El Pais (Andalucia) (ABC)

Las esculturas de Chillida vuelven a casa 20 años después

La muestra por el centenario del nacimiento del artista reúne piezas icónicas de los ochenta, de la Fundación Telefónica

- MIKEL ORMAZABAL Hernani

Eduardo Chillida vivió en los ochenta una etapa de cambios personales que marcaron su evolución profesiona­l: la transición del escultor-herrero al escultor-arquitecto. En 1984 adquirió el caserío Zabalaga, en Hernani (Gipuzkoa), que entonces se encontraba en ruinas y que hoy es uno de los museos de autor más emblemátic­os del País Vasco, el Chillida Leku. De esa década son piezas icónicas como Casa de Juan Sebastian Bach (1981), Elogio del vacío II

(1983) o Mesa de Omar Khayyam III (1986), que la Fundación Telefónica presta ahora para que se expongan, con motivo del centenario del nacimiento del artista, en el Chillida Leku. La única vez que se habían mostrado en el museo fue en 2003, en un homenaje al creador tras su muerte, en agosto de 2002.

La Fundación Telefónica conserva en su patrimonio 16 esculturas y 25 obras en papel de Chillida. Diez de estas emblemátic­as esculturas de los años de esplendor creativo del artista se exponen al público desde hoy en Zabalaga en 100 años de Eduardo Chillida con la Colección Telefónica, la muestra central que se organiza este año al cumplirse un siglo del nacimiento del artista. La exposición tiene un gran valor “emocional”, según confiesa Luis Chillida —presidente de la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce e hijo del artista—, porque supone “la vuelta a casa” de unas obras singulares: “Es emocionant­e verlas de nuevo aquí”, afirmó ayer en la presentaci­ón de la exposición ante la presencia de Felipe VI.

Estela Solana, comisaria de la muestra, destaca “las formas redondeada­s y envolvente­s de las esculturas”. Es el periodo en el que el artista invita a “entrar en el interior de sus obras”, explica. Crea La casa de Hokusai (1981), Elogio del vacío II (1983)...

En la sala central del caserío-museo reposa Mesa de Omar Khayyam III (1986), la pieza central de la exposición. “Pesa nueve toneladas y está dedicada al astrónomo, físico y poeta [persa]. Está sujeta por tres patas. El tres siempre está en la obra de Chillida. Tres son las piezas que componen una de sus obras más reconocida­s y populares, Peine del Viento”, incide la comisaria.

La exposición muestra la etapa en que la que Chillida se atreve

con el tamaño monumental en las obras públicas y profundiza en conceptos artísticos de manera íntima. Mireia Massagué, directora del museo, destaca “la diversidad de materiales y técnicas” que exploró “en una búsqueda incansable por entender y expresar la relación entre el espacio, la materia y el tiempo”.

Luis Prendes, director general de la Fundación Telefónica, destacó la “singularid­ad” de la muestra por presentar en Chillida Leku “10 de las principale­s obras de la colección” de la compañía. Cuando Telefónica compró a la galería Maeght de Zúrich (Suiza) las obras de Chillida, a finales del siglo pasado, no fueron “consciente­s de lo trascenden­te del momento”, dice Gonzalo Calderón, especialis­ta en el artista. “Comenzó una de las coleccione­s más importante­s de Chillida en el mundo”, añade.

 ?? J. H. ?? Desde la izquierda, el ministro de Política Territoria­l, Ángel Víctor Torres; Felipe VI; Luis Chillida y el presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ayer en Hernani.
J. H. Desde la izquierda, el ministro de Política Territoria­l, Ángel Víctor Torres; Felipe VI; Luis Chillida y el presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ayer en Hernani.

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