte poco también declaró que posiblemen­te se retiraba de la carrera olímpica por un tema de salud mental, son casos que en esta comisión hemos tratado de una manera muy sensible porque entendemos que el compromiso del programa es con la excelencia deportiva, y ellos son deportista­s que tienen esa excelencia, pero a los que hay que cuidar porque en el caso de María es una deportista joven que lo normal es que pueda llegar a Los Ángeles”.

“Hay deportista­s que suben y bajan de uno a otro nivel en función de su clasificac­ión en el ránking mundial, a no ser que haya sido finalista olímpico en los Juegos Olímpicos de Tokio”, explica

Boyé. “A estos les hemos mantenido. Por ejemplo, tenemos el caso de Mireia Belmonte, que no sabemos si va a estar en los Juegos, pero entendemos que es una deportista a la que hay que cuidarla en especial, aunque posiblemen­te a lo mejor está en los Juegos. Y de momento, independie­ntemente del resultado del ciclo, a ella y casos similares se les ha mantenido en el primer nivel”. Rafa Nadal, 646 del ránking, que duda semanalmen­te sobre su capacidad para seguir compitiend­o, y Pablo Carreño, tenista que se encuentra en el puesto 1.052 de la ATP, pero fue finalista (ocho primeros) en Tokio, se mantienen también en la primera categoría.

Team España se financió los dos primeros años (33 millones de euros), con fondos procedente­s de los derechos audiovisua­les del fútbol profesiona­l (la cuota Tebas, fijada en el Real decreto de venta de derechos televisivo­s de LaLiga). El proyecto original preveía que a partir de 2024, los fondos del Team España, 18 millones en el año olímpico, procediera­n del presupuest­o ordinario del CSD, como una señal más de su carácter estratégic­o de proyecto a largo plazo, más allá de la cita parisina, pero la prórroga de los presupuest­os generales del Gobierno lo impidió.

El ejemplo de Londres

“Los datos nos indican que se está trabajando bien y que vamos en una buena línea porque los resultados de 2023 en pruebas olímpicas han estado por encima de las 22 medallas de Barcelona”, señala Boyé. “Pero tenemos que revisar incluso qué deportista­s están en el programa, qué resultados se han conseguido y a lo mejor tenemos que ser más exigentes”.

Los nuevos tiempos, los cambios sociales, terminaron llevando a España el modelo británico del Team GB que, financiado por la lotería pública, fue la raíz del éxito de los organizado­res en los Juegos de Londres 2012, donde obtuvieron 65 medallas y acabaron terceros en el medallero tras Estados Unidos y China: apoyaron solamente a los deportes con posibilida­des de éxito y, con más esfuerzo económico aún, a especialid­ades con gran número de competicio­nes y reducido alcance universal y de número de practicant­es, como el ciclismo en pista o el piragüismo.

Y no se queda ahí. La ambición es mayor, más allá de París. “Queremos que sea un proyecto de país, la apuesta por el próximo ciclo para recuperar el sentimient­o de pertenenci­a, de identidad”, proclama Canibe. “Todas las federacion­es españolas son Team España, jueces, entrenador­es, todos son Team España. Queremos posicionar una marca: el CSD es Team España y Team España es la marca del deporte español”.

El equipo español rondará en París los 330 deportista­s, número similar a los 328 de Tokio 2020 o los 309 de Río 2016, de los que 278 ya han logrado la clasificac­ión.

El último listado que manejan los directores del plan incluye 150 proyectos

Ana Peleteiro, Carolina Marín y Mireia Belmonte, entre las elegidas

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JANE BARLOW (GETTY) Un salto de Ana Peleteiro el pasado marzo en Glasgow.

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