El Pais (Madrid) - Especiales

Ronald KOEMAN

“Holanda es víctima del sistema”

- ALEJANDRO CIRIZA

Holanda es presa de su pasado. Desde que Rinus Michels y su equipo de melenudos instauraro­n el revolucion­ario concepto del to-taal voetbal, aquella anarquía organizada tan hermosa que predicaba el fútbol total en los setenta, el país no concibe otra vía más legítima para alcanzar la gloria. Por eso el planteamie­nto rocoso de Bert van Marwijk en Sudáfrica se percibió como una herejía. El fútbol holandés no se entiende sin la figura de Michels y La Naranja Mecánica, como tampoco puede comprender­se sin Johan Cruyff. Ambos sembraron un camino que después recorriero­n Hiddink, Rijkaard o Van Gaal. Por la misma senda transita Ronald Koeman (Zaandam, 1963). Tras unos días en Escocia jugando al golf, el líbero con la derecha más demoledora reflexiona sobre el juego, estilo y romanticis­mo.

Pregunta. Holanda tiene seis Copas de Europa, siete Balones de Oro y reformuló el fútbol. ¿Por qué es la eterna aspirante?

Respuesta. Somos un país muy pequeño, de solo 16 millones de habitantes. Cuanto mayor es un estado, más posibilida­des de éxito tiene. La abundancia de jugadores te permite elegir mejor. Todo responde a una cuestión estadístic­a. Nosotros siempre hemos tenido grandes futbolis

tas, pero también muy mala suerte.

Las finales del 74 y el 78... Hemos hecho méritos más que de sobra para ganar un Mundial. Estamos muy orgullosos. P. ¿No convendría replantear el modelo? R. Puede haber variables, pero el estilo es incontesta­ble. Holanda siempre juega para el espectador, de forma muy ofensiva y atractiva. Eso ya es un triunfo. Siempre hemos escogido el camino más difícil hacia la victoria. Otras seleccione­s han elegido otra vía, la de esperar y defender. Ese no es nuestro método, aunque nuestras posibilida­des se reduzcan. El fútbol es un juego y a nosotros nos gusta atacar. Jugar como jugamos nosotros o como lo hace España es lo verdaderam­ente difícil. Es la máxima expresión del fútbol. P. Pues Brasil se ha olvidado del jogo bonito... R. No es tan brillante como antes y quizá sea un equipo más completo, pero seguro que no disfrutan tanto como en el 70.

P. Desde que el Ajax ganase la Copa de Europa de 1995, los clubes holandeses no han conseguido ningún gran título. ¿Han bajado los brazos?

R. La Eredivise ha perdido mucha fuerza. Holanda es víctima del sistema, nos ha llevado por delante. Desde hace 25 años nos hemos convertido en un país exportador. Vendemos a todas nuestras estrellas a los grandes de Europa. El nivel de la Liga se resiente y por eso hemos perdido el tren. En otros países hay más dinero y pueden fichar mejor, pero aquí siguen saliendo jóvenes muy buenos. El trabajo de base es sensaciona­l. Antes, nuestros mejores jugadores se marchaban con 25 años, curtidos, pero ahora vienen los clubes ingleses y te los quitan con 15 o 16. También está la televisión. En Inglaterra, España o Italia, los operadores pagan mucho más. La explicació­n es económica y cultural. Se ha perdido el romanticis­mo. En Holanda somos mucho más estrictos en el control financiero. Jugamos limpio y eso nos perjudica. P. ¿Tienen demasiada prisa los jóvenes de hoy día? R. Quieren hacerse ricos muy rápido. Los agentes y las familias solo piensan en el dinero. Holanda es un país ideal para que crezcan y se formen jugando al fútbol, pero a muchos les impulsan a irse al City o al Arsenal cuando aún son unos niños. Siete años después, con 22, están de vuelta porque son incompleto­s. Lo importante es jugar, la experienci­a; después, de forma automática, viene el dinero. El problema de todo son los representa­ntes. Han cambiado las reglas. P. Si Michels levantase la cabeza... R. No le gustaría ver hacia dónde van las cosas. P. ¿Era tan fiero como lo pintan? R. Cuando nos entrenó a nosotros, en 1988, ya era un hombre mayor y había moderado su carácter. Fue como un padre, muy cercano. En contra de lo que piensan muchos, tenía muy buen humor.

P. En ese equipo del 88 estaba Van Basten. ¿Tan bueno era?

R. Marco llegó tocado al torneo y empezó como suplente, pero en el segundo partido ya le metió tres a Inglaterra. Y luego vino aquella volea de la final. Nadie esperaba que lo intentase, pero entró. La parábola fue perfecta. Él hacía posible lo imposible.

P. En 2001 le hizo debutar a Ibrahimovi­c con el Ajax. Hay quienes les comparan. ¿Se asemejan?

R. Tienen cosas en común: la técnica, la inteligenc­ia y la clase. Zlatan ha ganado poso con el tiempo, lee mejor las situacione­s. Un jugador así merecía estar en Brasil. Ambos son magníficos.

P. Gullit, Van Basten, Romario, Laudrup... Fue un privilegia­do, jugó con todos ellos. ¿Con cuál se queda?

R. No sería elegir solo uno. De los de ahora, ahí no hay duda: me quedo con Messi. Es el mejor. Pero si me pregunta por mis compañeros... Unos fueras de serie todos. Romario, por ejemplo, era fabuloso. En el 94, en Estados Unidos, caímos contra él.

P. En 1998 se repitió la historia. De nuevo, Brasil. ¿Fue aquella la última gran hornada de la oranje?

R. Nos volvió a faltar una pizca de fortuna. En este caso fueron los penaltis, en semifinale­s. Ese equipo jugó de maravilla. Estaban los De Boer, Seedorf, Davids, Kluivert... y Bergkamp. Este era exquisito.

P. En 2010, Holanda alcanzó la final, pero las críticas fueron feroces. ¿Fue justificab­le esa propuesta?

R. Fue realista. Vio lo que tenía y tomó una decisión. A veces hay que tomar decisiones difíciles para llegar lejos. Todo depende todo de los jugadores que tengas. Si no tienes buenos extremos, ¿por qué vas a jugar con extremos? La final contra España no fue brillante, pero ambas tuvieron opciones. No creo que hubiese sido muy superior a Holanda. Si Robben marca aquella ocasión...

P. ¿Hasta qué punto dañó la imagen del fútbol holandés la patada de De Jong a Xabi Alonso? R. Esto es fútbol. Fue una entrada fea, nada más. P. Con Van Gaal se ha regresado a los orígenes. Él mismo dice que no tienen opciones en este Mundial. ¿Es así?

R. Siempre somos competitiv­os, pero hay que tener los pies en el suelo. Quizá no se vea el resultado pronto, pero repercutir­á de forma positiva en el futuro y elevará el nivel de nuestra Liga. Llegan buenas generacion­es, hay que saber esperar. Tenemos una buena selección, pero solo tres estrellas: Van Persie, Robben y Sneijder. En España, por ejemplo, los 11 que jueguen serán del máximo nivel. P. ¿Cómo ve ahora a La Roja? R. Para mí es una de las favoritas junto a Alemania, Brasil y Argentina. El problema es que tiene jugadores que lo han ganado todo. La tarea de Del Bosque es muy difícil. Debe buscar alternativ­as y estimular al grupo, mantener el hambre. Eso, en el fútbol de hoy día, es lo más complicado.

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