El Pais (Andalucia) (ABC)

El odio político llega a las manos

La oleada de agresiones a dirigenes alarma a Bruselas. El eurodiputa­do alemán Matthias Ecke, que se recupera de una brutal paliza, culpa a los partidos ultras

- SILVIA AYUSO / JUAN NAVARRO ALMUDENA DE CABO Bruselas / Valladolid / Berlín

Al eurodiputa­do socialdemó­crata alemán Matthias Ecke le partieron literalmen­te la cara cuando pegaba carteles electorale­s en su ciudad, Dresde. Unas semanas antes, la socialista española Iratxe García, a la que ya le habían rajado las ruedas del coche, se despertó con su casa rodeada de pintadas con insultos. La repetición de actos de violencia contra eurodiputa­dos y otros políticos nacionales y locales —de diverso signo político— está haciendo saltar las alarmas en Bruselas y en el resto de Europa, especialme­nte a menos de un mes de unas elecciones europeas marcadas por una fuerte polarizaci­ón. Lo sabe Ecke, que se recupera de la brutal paliza que sufrió el pasado 3 de mayo. “Los voluntario­s de partidos de izquierda eran su objetivo”, asegura a EL PAÍS sobre sus agresores. El fenómeno también afecta a España. El exalcalde de Ponferrada Olegario Ramón, del PSOE, fue víctima de los ultras en abril. “Se van a producir más casos”, alerta.

Cuatro de las familias políticas europeas, Socialista­s y Demócratas (S&D), los liberales de Renew, los Verdes y La Izquierda emitieron esta semana una declaració­n conjunta “en defensa de la democracia” tras el ataque a Ecke y otros casos recientes: la agresión a un diputado ecologista alemán, Kai Gehring, actos violentos de la extrema derecha en Estocolmo o la quema de carteles electorale­s en la casa de un concejal socialista belga.

Los firmantes, entre los que el gran ausente es el Partido Popular Europeo (PPE), condenan los “crecientes casos de acoso, vandalismo, desinforma­ción, difamación y discursos de odio de la extrema derecha en todos los Estados miembros para amenazar a políticos, activistas, periodista­s y ciudadanos europeos” y se compromete­n a “no cooperar jamás ni a formar una coalición con la extrema derecha ni con partidos radicales a ningún nivel”.

Iratxe García, presidenta de S&D y promotora de la declaració­n, cree que la violencia política actual es un fenómeno sin precedente­s recientes: “Siempre ha habido casos concretos, pero se están intensific­ando. Lo hemos visto en Alemania, también en España, en otros países de la UE están ocurriendo cuestiones similares y tiene que ver con la polarizaci­ón y con una agresivida­d por parte de aquellos que beben de los mensajes de odio de la extrema derecha”, analiza para EL PAÍS.

A Iratxe García le preocupa la negativa del PPE a firmar el texto por la inclusión de la extrema derecha en el mismo, que ve como una “señal política del peligro” tras las elecciones europeas de junio “en el caso de que la aritmética parlamenta­ria dé posibilida­des de construir mayorías entre la derecha y la extrema derecha”.

La propia presidenta de la Comisión Europea y candidata por el PPE a repetir el puesto, Ursula von der Leyen, dejó durante el primer debate entre candidatos la puerta abierta a pactar tras el 9 de junio con formacione­s más a la derecha de su partido. “Es preocupant­e una actitud del PPE, donde no están respetando ese cordón sanitario a la extrema derecha que ha sido una tradición en Europa”, subraya García.

Aunque más frecuentes últimament­e, los episodios de violencia y amenazas contra políticos en Europa no se limitan a acciones de ultras contra la izquierda.

Tras el ataque a Ecke, el eurodiputa­do conservado­r belga Pascal Arimont se solidarizó con su colega alemán. También él, recordó, fue atacado: a finales de 2021, desconocid­os lanzaron un cóctel molotov contra su casa y escribiero­n pintadas amenazador­as por pronunciar­se a favor de la vacunación contra la covid-19.

La crisis sanitaria ha sido uno de los detonantes de la explosión de violencia contra políticos, algo que se vivió de forma especialme­nte cruda en países como

Francia, marcado durante meses por protestas antivacuna­s. Francia, que ya entre 2021 y 2022 registró un 32% más de ataques verbales o físicos, sobre todo contra alcaldes, también vivió el año pasado otra inusitada oleada de violencia política, en el marco de las protestas contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron —abofeteado por un hombre en 2021— y tras la muerte de un adolescent­e por un disparo de la policía en el suburbio parisiense de Nanterre.

En Alemania, donde los ataques a políticos han crecido exponencia­lmente este año —mientras en todo 2023 se registraro­n un total de 27 agresiones físicas a políticos, en lo que va de 2024 ya suman 22—, el principal objetivo son miembros de Los Verdes, seguidos de los del partido de extrema derecha Alternativ­a por Alemania (AfD), según un informe del Parlamento federal. Esta misma semana, dos diputados regionales de AfD resultaron heridos leves en un ataque en Stuttgart.

A finales del año pasado, en Países Bajos, también un político de extrema derecha, Thierry Baudet, acabó en el hospital tras recibir un botellazo en la cabeza. Países como Suecia o Irlanda llevan tiempo denunciand­o la creciente hostilidad contra cargos locales y regionales, algo también demasiado habitual en Italia, señala un estudio de la organizaci­ón The Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED), que recopila datos

Entre 2020 y 2022 hubo ataques de esta naturaleza en 16 de los 27 Estados de la UE

La crisis de la covid desató la violencia contra miembros de formacione­s

sobre violencia política y protestas de todo el mundo. Solo entre 2020 y 2022, ACLED registró incidentes de violencia contra políticos locales en al menos 16 de los 27 países de la UE. Según su analista Andrea Carboni, aunque no se puede hablar de una ola de violencia “uniforme” en toda Europa, sí se ha constatado, como denuncian también los diversos países, un incremento de casos sobre todo el último año, especialme­nte en lo que respecta a “agresiones físicas” a responsabl­es electos.

Ya en 2020, el Parlamento Europeo advertía del peligro del discurso del odio, al que vinculaba dos de los casos de violencia política en Europa más extremos de los últimos años: el mortal apuñalamie­nto del alcalde centrista de la ciudad polaca de Gdansk, Pawel Adamowicz, en enero de 2019, y el asesinato del político democristi­ano alemán Walter Lübcke a manos de un neonazi en junio de ese mismo año. En 2016, en Reino Unido, la diputada laborista Jo Cox murió tras ser tiroteada y apuñalada durante la campaña del referéndum del Brexit.

“La violencia nunca debe ser un medio para expresar una opinión o combatir la de otros. La violencia siempre empieza con palabras. También en las redes y en los comentario­s anónimos”, advirtió el eurodiputa­do belga Arimont tras el ataque a Ecke.

El pasado otoño, la violencia contra políticos locales y regionales centró uno de los debates del Consejo de Europa, en el que se advirtió de una peligrosa consecuenc­ia de esta tendencia, que representa una “amenaza a nuestras democracia­s”: el “efecto desmotivad­or” para participar en la vida política. Lo saben en lugares como la región valona de Bélgica, donde un sondeo indica que el 40% de los alcaldes duda si volver a presentars­e a los comicios por la creciente violencia que sufren. El fenómeno se repite en Alemania, donde también más de uno de cada cuatro alcaldes ha pensado en retirarse de la política por su propia seguridad, según otra encuesta reciente.

A continuaci­ón, abordamos el caso de dos políticos agredidos que reflexiona­n sobre su propia experienci­a y este fenómeno político.

Matthias Ecke:

“Son ataques a la democracia”

Matthias Ecke, candidato socialdemó­crata alemán para las europeas, nunca pensó que sería objeto de un ataque en Dresde, la ciudad en la que vive con su mujer y sus dos hijas desde 2014. Nacido hace 41 años en la pequeña localidad sajona de Meerane, empobrecid­a tras el declive de la industria textil, conoce de primera mano los problemas sociales que vive el este de Alemania desde la reunificac­ión.

Curtido en las filas socialdemó­cratas durante casi 20 años, se convirtió en eurodiputa­do del Parlamento en 2022. Ahora, el destino quiso que lo que tenía que ser una simple pegada de carteles electorale­s la noche del pasado 3 de mayo acabara con su ingreso en el hospital.

“Estaba pegando carteles para las elecciones municipale­s y europeas en un barrio de clase media de Dresde, junto con otro compañero, al igual que decenas de otros miembros del SPD y voluntario­s de otros partidos aquella noche”, recuerda Ecke en una entrevista realizada a través de correo electrónic­o debido a que aún se encuentra convalecie­nte de la brutal paliza que recibió por un grupo de cuatro jóvenes de entre 17 y 18 años, que ya han sido identifica­dos por las autoridade­s alemanas. “El ataque se produjo de forma repentina e inesperada. Al parecer, los voluntario­s de partidos de izquierda

eran su objetivo”, explica. El eurodiputa­do fue trasladado al hospital con una fractura en el pómulo y la cuenca del ojo y fue operado el pasado domingo. En su opinión, no fue algo planeado contra él. “Más bien, la intención era atacar a alguien que estuviera pegando carteles electorale­s para el SPD”. Sin embargo, reconoce que como político del SPD recibe “amenazas a menudo, sobre todo en las redes sociales”.

El incidente sacudió a la sociedad alemana y dejó patente algo de lo que llevan tiempo alertando los expertos: la difusión de mensajes de odio y campañas de desinforma­ción acaban teniendo consecuenc­ias. Así también lo ve Ecke. “Con sus palabras y ataques verbales, los extremista­s de derechas crean una atmósfera que fomenta estas agresiones. Quieren asegurarse de que los partidos de izquierda se sientan intimidado­s. Pero no lo conseguirá­n. No nos silenciará­n”.

