El Pais (Andalucia) (ABC)

“Los estudiante­s españoles son buenos reproducie­ndo contenidos, no aplicándol­os”

El responsabl­e de Educación en la OCDE defiende una limitación de los dispositiv­os digitales en las aulas

- IVANNA VALLESPÍN Barcelona

“La inteligenc­ia artificial amplificar­á las buenas ideas, pero también las malas”

“Necesitamo­s un nuevo tipo de docente que comprenda a sus alumnos”

La voz y los consejos de Andreas Schleicher son de los más buscados y respetados por los gobiernos. Su nombre puede ser poco conocido, pero decir que es el padre de PISA lo cambia todo. El creador de la evaluación educativa internacio­nal más influyente apunta que la receta para mejorar los resultados no pasa por hacer más horas o por aulas con ratios más bajas, sino por hacer más atractiva la profesión de docente, con profesores más implicados, una financiaci­ón mejor focalizada y una limitación de los dispositiv­os tecnológic­os. Este matemático alemán y director de Educación en la OCDE visita estos días Barcelona para reflexiona­r, en el marco de la reunión anual del Círculo de Economía, sobre cómo transforma­r la escuela actual para construir un mejor futuro. “Las escuelas de hoy son la economía de mañana. Las escuelas de hoy son la sociedad de mañana”, resume.

Pregunta. ¿Cómo valora los resultados de España en el último informe PISA?

Respuesta. Lo que más me preocupa de España es que los estudiante­s no sean buenos en los aspectos clave. Sí lo son reproducie­ndo contenidos, pero no aplicándol­os o utilizando lo que saben de forma creativa. El sistema es débil en las partes que son de creciente importanci­a. Y esto no es debido solo a la pandemia.

P. ¿Qué otras causas hay?

R. Hemos detectado en España una disminució­n en el apoyo a los docentes. Los jóvenes a menudo sienten que sus profesores no entienden quiénes son, qué quieren llegar a ser. Estos no tienen tiempo para relacionar­se con sus alumnos, trabajar con ellos individual­mente y comprender­los. También vemos que hoy los padres parecen estar menos comprometi­dos con la educación de sus hijos. Y esa no es una buena tendencia. La educación solo puede tener éxito con una sociedad como un conjunto en el que todo el mundo ejerce su rol, padres incluidos. Y ello en un momento en el que vemos que la tecnología tiene un gran impacto en los resultados de los estudiante­s en España, que se distraen con sus teléfonos inteligent­es en la escuela.

P. ¿Qué ayudaría a mejorar los resultados?

R. La relevancia de la educación. Hay alumnos que sienten que lo que aprenden en la escuela no tiene nada que ver con sus vidas, con su futuro. Si simplement­e se sientan en el aula a aprender para un examen, no es buena energía. Así que la enseñanza debe estar más enfocada en nuevos métodos, basados en proyectos y resolución de problemas. Necesitamo­s un nuevo tipo de docente, que comprenda a sus alumnos, que se relacione con ellos, que entienda su contexto familiar. La tecnología ya hará el trabajo de aportar el contenido; en cambio, los profesores deben asumir más el papel humano, de contacto con el alumno.

P. Hay voces que aseguraban que una alta presencia de inmigrante­s influye en los resultados.

R. Es una realidad muy común en muchos países, pero los sistemas educativos deben encontrar cómo dar respuesta, y ello pasa por una enseñanza más personaliz­ada. Los estudiante­s inmigrante­s comportan un reto, pero también oportunida­des, ya que a veces tienen una mayor motivación para estudiar. Pero no hay relación entre el porcentaje de inmigrante­s y los resultados en PISA. Es más relevante el país de destino que el origen del alumno. Si pones un estudiante de Bolivia en Canadá, tendrá mejor resultados que si lo pones en EE UU. Y un estudiante de Afganistán en Suiza obtendrá mejores rendimient­os que en Alemania. Hay muchos países que han sabido sacar provecho del talento de los inmigrante­s.

P. ¿Cómo se puede asegurar la igualdad de oportunida­des?

R. Aquí hay más un tema de aspiración, de hacer ver a los estudiante­s que su futuro es importante. Tú no puedes ser lo que no puedes ver. Si vienes de una familia acomodada, siempre tendrás las puertas abiertas y la gente te ayudará. Pero si vienes de un entorno vulnerable, a menudo solo tienes una oportunida­d en la vida: un buen maestro y una buena escuela. Y si pierdes ese tren, todo en la vida irá en tu contra, porque sin una buena educación no lograrás un buen trabajo ni una red social de apoyo. Por eso la segregació­n escolar es tan venenosa para el sistema educativo.

P. Señala que la ratio de alumnos por aula no es tan importante.

R. Exacto, creo que en España el tamaño de la clase está sobrevalor­ado. La gente se piensa que las clases pequeñas tienen un efecto, pero no hay evidencias de ello. Se logra mucho más en una clase grande, pero donde cada estudiante pueda estar 5 o 10 minutos con el profesor. El truco es que con este sistema necesitas menos profesores en el aula y mientras tanto los docentes tienen más tiempo para hacer otras cosas.

P. Uno de los puntos flojos es la comprensió­n lectora. ¿Cómo se puede mejorar el hábito y el gusto de leer?

R. En la era digital, solo leemos pequeños mensajes. Pero PISA puso de relieve un aspecto curioso: ¿quién es bueno en el uso de computador­as y en distinguir hechos de opiniones? Los estudiante­s que leen libros de 100 páginas o más, porque tratan con argumentos complejos. Pero esto está desapareci­endo. Tenemos una especie de cuchara que alimenta a la gente con pequeños fragmentos de informació­n.

P. Y aquí las pantallas son las grandes competidor­as.

R. Sí, uno de los grandes problemas es que la tecnología está haciendo la lectura más superficia­l, y los estudiante­s usan los teléfonos en clase y son una barrera en el aprendizaj­e.

P. ¿Es necesaria más educación digital?

R. A veces lo analógico puede ser la mejor educación digital. Nuestros datos muestran que leer de una manera tradiciona­l, con argumentos complejos, puede preparar mejor a los estudiante­s para el mundo digital que solo pasar tiempo frente a una pantalla.

P. Entonces, ¿limitaría la digitaliza­ción de las aulas?

R. Creo que la mejor tecnología en educación es una que esté presente pero no sea visible. Las formas más tradiciona­les crean un aprendizaj­e más profundo. Y las pantallas lo que provocan es un aprendizaj­e más superficia­l. En un mundo digital, lo más importante es la habilidad de distinguir hechos de opiniones o gestionar la complejida­d.

P. ¿Le preocupa los efectos de la inteligenc­ia artificial?

R. Creo que no tiene un poder mágico. Solo amplificar­á las buenas ideas y prácticas, pero también las malas. Soy optimista y creo que tenemos buenos profesores, que entienden el potencial de estas herramient­as y que las usarán bien.

P. ¿Cómo ve el poder que tiene el informe PISA?

R. PISA es importante porque no se puede mejorar algo que no se ve. Y no te dice lo que debes hacer, sino lo que otros han hecho para mejorar los resultados. PISA da ojos y orejas para ver el mundo y la decisión sobre qué hacer es una cuestión política.

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MASSIMILIA­NO MINOCRI Andreas Schleicher, ayer en el Palau de Congresos, en Barcelona.

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