Aulas a 38 grados y sin climatización
Directores, sindicatos y familias piden soluciones en los colegios y Educación descarta poner aire acondicionado
Barcelona La primera actividad del día en el instituto Màrius Torres de Lleida es una guerra de agua. El termómetro marca 38 grados dentro del aula, así que buscan formas para hacer las clases más llevaderas. En la escuela Fort Pienc de Barcelona no han medido la temperatura, pero el bochorno por la humedad tampoco hace habitables las aulas, así que estos días echan mano de aerosoles, de una fuente y de la manguera para refrescar a los alumnos.
La ola de calor, con temperaturas superiores a 40 grados en zonas del interior de Cataluña, está convirtiendo las aulas en auténticos hervidores. Los sindicatos denuncian varios casos de desmayos. Los institutos de Lleida han solicitado incluso al Departamento de Educación acabar antes las clases. Familias, directores y sindicatos critican al departamento por la falta de soluciones, mientras Educación descarta climatizar las aulas y recomienda hacer más actividades en el exterior.
Los directores inciden en que los centros no se han diseñado para soportar altas temperaturas. Muchos patios son de cemento y sin sombras. No hay aire acondicionado y solo se puede ventilar abriendo ventanas. En la escuela
Fort Pienc de Barcelona intentan remojar a menudo a los alumnos para refrescarlos, y la directora, Lourdes Mateu, se muestra preocupada ya por el curso que viene. “A ver en qué condiciones vamos a empezar, porque hará mucho calor”, dice.
“Mis alumnos, o están muy excitados, o no se pueden ni mover de su asiento del calor que hace. No son condiciones ni para impartir ni para recibir clase”, se queja Vanessa Coll, profesora de inglés del Instituto Roger de Flor de Barcelona.
El Departamento descarta totalmente instalar aire acondicionado en los centros. “No es sostenible”, justifica Núria Mora, secretaria de Transformación Educativa, que apuesta por persianas, cortinas, crear espacios de sombra en los patios...
“Estamos muy indignados con el departamento porque no se ha pronunciado ni ha enviado directrices o protocolos”, se queja Iolanda Segura, del sindicato Ustec. “Esto es una cosa seria y el departamento no la puede ignorar”, añade Xavier Massó, portavoz del sindicato Aspepc·sps. “Los veranos cada vez serán más duros, pero no se hacen los deberes. El departamento no actúa”, dice Belén Tascón, presidenta de la federación de asociaciones de familias, aFFaC.