Los comunes pasan definitivamente a la oposición en Barcelona
Tras ocho años en el Gobierno municipal, el partido de Ada Colau abre una nueva etapa en el Ayuntamiento después de rechazar los presupuestos de Collboni
Los comunes de Ada Colau abren una nueva etapa después de ocho años gobernando en el Ayuntamiento de Barcelona y 10 meses desde las últimas elecciones. Barcelona en comú, el partido creado por quien fundó la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), impulsado por activistas, que se presentó en “confluencia” con la histórica Iniciativa per Catalunya, que en 2015 desbancó al alcalde Xavier Trias (entonces CiU) y se hizo con la Alcaldía de Barcelona, pasa definitivamente a la oposición. Colau y sus ocho regidores —con la excepción de Janet Sanz, que lleva cuatro mandatos en el Ayuntamiento— o son nuevos o solo habían estado en el gobierno municipal. Desde el pleno de ayer, con su voto negativo a los Presupuestos del alcalde, Jaume Collboni, y el duro tono de los socialistas con la exalcaldesa, se abre un boquete que aleja una eventual entrada en el Ejecutivo municipal. Los comunes llevaban meses exigiendo pactar en un mismo acuerdo las cuentas y el gobierno.
Está por ver qué impacto tendrá el nuevo papel para Barcelona en comú, el partido del que surgió también la actual Catalunya en comú. También en el Parlament los comunes tumbaron los Presupuestos de la Generalitat hace dos semanas. No calibraron la magnitud del terremoto: convocatoria de elecciones en el Parlament por parte del president, Pere Aragonès, y retirada de las cuentas del Gobierno por parte del presidente Pedro Sánchez, que gobierna en coalición con Sumar y tiene un ministro de los comunes, Ernest Urtasun. Algunos veteranos de la organización alertan del riesgo que suponen las dos negativas. Pero oficialmente no hay autocrítica. Tras las municipales de mayo, los comunes ya solo mantienen el Ayuntamiento de El Prat de Llobregat.
Ante un escenario inédito, otras voces del partido se preguntan cuál será ahora la estrategia en el Ayuntamiento. Cuestionan y lamentan que no ha habido debate en la organización. Que no deberían haber votado gratis a Collboni en la investidura. O que si Colau se hubiera apartado, las cosas serían distintas, porque los socialistas no quieren una figura política de tanto calado en su gobierno. Fuentes del grupo municipal, donde algunos concejales no las tenían todas de dar portazo a las cuentas de Collboni el día que las bases votaron respaldar el no, responden que “el Presupuesto era una partida, y ahora comienza otra”. Además, con la convocatoria adelantada en el Parlament, el frenesí electoral no permite, por ahora, mirada larga.
Tras el pleno de ayer, los comunes están indignados y creen que los socialistas se ensañaron con Colau. También señalan que han actuado de forma “coherente” con el modelo de ciudad que defienden. Insisten en que Collboni es alcalde gracias a ellos y que hicieron el gesto de permitir la tramitación de los Presupuestos esperando un acercamiento del socialista. Y apuntan que pudiendo elegir entre dos coaliciones de gobierno (con Junts o en tripartito con ellos y ERC), se ha quedado solo. Durante la sesión plenaria el PSC fue duro como nunca con Colau. El alcalde, con quien fueron socios dos mandatos, le espetó: “Nunca había visto tanta irresponsabilidad junta en tan poco tiempo. Su actitud ha provocado el bloqueo de tres Presupuestos progresistas de tres gobiernos progresistas que tenían acuerdo”. Y el responsable de economía, Jordi Valls, mantuvo que “la izquierda es plural y no la monopoliza nadie” y pese a reconocer el legado de Colau, le recordó que “las pacificaciones, los carriles bici y el tranvía existían antes” de su paso por la Alcaldía. Fuentes de Barcelona en comú se mostraron muy dolidas por el tono en el pleno, donde Colau no pudo replicar a Collboni, y en las redes sociales. Aseguraron que el alcalde “perdió los papeles” y pidieron “una corrección y una disculpa”.
Mientras, socialistas y ERC exhiben sintonía. Los dos partidos ven en los comunes una “deriva destructiva”. A dúo, señalan a Colau por haber tumbado las cuentas, haciendo notar que en los dos casos han votado con los partidos de derechas. En el PSC algunas voces ven en la actitud de Colau “una ruptura con la tradición de cuatro décadas de apoyo a la izquierda”. Y desde ERC, Elisenda Alamany lanzó puyas: “Nadie entiende que los que defienden gobiernos progresistas voten contra todos los Presupuestos progresistas”. Alamany no se inmutó cuando los comunes la acusaron de ser “comparsa del PSC” tras los acuerdos de Presupuestos con Illa y con Collboni. Antes del adelanto electoral, los republicanos tenían listo el acuerdo con los socialistas para entrar en el gobierno municipal.
Insisten en que han actuado de forma “coherente” con su modelo de ciudad
El PSC se mostró en el pleno de ayer más duro que nunca con la exalcaldesa