El fascinante origen de una heroína mítica
Dirección: George Miller. Intérpretes: Anya Taylor-Joy, Chris Hemsworth, Alyla Browne, Tom Burke. Acción. Australia, 2024. 148 minutos.
Frente a la intrascendente limpieza de la mayoría de las superproducciones de acción, fantasía y ciencia ficción contemporáneas, tan higiénicas en lo físico y en lo moral, con su ausencia de texturas y de sorpresa, la corporalidad de las películas de George Miller se impone a golpe de cólera.
Furiosa: de la saga Mad Max, la quinta entrega, no es Fury Road ni tiene por qué serlo. Miller, a los 79 años, nada tiene que demostrar ya. Ocho años después, en una precuela en la que la fantástica niña Alyla Browne y la siempre fascinante Anya Taylor-Joy heredan desde el pasado el histórico papel de Charlize Theron, Miller sigue una línea semejante, con algunas diferencias. Si el guion anterior era férreo y básico, milimétrico y casi cavernario, con poco argumento y aún menos texto, el de Furiosa se excede en palabrería y payasada. Los personajes grotescos de la saga nunca hablaron demasiado y aquí, desde el villano bufón que encarna Chris Hemsworth, tienen demasiadas líneas de guion que poco aportan.
Ahora bien, el proceso de crecimiento, maduración e independencia del precioso personaje de Furiosa, gobernado por las poderosas miradas de Browne y Taylor-Joy, es muy atractivo. Es la forja de una líder en busca de una tierra prometida (o perdida) en esos vehículos todoterreno tan propios de Miller, a base de disparos de francotiradora y de ingenio físico y mental. Una sólida película de acción que se enciende en sus persecuciones, como una mezcla del cartoon del Correcaminos y el Coyote, las huidas de Buster Keaton y Harold Lloyd, y una bravía carrera de motores enloquecidos.