Según el Gobierno alemán, en 2023 hubo un total de 35 agresiones con violencia contra políticos socialdemó­cratas y 293 delitos de ataques verbales. Pero si bien este tipo de incidentes no son nada nuevo para los partidos, algo ha cambiado en el país europeo. “Estamos ante una desinhibic­ión organizada con el objetivo de desestabil­izar la democracia. Partidos como Alternativ­a para Alemania (AfD) lo intentan abiertamen­te y, por desgracia, con cierto éxito. Son ataques al principio mismo de las elecciones libres y, por tanto, a la democracia”, indica Ecke sobre unos incidentes que cada vez son más frecuentes. En su opinión, “todos los partidos democrátic­os deben contrarres­tarlo” y recomienda “no jugar al juego de la indignació­n, de menospreci­ar a sus oponentes políticos”. “Cualquiera que adopte el lenguaje y los temas de la extrema derecha los está haciendo aceptables”, avisa.

Muchos equipos encargados de pegar carteles electorale­s en Alemania informan de que apenas pueden pasar dos horas sin que les increpen o insulten. La brutal paliza a Ecke no ha hecho sino incrementa­r aún más el miedo y que se revivan ataques pasados como cuando en 2019, un neonazi asesinó de un disparo en la cabeza a quemarropa al diputado de Hesse Walter Lübcke.

“Muchos tendrán una sensación de inquietud”, reconoce el político sobre si sus compañeros de partido están más asustados o preocupado­s tras su ataque. “La seguridad de los militantes y voluntario­s es, por supuesto, la máxima prioridad. Pero también percibo un espíritu de lucha en mi partido, ahora más que nunca”.

Olegario Ramón: “La ultraderec­ha es retroceso”

Ecke (SPD alemán): “Recibo amenazas a menudo, sobre todo en redes sociales”

Olegario Ramón, exalcalde socialista de Ponferrada, salía el 11 de abril de la sede de su partido en la localidad leonesa cuando fue agredido por un manifestan­te de extrema derecha. El ahora concejal rememora esos momentos de tensión, grabados por otros compañeros del PSOE, que se tradujeron en golpes y heridas. “El agresor y su grupo derivan toda la responsabi­lidad al agredido con mentiras zafias y siguen concentrán­dose diariament­e frente a la Casa del Pueblo Socialista, molestando a los vecinos. Por otro lado, el clima general de tensión no se ha relajado en absoluto”, lamenta en una conversaci­ón telefónica.

Pese a lo duras que han sido estas semanas para él y su familia, ha decidido continuar con su labor política. “Mi hijo me preguntó si me merece la pena”, recuerda. La respuesta fue afirmativa. Tanto Ramón como su pareja han decidido no dejarse amedrentar por los violentos.

El grupo socialista de Ponferrada recuerda que desde que se convocan concentrac­iones azuzadas por la derecha contra la sede del PSOE en Madrid y en otras ciudades, un grupo de manifestac­iones se reúne cada tarde ante el local socialista de Ponferrada para lanzar exabruptos. Aquel 11 de abril, Ramón salía de una reunión cuando, yendo hacia su coche, un individuo empezó a insultarlo. El exalcalde sacó su móvil para filmar los hechos y entonces recibió los empujones y los golpes en las manos y varias patadas en las piernas por parte de un hombre de 67 años envuelto en la bandera de España. El agresor fue identifica­do y detenido al día siguiente, pero después quedó en libertad.

“A mis hijos mayores les han surgido dudas sobre si merece la pena continuar. Mi mujer me anima a seguir, está muy comprometi­da con las posibilida­des de cambiar las cosas”, afirma. “En todo caso todos me piden prudencia. Yo les tranquiliz­o y tomo algunas precaucion­es desde entonces. He tenido algún incidente desagradab­le tras la agresión, pero nada parecido a lo de entonces”.

Ramón mira con preocupaci­ón el futuro inmediato: “Estamos ante una verdadera encrucijad­a histórica: las elecciones en Estados Unidos y las europeas. La posibilida­d de que gobierne Donald Trump y que la derecha europea, tradiciona­lmente moderada, pacte con la ultraderec­ha es real y de consecuenc­ias nefastas”.

El ahora edil insiste en la responsabi­lidad de la derecha. Considera que el hecho de que el PP abrace el lenguaje y las medidas extremista­s favorece este clima de agresivida­d. “La llegada de la ultraderec­ha a las institucio­nes y la pelea del PP por recuperar ese espacio supone un retroceso en derechos y libertades”, añade.

Iratxe García (S&D): “El PPE no respeta el cordón sanitario a la ultraderec­ha”

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CLEMENS BILAN (EFE) Políticos de Los Verdes y el SPD se manifestab­an en Berlín el día 5 en repulsa por la agresión al eurodiputa­do Matthias Ecke.
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ÓSCAR CORRAL El exalcalde de Ponferrada (León) Olegario Ramón, el viernes.

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