Óscar Esquivias “No hace falta ser creyente para leer la Biblia”
Oscar Esquivias (Burgos, 1972) lo ha escrito todo: desde cuentos a poemas, ensayos, artículos y novelas. En colaboración con el dibujante Miguel Navia, acaba de publicar Alguien se despierta a medianoche (Reino de Cordelia), un libro ilustrado que traslada a la actualidad algunos episodios bíblicos, recontextualizados en ciudades como Burgos y Valladolid.
¿Qué podemos aprender de la Biblia los descreídos habitantes del siglo XXI? A escribir poemas de amor, por ejemplo, y, de paso, a amar. No hace falta ser creyente para leer la Biblia.
¿Qué tiene Burgos que no se pueda encontrar en Babilonia? Nada importante. Ya dijo Cavafis que cada ciudad contiene todas las demás. En las aguas del Arlanzón o el Pisuerga se puede ver el reflejo de las torres de Sodoma y Jerusalén.
¿Qué libros le convirtieron en lector? El sulfato atómico y las demás aventuras de Mortadelo. También los tintines, pero estos llegaron un poco más tarde, igual que Julio Verne.
¿Y en escritor? Los mismos y quizá unos libros infantiles que publicó Carmen Kurtz con un protagonista que se llamaba Óscar y vivía aventuras con una oca. También El libro de la selva.
¿Qué película ha visto más veces? Ser o no ser, de Lubitsch, o La boca del lobo, de Lombardi.
¿Su diálogo favorito? En casa nos sabíamos los de La chica de la fábrica de cerillas, de Kaurismäki (no tiene mucho mérito porque es casi muda).
¿Qué está socialmente sobrevalorado? La fama, la popularidad, el éxito televisivo o internetero.
¿Qué suceso histórico admira más? La abolición de la esclavitud. La escolarización obligatoria y universal. La separación de la Iglesia y el Estado.
De no haber sido escritor habría sido… Profesor de instituto, aunque mi vocación sea la de rico heredero que se pasa las horas leyendo a Virgilio y a Montaigne en una casa de campo.