Intento de amaño en la Seria A de Italia
La policía interceptó una conversación de Aranda en la que habla de arreglar partidos del Frosinone
ria del Valencia en Valladolid. La rentabilidad subía hasta 3 si se combinaba la apuesta con la victoria del Getafe contra el Villarreal. No sucedió y perdieron él y la gente a la que había aconsejado.
La jornada había empezado con sensaciones muy distintas. Minutos antes del mediodía, también desde su coche, Aranda aconseja a un amigo sobre posibles apuestas a los partidos de LaLiga que iban a empezar a las 16.15. Su primer impulso es el camino sencillo: “Hermano, no me empieces a decir tonterías, ¿vale? Tú espera a que yo te diga lo que te vaya a decir: una cuota de dos y a tomar por culo, ya está. Déjate de gilipolleces: que cómo lo ves esto, cómo lo ves lo otro. Si vas a lo seguro vas a lo seguro; si no haz lo que te dé la gana”.
Pagar a Borja Fernández
Un minuto después recibe una llamada y parece mantener la prudencia. “Déjate de tonterías, de verdad te lo digo. ¿Tú quieres combinar? ¿Tú quieres combinar?”, dice a su interlocutor, que le contesta: “No, no, no, yo voy a hacer lo que tú”. Enseguida Aranda se muestra más osado: “Mira, hermano, está primera parte, que gana primera parte y segunda el Valencia, ¿vale? Escúchame, que gana la primera parte y segunda, vale, o sea, que gana la primera parte y que el partido lo gana también; no que gana, que tiene que marcar dos goles en las dos partes, que gana primera y segunda. Y que gana Getafe, ya está. No hay otra cosa”, le dice.
Minutos después, Aranda parece haber olvidado sus reparos. Llama a su prima Maca, que trabaja en uno de los locales de apuestas Luckia de los que es propietario en Málaga y le da instrucciones para apostar 10.000 euros: “Cuando tú termines, sin que nadie te vea, le pones que gana el Getafe y la combinas con que gana el Valencia”, le pide. “Que no lo digas en voz alta, Maca, que no te puede escuchar nadie, que si no todo el mundo habla en mi salón”. Y sigue: “Mételo todo y cuando ya no te deje meterlo, te esperas al directo, vale, y haces lo mismo, vale, todo a eso. No te puede ver nadie, Maca, nadie”, le insiste.
Aranda pierde eso, más su parte de lo que presuntamente utilizaron para seducir al Getafe para que ganara, que es lo que necesitaba, más “50.000,00 euros a Raúl Bravo para pagar su parte correspondiente a Borja Fernández por los servicios prestados a la organización criminal [del total de 100.000 que le habrían prometido]”, según la policía.
En el coche, con sus dos acompañantes, frustrado, esboza los siguientes pasos: “A ver si esta semana cojo el dinero del salón [puso a la venta el local de apuestas de El Palo], los 120.000 euros, le doy 50 a Raúl, que se los dé a ese desgraciado ya y que me deje tranquilo ya... Y a vivir muy tranquilo”, dice en un trayecto que le deja una conclusión más sentida: “Hoy me ha enseñado la vida una experiencia que no veas... Ya no por la apuesta... Yo venía a ver a mi niño, yo no venía a jugar apuestas ni a salir ni nada, yo venía a ver a mi niño. Pues yo he estado todo el día pendiente del puto partido ese de mierda sin hacerle caso a mi niño”, lamenta. Los jugadores del Frosinone celebran un gol ante la Fiorentina, el 7 de abril. La trama de corrupción deportiva desmantelada en la Operación Oikos también quería amañar partidos fuera de España. El exjugador Carlos Aranda —uno de dos presuntos cabecillas de la red, junto a Raúl Bravo, detenidos el pasado 28 de mayo— dio instrucción a un estrecho colaborador de origen italiano sobre cómo condicionar resultados de la Seria A del fútbol trasalpino. Así lo recoge un informe de la Policía al que ha tenido acceso EL PAÍS y en el que los agentes piden al juez autorización para intervenir el teléfono que utiliza Mattia M., nacido en Roma y residente en Málaga, al que consideran un presunto “intermediario” entre los líderes de la organización y jugadores del calcio.
El equipo trasalpino cuyos partidos pretendía amañar es el Frosinone Calcio, recién descendido tras terminar la temporada en el penúltimo puesto de la tabla. El contacto italiano de Aranda aseguraba controlar a través de una tercera persona al delegado del equipo y a “tres o cuatro jugados que mandan”.
La conversación que destapó los planes del presunto cabecilla de la trama desmantelada para cometer fraude en la liga italiana se produjo el pasado 2 de abril entre el exjugador español y Mattia, mientras ambos viajan en el vehículo del primero rumbo a un aeropuerto para que el segundo volara hacia Roma. En aquel momento, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía había instalado un micrófono ambiental en el interior del automóvil del jugador español tras constatar que las numerosas medidas de seguridad que este adoptaba en sus conversaciones telefónicas impedían recopilar nuevas pruebas.
Durante la charla, el ciudadano italiano —al que los investigadores consideran “completamente” implicado en el entramado— “consulta a Carlos Aranda qué es lo que tiene que ofrecer a los jugadores (resultado o goles) para predeterminar el resultado del partido, apreciándose una actitud sumisa a los designios de Aranda”.
Mattia. El jueves me veo también con los del equipo Frosinone.
Aranda. Esos bajan, ¿no? [en el momento de la conversación este conjunto ocupaba ya un puesto de descenso a falta de 10 jornadas para acabar la temporada].
M. Sí, ¿qué les voy a decir? A los goles, ¿no? Resultado.
A. Lo que quieran ellos, pero eso tiene que ser con los jugadores.
M. Con los jugadores, con los jugadores me veo. Me lleva mi amigo de pelo largo. Tiene cogido… ¿cómo se llama? ¿Mánager? El que está con el equipo siempre, que es muy amigo de los jugadores, ¿entiendes? Él va cenando con todos los jugadores.
A. El delegado.
M. El delegado… y los tres o cuatro del equipo que mandan son amigos suyos. Con estos voy a comer. A ver, yo se lo planteo, después yo le digo que si quieren hacerlo. No tenemos que ver con los jugadores, ¿no?
A. [Ininteligible]
M. Después me tienes que decir tú lo que le tengo que decir que negociamos.
A. Eso es muy sencillo. Que ellos te digan lo que quieren, lo que se puede meter.
Una maleta con dinero
La UDEV considera que Mattia tiene en Italia una persona a la que denomina “mi amigo de pelo largo”, que los agentes aún no han podido identificar, que es la persona que da a este acceso a los jugadores del Frosinone que presuntamente se pueden prestar a ser corrompidos, “siendo ambos los que buscarán un trato con los jugadores a cambio de una cantidad de dinero”.
El informe apunta que este personaje, al que se denomina “desconocido 1” en el documento policial tiene una casa de apuestas ilegales que le permite manejar “gran cantidad de efectivo”. En la conversación intervenida, el interlocutor de Aranda asegura que el delegado del Frosinone, que no identifica con ningún nombre, debe a su amigo “de pelo largo” 130.000 euros “en concepto de apuestas”. También que futbolistas italianos célebres son clientes suyos, y asegura que uno de ellos es un internacional italiano.
El informe de la policía destaca la “gran confianza” entre Aranda y Mattia que hace que el primero confíe a este el transporte de grandes cantidades de dinero de Málaga a Roma, y en sentido contrario. De la conversación intervenida, los agentes destacan que, en uno de esos viajes, el ciudadano italiano llevaba por indicación del exjugador español una maleta con 90.000 euros y que tuvo miedo de que le detectaran los perros de la policía trasalpina en el aeropuerto de Roma, aunque finalmente no fue interceptado. “Se jactan de este suceso ya que hasta el momento en todos los traslados realizados no ha sido interceptado ninguna vez”, recalca la policía en su informe.
No es la primera vez que se vincula al Frosinone con el supuesto amaño de partidos para apuestas deportivas. En junio de 2016, la asociación europea de casas de apuestas, FederBet, publicó un informe en el que señala como sospechosos de amaño 115 partidos de fútbol de la temporada 2015-2016, cuatro de ellos de la Tercera división española. En aquel estudio, el equipo más mencionado era, precisamente, el club italiano. Según aquel informe, al menos cinco de sus partidos registraron un volumen de apuestas irregularmente alto. Cuatro terminaron con derrotas abultadas por tres o más goles y solo uno con su victoria.