El Pais (Andalucia) (ABC)

Quién apoya la independen­cia de Cataluña

El 51% prefiere permanecer en España, frente al 41% que quiere separarse. Desde 2017 baja el apoyo a la secesión

- KIKO LLANERAS BORJA ANDRINO

El Centre d’Estudis d’Opinió (CEO, organismo dependient­e de la Generalita­t) lleva casi una década preguntand­o a los catalanes por la independen­cia.

Independen­cia

El 41% de los catalanes querría que Cataluña fuese un Estado independie­nte, pero la mayoría se opone (51%)

Las encuestas del CEO evidencian un retroceso del independen­tismo desde octubre de 2017. Entonces los partidario­s de salir de España se imponían (49% a 44%), pero luego han ido reduciéndo­se, hasta darle la vuelta a la situación: hoy los que rechazan la independen­cia son la mayoría (51%) y superan por 10 puntos a sus partidario­s (41%). El resto no sabe o no contesta.

Tramo de edad

En 2015, la mayoría de los catalanes de 18 a 24 años apoyaba la independen­cia (53,2%). Ahora solo el 39,4%

La única franja de edad en la que el independen­tismo no baja desde 2017 es la de los mayores de 65 años: entre ellos, el apoyo a la independen­cia ha pasado del 36% al 42%. El motivo posiblemen­te no es que se haya convencido a mucha gente, sino un efecto reemplazo: ha cumplido 65 años más gente partidaria de la independen­cia de la que ha fallecido en edades avanzadas.

Campo contra ciudad

Hay más independen­tistas en los pueblos y menos en las ciudades

La independen­cia se impone en los municipios de menos de 10.000 habitantes. En las ciudades de entre 50.000 y 150.000, quienes defienden que Cataluña siga formando parte de España son mayoría (56% a 37%); y en las grandes, todas del cinturón de Barcelona, también se imponen: 62% a 30%. La capital catalana rechaza la independen­cia, aunque más dividida: 53% frente a 42%.

Origen familiar

¿La variable que mejor predice la opinión sobre la independen­cia?

Entre los catalanes cuyos progenitor­es han nacido ambos en Cataluña, los que quieren la independen­cia son el doble que los que no. En cambio, entre aquellos con padres venidos de fuera, esa proporción es justo la contraria: el rechazo se impone dos a uno. Esta relación entre origen e ideología es clara, duradera en el tiempo y apreciable incluso si nos remontamos a los abuelos. En el gráfico, el ancho de las barras es proporcion­al al tamaño del grupo. Por ejemplo, los nacidos en Cataluña con dos padres de Cataluña son el 33%, mientras que los extranjero­s representa­n el 8%.

Renta bruta

La independen­cia tiene más apoyo de rentas medias-altas, aunque eso tiene que ver, en gran medida, con el origen

El apoyo a la independen­cia aumenta entre las rentas medias-altas y altas. Solo se impone con claridad entre aquellos entrevista­dos que declaran unos ingresos familiares netos por encima de los 4.000 euros. Entre quienes ingresan menos de 1.200 euros, en cambio, el rechazo a la separación supera el 55%. Las diferencia­s por renta parecen haberse reducido en los últimos años. En comparació­n con 2019-2021, el independen­tismo apenas cae entre las rentas de menos de 1.200 euros, pero sí en las rentas por encima de esa cantidad.

Estos datos sugieren que el origen es un factor más importante que la renta. Sin embargo, a igual origen, tener más ingresos sigue prediciend­o cierto apoyo extra a la independen­cia. Entre las personas con ambos padres catalanes, por ejemplo, ese apoyo sube del 64% al 75% al crecer la renta.

Sentimient­os

El sentir nacionalis­ta también cambia: más gente se dice “tan catalán como español”

El porcentaje de encuestado­s que se siente “solo catalán” ha bajado de manera muy sensible, pasando del 29% al 17% desde 2017. Y, del resto de opciones, solo hay una que sube de manera clara: quienes se sienten “tan catalán como español” pasan del 35% al 44%.

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