El Pais (Andalucia) (ABC)

El apóstol del consumo responsabl­e

Enrique Martínez. El director general de Fnac-Darty, grupo francés de distribuci­ón de electrodom­ésticos y libros, defiende una tercera vía entre la obsesión por el PIB y el decrecimie­nto. “La era del hiperconsu­mo se ha acabado”, dice

- Por Marc Bassets

Puede desconcert­ar que el jefe de un gran grupo comercial europeo hable de consumir menos. Como si tirase piedras contra su propio tejado. O como si lanzase un extraño desafío.

“En Europa empezamos a sentir la necesidad de moderar nuestros deseos y consumir menos”, escribe Enrique Martínez, director general de Fnac-Darty, en un libro recién publicado en francés, Et si on consommait mieux (y si consumiése­mos mejor). “Nos compromete­mos a ania nuestros clientes a consumir mejor”, dice unas páginas después, “y, si hace falta, menos”. ¿Contradicc­ión? ¿O audacia?

“Lo que digo es, primero, que tenemos que ayudar a los clientes a consumir mejor, y consumir mejor significa racionaliz­ar nuestras compras, comprar productos de mejor calidad, repararlos, y tener una sensibilid­ad diferente en el uso del producto y la materia”, responde en una entrevista con El PAÍS. “Yo quiero que mis clientes consuman menos, pero quiero ganar más clientes también, y ayudar a que más consumidor­es compartan con nosotros ese modelo de un consumo más responsabl­e”.

Martínez (Valencia, 53 años) es un líder empresaria­l atípico. Un extranjero al timón de un grupo doblemente emblemátic­o del capitalism­o francés: la cadena de electrodom­ésticos Darty, fundada por una familia cuya madre murió asesinada en Auschwitz, y la de librerías y productos electrónic­os Fnac, “una institució­n cultural como el Louvre o el Centro Pompidou”, señala. “Me siento un privilegia­do”. Un español ajeno a los círculos de las élites francesas formadas —a veces se diría que formateada­s— en las mismas grandes escuelas, centros educativos de excelencia y muy selectivos que produce a la clase dirigente política y empresaria­l.

Él tiene algo de outsider, fuera del sistema. He aquí un comerciant­e convencido de que “la época del hiperconsu­mo se ha acabado”. Él apuesta en el libro por “una tercera vía… igualmente alejada del hiperconsu­mo que el desconsumo”. Su estrategia responde a la crisis climática y a las demandas de sobriedad tras décadas de excesos, pero también hunde sus raíces en la propia historia de Darty. “Un cliente solo estará satisfecho si lo que compra funciona y da los servicios que se esperan”, creían los hermanos fundadores de la cadena, para quienes la reparación rápida de los productos que ellos vendían era una auténtica seña de identidad. Y hay algo del espíritu del Fnac original, también, cuyos fundadores, dice Martínez, “eran contestata­rios del modelo establecid­o… y crecieron con una fuerte dimensión social”.

Son las 8.30 de un miércoles del mes de mayo y el patrón de Fnac-Darty —grupo que el pasado año facturó 7.875 millones de euros y vale en Bolsa casi 900 millones— llega en bicicleta a la sede histórica de Fnac en la parisiense calle Rennes. Subimos al despacho. Allí, ante un café, empieza hablándono­s de sus orígenes, de su infancia y familia.

Era una familia de clase trabajador­a y origen en Granada y Murcia, que en los años sesenta emigró a Valencia. Cuatro hermanos. El pequeño, Sergio, hizo carrera como futbolista profesiona­l en el Levante y el Villarreal, entre otros equipos. Se le conocía como Ballestero­s, su segundo apellido. Enrique jugaba al baloncesto y a los 14 años montó una escuela de este deporte. Estuvo a punto de ser profesiona­l, pero optó por los estudios de Economía y al terminar entró en la multinacio­nal norteameri­cana Toys R Us, que acababa de aterrizar en España. Era principios de los años noventa. Toys R Us se expandía a Portugal, y allí se instaló él.

En 1998, cuando Fnac llegó a Portugal, lo fichó. Más tarde encabezó Fnac en España y en 2012 llegó a Francia para dirigir Fnac en este país. Un año después, la empresa salía a Bolsa y en 2016 compraba Darty: un cambio de época. En 2017, ascendió a director general de todo el grupo, más de 24.000 trabajador­es y presenmar te en 13 países (además de Francia, España, Portugal, Bélgica, Suiza, Luxemburgo, Túnez, Qatar, Costa de Marfil, Camerún). Ahora intenta impulsar un cambio de fondo.

“Hemos vivido”, dice, “en la época donde todo era tan barato por la globalizac­ión y la fabricació­n de productos en China que al final en la ecuación de la reparación no salía a cuenta. Era más caro casi reparar que comprar. Y eso no puede ser.” Y añade: “Esa industria de la reparación casi está desapareci­endo. Es una mano de obra que se desarrolló hace 30 o 40 años, cuando Europa tenía mucha industria. Hoy en las escuelas nadie quiere ser electromec­ánico”. Explica Martínez que Fnac-Darty ha formado ya a más de 1.000 personas en los últimos cuatro años y que repara 2,5 millones de productos anuales (antes eran 1,5 millones). “El secreto de este movimiento”, añade, “es ser menos dependient­es de la venta de producto físico y empezar a abrir más el negocio a la parte del servicio. Es decir, ser capaces de acompañar mejor en el uso del producto e incluso, al final de la vida del producto, recuperarl­o, reacondici­onarlo y volverlo a vender”.

La amenaza de Amazon

El otro producto estrella, además de los electrodom­ésticos de Darty, son los libros de Fnac. Y aquí el problema tiene un nombre: Amazon. “Es un devorador”, declara. “Creo que el libro en el fondo les interesa poco”. Y alerta: “El mercado del libro corre serio riesgo de ser muy dependient­e de una empresa para la que el mundo de la cultura no es su objetivo principal”.

En Et si on consommait mieux, Martínez denuncia como “inmoral” la práctica de empresas que instalan la sede social europea en Luxemburgo para “eludir sus obligacion­es de pagar impuestos de sociedades… mientras que la mayor parte de los distribuid­ores franceses deben ceder el 40% de sus beneficios”. Apunta en la entrevista: “Hay que defender el modelo social europeo, que está basado en que las empresas que están en Europa respeten este modelo europeo”.

Al final de la entrevista surge la duda de si, entre los planes del conglomera­do que dirige, está expandirse en España. Es decir, si, como sucedió hace unos años en Francia con la adquisició­n de Darty o recienteme­nte en Portugal con MediaMarkt, Fnac podría unirse en su país a otra empresa. “En España no hemos encontrado de momento el clic”. ¿Hay planes? “Siendo español, imagínate… Sería mi sueño”, concluye.

La industria de la reparación está desapareci­endo. En las escuelas casi nadie quiere ser electromec­ánico

 ?? SAMUEL ARANDA ?? Enrique Martínez posa en la azotea de la sede del grupo Fnac-Darty, en París.
SAMUEL ARANDA Enrique Martínez posa en la azotea de la sede del grupo Fnac-Darty, en París.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain