El Pais (Catalunya) (ABC)

Cs atribuye la crítica a una “venganza”

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Las palabras de la secretaria de Estado de Asuntos Europeos de Francia, Amélie de Montchalin, cuestionan­do la alianza del partido de Emmanuel Macron con Ciudadanos a causa de los pactos de estos con Vox cayeron ayer como un jarro de agua fría en el partido de Albert Rivera, en plena tormenta con críticas a izquierda y derecha por su política de pactos. Fuentes del grupo de Ciudadanos en el Parlamento Europeo vincularon las palabras de De Montchalin a una “venganza” de la ministra del ramo por haberle retirado Cs el apoyo en Europa.

Ciudadanos comunicó en una reunión este miércoles a Nathalie Loiseau, ministra de Macron para Asuntos Europeos y su jefa de filas en Europa, que no la apoyaría para presidir el grupo europeo. Según fuentes de Cs en Bruselas, esta reaccionó con enfado avisando de consecuenc­ias. En opinión de Ciudadanos, las declaracio­nes de De Montchalin, “mano derecha de Loiseau”, serían esa consecuenc­ia. No obstante, no fue solo De Montchalin, sino también otra fuente del Elíseo la que cuestionó las alianzas de Cs con Vox.

El partido de Rivera contestó a Macron en un comunicado en el que subrayó que la colaboraci­ón con LREM es “estrecha”. / ELSA GARCÍA DE BLAS

señaló De Montchalin. “En el grupo lo estamos estudiando. No queremos tomar decisiones demasiado apresurada­s”, dijeron por su parte fuentes del Elíseo, que consideran que no se puede ignorar qué sucede a nivel nacional y local en España, porque para París “no es una anécdota” lo que pueda suceder.

Pero la alianza Renew Europe sigue en pie de momento. “Miramos la situación política española con atención porque Ciudadanos es hoy un socio central en el nuevo grupo que estamos construyen­do en el Parlamento Europeo. Proseguimo­s con una colaboraci­ón estrecha porque sus diputados impulsan una ambición europea muy fuerte y son aliados para la refundació­n de Europa que nosotros defendemos”, dijo el diputado de LREM Pieyre-Alexandre Anglade, que durante meses contribuyó a tejer las alianzas europeas de su partido. En el mismo sentido, el eurodiputa­do de En Marche Stéphane Séjourné afirmó a EL PAÍS: “Son y siguen siendo nuestros aliados en el Parlamento Europeo. Trabajo con total confianza con Luis Garicano [jefe de filas de Cs en Europa], compartimo­s la lucha contra los extremos”.

Los macronista­s necesitan construir coalicione­s en la UE, más allá del grupo liberal, y los socialista­s españoles —rivales de Cs en España— figuran como socios potenciale­s. Macron ha encontrado en el presidente español, Pedro Sánchez, y en el primer ministro portugués, António Costa, ambos socialista­s, a aliados en sus proyectos europeos. “Estamos muy cerca de Pedro Sánchez, eso es verdad”, dijo la secretaria de Estado Amélie de Montchalin. “La lógica partidista no es buena para Europa. ¿Por qué nos llevamos bien con Pedro Sánchez? Porque tiene prioridade­s para Europa que Macron comparte”, como la crisis climática, reforzar el modelo de la economía social de mercado y acelerar reformas como la del espacio Schengen, entre otras. Y concluye: “Somos miembros del grupo Renew Europe, pero no solo vamos a hablar con los partidos que estén en el grupo. Hay que construir mayorías, proyecto a proyecto”.

Los liberales europeos han recuperado en las elecciones de mayo el puesto de tercera fuerza en la Eurocámara, con 106 escaños según la última actualizac­ión del escrutinio, lo que les la oportunida­d de tener un papel importante en la toma de decisiones durante la nueva legislatur­a. En el grupo, el partido de Macron cuenta con una veintena de diputados. Ciudadanos tendrá siete, una cifra no muy abultada pero que podría ser importante para la estrategia de Macron de impulsar el proyecto europeo.

Pero Rivera ha convertido a Cs en el Partido de Rivera, como Iglesias hizo con Podemos. Y de hecho, tras repartir carnés de constituci­onalistas, ha decidido, a su medida, integrar en el club a la extrema derecha, a la que no va a poder blanquear con la etiqueta cómica de “centrodere­cha liberal”.

Las advertenci­as también vienen del exterior. Lo de Macron puede ser tacticismo, pero Rivera debería estar peleando en Bruselas por Garicano, después de que la candidata francesa a liderar a los liberales, Nathalie Loiseau, haya tenido que renunciar al filtrarse un off the record cáustico en Le Soir contra Manfred Weber y otros colegas. Ahora en la carrera figuran la holandesa Sophie in’t Veld y el sueco Federley. A Rivera parece que Europa le resulta irrelevant­e. Se diría que Rivera sólo tiene una obsesión, y es Sánchez. Tal vez no debería desoír a Borges: hay que tener cuidado con los enemigos porque uno acaba pareciéndo­se a ellos.

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