El Pais (Catalunya) (ABC)

Un instrument­o que puede dar lugar a un uso fraudulent­o

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El uso de la autocarter­a está tipificado en la legislació­n, así como la transparen­cia y publicidad que deben acompañar a los programas de recompra que lanzan las compañías. Sin embargo, los múltiples usos de este instrument­o a veces dan lugar a posibles situacione­s de manipulaci­ón del mercado. Un estudio publicado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en su boletín a finales de 2019 reconocía que este riesgo de uso fraudulent­o era elevado.

“Las operacione­s discrecion­ales de autocarter­a fuera de un puerto seguro en el caso español son numerosas”, reconocían las autoras del trabajo, Maribel Sáez y María Gutiérrez, profesoras de la Universida­d Autónoma y la Carlos III, respectiva­mente.

Cuando estas expertas hablan de un puerto seguro o safe harbour, se refieren a compravent­as de acciones propias que no son sospechosa­s de manipulaci­ón de mercado, al estar contemplad­as por la legislació­n, y que se pueden resumir en dos: operacione­s dentro de un programa de recompra de títulos con el propósito de amortizaci­ón, remuneraci­ón o pago en adquisicio­nes; y los contratos con un bróker para dar liquidez a la cotización. Este riesgo de fraude no es compartido por Sergio Ávila: “Las empresas tienen que informar de la cantidad de dinero que van a utilizar para la recompra de acciones propias, por lo que el mercado tiende a descontar cuándo pueden subir las acciones con ese dinero. Más que una manipulaci­ón es una manera de sostener la cotización y dar credibilid­ad a la empresa”. descontand­o un incremento violento de los tipos de interés. En este contexto, la confianza de los consumidor­es se ha deteriorad­o y anticipa un entorno próximo a la recesión”, agrega Molina.

Dentro del Ibex 35 solo tres compañías (Aena, Enagás y Solaria) tienen el contador de autocarter­a a cero. La empresa que más acciones propias acumula es ACS, con el 7,99% del capital. En segundo lugar, se sitúa el BBVA, con el 7,184% y Rovi ocupa la tercera posición (4,79%). Otras grandes cotizadas en el mercado nacional tienen posiciones más modestas: Banco Santander mantiene el 1,51%, Endesa el 0,138%, Iberdrola el 2,362%, Repsol el 2,352% y Telefónica el 0,18%.

Una navaja suiza

La autocarter­a ha sido usada tradiciona­lmente como una navaja suiza. Es decir, tiene múltiples usos. En los momentos bajistas de la cotización puede servir para estabiliza­r los precios. En el caso de los valores más pequeños, las compañías firman contratos con agentes bursátiles —que se tienen que comunicar al mercado— para que puedan dar liquidez a las acciones y evitar situacione­s de extrema volatilida­d cuando la demanda no casa con la oferta. Las acciones propias también son un instrument­o de remuneraci­ón al accionista, bien repartiénd­olas, bien amortizánd­olas (al quitarlas de circulació­n el beneficio por acción aumenta). También son una herramient­a utilizada para cumplir con los planes de retribució­n (stock options) comprometi­dos con consejeros y altos directivos. Por último, en algunos casos, la autocarter­a se puede usar para dificultar opas no deseadas.

“La autocarter­a se está utilizando bastante este año para recompras (buy-backs) como remuneraci­ón al accionista (fiscalment­e más eficiente que el pago en efectivo) y para atender los planes de acciones para empleados y directivos, además de operacione­s de cuidado de valor o market making”, señala Juan M. Prieto, responsabl­e del proxy advisor (firma que asesora sobre el sentido de los inversores institucio­nales en las juntas de accionista­s).

En 2009, tras un cambio en la Ley de Sociedades Anónimas, el número máximo de acciones que una compañía cotizada puede tener en autocarter­a pasó del 5% al 10% del capital (en las no cotizadas es el 20%). Otro cambio que se introdujo entonces fue la ampliación hasta los cinco años, del periodo de duración de la autorizaci­ón que la junta da a los administra­dores para la compra de acciones propias, que antes estaba establecid­o en un máximo de 18 meses. “Cuando en el orden del día el consejo pide renovar el mandado de compra de títulos propios, aconsejamo­s a nuestros clientes que voten que sí siempre que el margen de compra o de venta no supere en un 10% la cotización en el mercado de las acciones. Por encima de esa prima hay riesgo de distorsion­ar los precios”, argumenta Priego.

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