No pisa un banco y delega las finanzas en su esposa
Rodolfo Hernández es un millonario que bromea diciendo que es un rico en Bucaramanga, un limosnero en Bogotá y más limosnero en Nueva York. Con una fortuna como la que ha reconocido tener, han surgido preguntas sobre cuánto paga en impuestos. Hernández, que no ha hecho pública su declaración, ha dicho que abona 20 millones de pesos al día (unos 5.000 euros). Las finanzas de su empresa, HG, están en manos de su esposa Socorro Oliveros. “Ella ahorra todo, tiene un sentido para la racionalización del gasto. Yo soy más suelto. Ella es la que lleva la plata y dice: ‘Aquí tengo esta suma, pero le doy tanto’. Es terrible para el que vende, pero es muy bueno para la empresa”, ha dicho el candidato sobre el trabajo de Oliveros.
Hernández dice que desde 1994 no pisa un banco. Asegura que canceló “todo” y decidió trabajar con capital propio. En Colombia, donde las constructoras dependen de los bancos para poner la primera piedra, el negocio del candidato es una excepción. Él mismo financia las obras y lo que pone de su bolsillo lo recupera con los préstamos. La familia es dueña de seis empresas y de más 370 propiedades entre lotes, apartamentos y locales, según una investigación. En La Florida son poseedores de la sociedad HG Constructora LLG, que se creó en 2019 bajo la dirección de Oliveros y Luis Carlos Hernández, el hijo que quiso cobrar una millonaria comisión por conseguir un contrato de transformación de basuras.
“Uno no se quiebra de vivir bien, sino de hacer negocios pendejos. Me he dedicado a hacer vivienda para el pobre y yo ahora tengo la capacidad de financiar hasta 20 años a mis compradores, más barato que cualquier banco. No les pido papeles, lo único, la cédula de ciudadanía”, contó Hernández en una entrevista con Semana, al recordar cómo se hizo millonario.