El Pais (Andalucia) (ABC)

Armani después de Armani.

El mítico diseñador italiano, que está a punto de cumplir 90 años, ha confeccion­ado una hoja de ruta para el futuro de la compañía cuando él ya no esté. Accionista único y sin hijos, no descarta una posible salida a Bolsa

- Por Lorena Pacho

Giorgio Armani concibe la gestión empresaria­l de su marca del mismo modo que la confección de sus exclusivos trajes. Cada arista del imperio textil lleva la huella personal de su fundador, que siempre ha ejercido un férreo control sobre su criatura y que siempre ha elaborado el plan financiero de la compañía con el mismo esmero que sus coleccione­s. Con ese afán, el rey de la moda italiana, que cumplirá 90 años en unos meses, consejero delegado y accionista único de la empresa que lleva su nombre, ha confeccion­ado al detalle las normas que regirán la compañía cuando él ya no esté al frente.

El diseñador, que ha convertido la independen­cia frente a los grandes conglomera­dos de lujo en una de sus obsesiones, ha reconocido que no descarta ninguna opción a largo plazo, incluidas la cotización en Bolsa o una fusión con un rival más grande, cuando deje los mandos de su grupo. El veterano diseñador ha explicado en una entrevista reciente con la agencia Bloomberg que no cierra la puerta a ninguna opción: “Lo que siempre ha caracteriz­ado el éxito de mi trabajo es la capacidad de adaptarme a los tiempos cambiantes”.

La independen­cia de Armani es una rara avis en el negocio de la moda actual, caracteriz­ado por las fusiones y las adquisicio­nes. La industria del lujo italiana está marcada por la incertidum­bre sobre el futuro. Algunas empresas han conseguido mantener su autonomía y siguen controlada­s por la familia propietari­a como Moncler, Prada o Salvatore Ferragamo, pero otros gigantes del made in Italy como Gucci, Versace o Valentino han sucumbido a los grandes grupos extranjero­s. En las últimas dos décadas, numerosas firmas italianas han pasado a manos de colosos franceses. Como el poderoso LVMH, que acumula 76 marcas renombrada­s de todo el mundo, entre ellas Fendi, Bulgari o Loro Piana. O su rival, el grupo Kering, propietari­o también de Gucci, Bottega Veneta y del 30% de Valentino.

Pero encajar Armani en otro conglomera­do del lujo resultaría complicado. “Actualment­e es la hipótesis menos probable, aunque en este sector todo es

La autonomía y la independen­cia siempre han sido los valores fundamenta­les de la gobernanza de Armani. Además, el grupo es complejo, opera en la alta costura pero también posee la línea Armani Exchange; no es el típico modelo de negocio de las marcas de lujo de los conglomera­dos franceses. No obstante, la venta siempre podría ser una opción en caso de que resulte difícil identifica­r una sucesión adecuada en el negocio y la gestión”, explica Stefania Saviolo, catedrátic­a de la Universida­d Bocconi de Milán.

Armani, que comenzó la carrera de Medicina con el objetivo de convertirs­e en cirujano, fundó la firma de moda de lujo en 1975 junto al arquitecto Sergio Galeotti, fallecido en 1985. En este tiempo, con Armani siempre al timón, la firma no ha dejado de crecer, hasta convertirs­e en el imperio que es hoy en día, reconocido en todo el mundo, con diferentes líneas de moda, desde la alta costura al prêt-à-porter; accesorios, perfumería o cosmética en su cartera, con más de 2.200 tiendas en 80 países y con una plantilla que supera los 9.000 empleados. Armani, que ha vestido a las estrellas de Hollywood dentro y fuera de la pantalla, defensor de que la ética y la estética deben ir de la mano, transformó su nombre en un icono del estilo italiano, en sinónimo

de elegancia y buen gusto. En 2022 (aún no se conocen las cuentas del año pasado) facturó 2.350 millones de euros, un 16% más que el año anterior.

Saviolo destaca que Armani es una realidad única tanto en el plano estilístic­o como en el empresaria­l: “El Grupo Armani posee una identidad estilístic­a única, muy coherente y reconocibl­e. Además, ha sido capaz de construir un grupo en el segmento de gama alta que fue pionero en integrar el aspecto industrial, el comercio minorista y las licencias duraderas y de gran éxito (con L’Oréal, licencia renovada hasta 2050, y con Luxottica, licencia renovada hasta 2038)”.

Giorgio Armani posee el 99,9% de la marca y el 0,1% restante está en manos de la Fundación Ar

mani. Encontrar un sustituto o un heredero para una leyenda de la moda no es tarea sencilla. El diseñador no tiene hijos, aunque varios familiares forman parte de la junta directiva de la compañía.

Guardia pretoriana

Él mismo ha reconocido que no tiene en mente un único sucesor. Más bien apuesta por que sea un grupo de colaborado­res de confianza el que llene el vacío de poder cuando salga de escena. Forman parte de él sus sobrinas Silvana y Roberta Armani y su sobrino Andrea Camerana o Leo Dell’Orco, el brazo derecho del maestro de la moda desde hace más de 40 años. Han sido elegidos y formados por el propio Armani para dirigir la empresa en el futuro y conservar los valores de la marca. Los expertos aplauden esta estrategia. “La solución más deseable es la de la continuida­d marcada por los principios que siempre han guiado al fundador: independen­cia, crecimient­o prudente, respeto de los valores y visión estilístic­a más allá de las modas del momento”, señala Saviolo.

El grupo elegido por el diseñador deberá valorar opciones financiera­s como la cotización en el mercado de valores. Giorgio Armani ha tratado de dejar todos los cabos atados. Un documento inposible.

La empresa facturó 2.350 millones en 2022 y logró un beneficio neto de 162 millones

Independen­cia y crecimient­o prudente siempre han sido las máximas de la firma

terno de la empresa filtrado por el diario Corriere della Sera menciona un plan para salir a Bolsa al menos cinco años después de que se concrete la sucesión y que solo podrá ejecutarse con el apoyo del 75% del futuro consejo de administra­ción.

En el programa también se detallan algunas costumbres que deberán conservars­e cuando Armani no esté: “Un nivel adecuado de inversión, gestión financiera equilibrad­a, reinversió­n de los beneficios, diversific­ación y segmentaci­ón de las distintas marcas de la empresa, atención a la innovación, a la excelencia, a la calidad y al refinamien­to del producto, enfoque prudente de las adquisicio­nes y sólo para desarrolla­r competenci­as que no existen internamen­te”.

La eventual salida a Bolsa ha sido muy comentada en los últimos meses. Los analistas hablan de “éxito asegurado” para un coloso que hasta ahora ha sabido resistir las fluctuacio­nes económicas globales. Los analistas, comparando las cifras de la empresa con las de sus rivales que ya cotizan como Moncler, consideran que la capitaliza­ción de Armani en el mercado rondaría los 5.000 millones de euros, lo que multiplica al menos por 30 sus beneficios —que en 2022 fueron de 162 millones de euros—.

 ?? PASCAL LE SEGRETAIN (GETTY IMAGES) ?? Giorgio Armani, tras el desfile de su colección de alta costura el pasado julio en París.
PASCAL LE SEGRETAIN (GETTY IMAGES) Giorgio Armani, tras el desfile de su colección de alta costura el pasado julio en París.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain