Tierras raras: el arma china en la guerra tecnológica
El gigante asiático, máximo productor global, amenaza con prohibir la exportación de estos minerales a EE UU La extracción puede conllevar riesgos ambientales y para la salud EE UU solo cuenta con una mina de estos materiales, en California
Ordenadores, teléfonos móviles, cerámicas avanzadas, coches eléctricos, microondas, fibra óptica, sistemas de iluminación, láseres, misiles, satélites. Todos estos productos, del más común al más sofisticado, necesitan para funcionar de alguno de los 17 elementos químicos que se conocen colectivamente como tierras raras. Unos minerales que pueden convertirse en la próxima arma de China, que acapara el 80% de la producción global, en la guerra tecnológica y comercial que libra con EE UU.
“Estos minerales pasan inadvertidos muchas veces, pero sin ellos la vida moderna sería imposible”, declaró esta semana el secretario de Comercio de EE UU, Wilbur Ross, al presentar un informe que designa 35 elementos y compuestos como “imprescindibles para la seguridad nacional y económica” de su país.
Las tierras raras —los quince lantánidos de la tabla periódica y otros dos elementos relacionados, el escandio y el Itrio—, pese a su denominación, no son escasas. El cerio, por ejemplo, es tan abundante como el cobre. Pero es difícil encontrarlos en concentraciones suficientes para que merezca la pena su extracción. Una extracción que puede conllevar riesgos medioambientales y para la salud. Además, en el proceso de separación se generan abundantes residuos contaminantes. Estados Unidos solo cuenta ahora mismo con una mina operativa, Mountain Pass, en California.
China, en cambio, es el principal suministrador mundial, gracias a la abundancia de estos elementos en su suelo —se calcula que cuenta con el 37% de las reservas mundiales—, y una mayor tolerancia histórica a la hora de anteponer el desarrollo económico al cuidado del medio ambiente