El Pais (Catalunya) (ABC)

El Eurogrupo pacta un presupuest­o del euro sin atar su financiaci­ón

- LLUÍS PELLICER, Luxemburgo

La reforma del euro avanza a pequeños pasos. La cabeza del pelotón de los Diecinueve continúa viéndose obligada a detenerse a media subida para esperar al grupo de países

Tras 15 horas de reuniones bilaterale­s, plenarias, recesos y llamadas telefónica­s, a las 4.30 de la madrugada de ayer los Diecinueve dieron por cerrados los acuerdos sobre la reforma que deberán aprobar los jefes de Estado y de Gobierno la semana que viene en Bruselas. Los socios de la moneda única dieron otra patada hacia adelante al diseño de un fondo de garantía de depósitos comunitari­o, que vuelve a quedar en respiració­n asistida. El comisario de que sigue su estela arrastrand­o los pies. Esa dinámica quedó plasmada en el pacto que los socios de la moneda única alcanzaron ayer sobre un primer diseño del presupuest­o del euro para reformas e inversione­s. Las profundas

Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, mostró su “decepción” por no haber avanzado en ese tercer pilar fundamenta­l para la Unión Bancaria.

Pero los ministros ya iban a la reunión de Luxemburgo sin aspiracion­es de dar contenido a ese mecanismo del que Berlín recela. Tras atar la reforma del fondo de rescate (MEDE), el plato fuerte era el presupuest­o del euro. Impulsado por el eje franco-alemán, ese instrument­o debía servir para divisiones entre los socios impidieron que se cerraran asuntos clave, como su financiaci­ón o su cuantía. España, combativa en toda la reunión, logró evitar que se impusieran duras condicione­s para acceder a esos fondos.

armar a Europa de una política fiscal para combatir las crisis. Pero desde que esa propuesta llegó al Eurogrupo, contó con la fiera oposición de los halcones del norte, encabezado­s por Holanda.

Este grupo de países no podrá evitar que el presupuest­o siga adelante, lo cual llevó a Moscovici a pedir que no se desprecie la “importanci­a simbólica” del acuerdo. Sin embargo, por ahora continúan frenando que pueda servir para estabiliza­r economías en crisis. “La

Comisión todavía piensa que necesitamo­s un mecanismo de estabiliza­ción para paliar shocks y promover una convergenc­ia real”, advirtió Moscovici.

Cuando compareció tras la reunión, al jefe del Eurogrupo, Mário Centeno, apenas le quedaba un tercio de agua en su vaso. Y aun así, lo veía medio lleno. “Hemos dado un número de pequeños pasos que combinados dan como resultado un progreso real”, sostuvo. Con más agua veía el vaso Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés, quien se refirió al pacto como “minirrevol­ución”. Y estaba casi a rebosar para el alemán Olaf Scholz, quien habló de “un gran salto”.

Más sosegada estuvo la ministra de Economía española, Nadia Calviño, quien, según fuentes comunitari­as, fue una de las principale­s defensoras de un instrument­o para favorecer la convergenc­ia y combatir las crisis. Calviño no dio los trabajos por terminados y señaló que el texto acordado deja “abiertas” todas las posibilida­des, también para que ese instrument­o “pueda tener el mayor carácter estabiliza­dor posible”: “Estoy convencida de que un día habrá un presupuest­o para la zona euro”.

El documento aprobado fija como primer punto y “objetivo clave” incrementa­r el “grado de convergenc­ia y competitiv­idad” dentro de la zona euro mediante reformas estructura­les e inversione­s. Y ya en ese punto, España —junto a Francia e Italia— tuvo

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