De la cerveza al yogur
Cada semana salen de la fábrica de Damm en El Prat de Llobregat camiones cargados de una materia similar a la arena mojada. En concreto, más de 90.000 toneladas al año. Se trata de bagazo, un subproducto que surge de la cocción de la cebada transformada en malta, junto con el arroz. Así, las granjas de vacuno cercanas a las instalaciones de la cervecera se alimentan de un residuo resultante de la elaboración de la cerveza y, sin saberlo, las vacas de la zona revalorizan el bagazo y le dan una segunda vida como alimento animal.
Este subproducto destaca por su alto contenido en proteína, por encima del 25%. Por ello, tras diversos estudios, desde hace años se distribuye en su totalidad para la alimentación de vacas a las granjas de vacuno de los alrededores de las fábricas de la cervecera. La compañía quiere cerrar así el círculo y reducir al mínimo los residuos que produce. Esa es una de las bases principales de su estrategia que, según la empresa, ya ha conseguido que el 99% de sus desechos sean reutilizados. “Siempre tenemos en cuenta el impacto medioambiental y trabajamos para reducir el consumo y darle una segunda oportunidad a nuestros residuos”, asegura Eduard Tenas, director de compras de Damm.
Una de las granjas que usa este bagazo para alimentar a sus animales es La Fageda, localizada en Girona. Una empresa eminentemente social que consume unas 1.400 toneladas de este producto al año y produce 1,8 millones de yogures a la semana. La Fageda nació en 1982 con la intención de dar trabajo y ayudar a la inserción social de enfermos mentales. De hecho, en la actualidad emplea a 180 personas con dolencias psiquiátricas, más de la mitad de su plantilla (son algo más de 300). “El fundador de la empresa fue Cristóbal Colón, con el mismo nombre que el navegante. La creó tras años de trabajo en hospitales psiquiátricos, donde vio que estos no funcionaban y que era necesario que los pacientes tuviesen empleo para mejorar su autoestima”, explica Albert Riera, portavoz de La Fageda.
Así, Damm consigue reducir sus desechos de forma notable y, además, sacar beneficios de un producto inutilizable para su negocio. “Valorizamos un subproducto que se desechaba. Encaja perfectamente para la dieta de las vacas y de ello se aprovechan las granjas de la zona”, asegura Riera. Una forma de dar una nueva vida al producto, que consigue que ambas partes salgan ganando, como aseguran desde las propias granjas de vacuno: “Ayuda a hacer el forraje y el grano más homogéneo. Tenemos un dietista que se encarga de hacer que la comida tenga un porcentaje determinado de proteínas y grasas para que la leche sea de la calidad que queremos. Además, a las vacas les gusta mucho”, reconocen desde La Fageda.
Esta práctica se repite en otras vaquerías cercanas a los puntos donde existen fábricas de la cervecera Damm. Así, se trabaja con el entorno de forma estrecha, otra de las claves que destaca la compañía de su estrategia para ayudar a los productores locales (más del 95% de los 6.000 proveedores de Damm son nacionales). “Tenemos muchos proyectos enfocados en la proximidad de las materias primas que compramos. Queremos acercarlas todo lo posible porque creemos que es importante y beneficioso para todo el entorno. Todos ganamos: los proveedores porque tendrán más seguridad en su negocio y nosotros porque ganaremos en calidad y proximidad, lo que reduce costes de transporte”, argumenta el director de compras del grupo.
Con todos los proyectos que fomentan la economía circular, el objetivo de Damm es que cada proceso se alimente del anterior. Como destacan desde la empresa, con este proyecto resulta que compran la cebada, la
cual sale de la tierra. Esta, una vez se convierte en malta, se usa en la elaboración de la cerveza, de la que surge el bagazo. Un alimento que se lleva para las vacas, de las que retorna a la tierra de nuevo en forma de abono. Lo que sirve, asimismo, para producir más cebada, con lo que se reinicia el proceso. “La economía circular no es una teoría, es un modelo económico real”, defienden desde Damm.
Mejora energética
La empresa fundada en 1876 reafirma la importancia que tiene para ella la corresponsabilidad social. Es decir, está centrada en la elaboración de un producto de calidad, pero con respeto al medio ambiente y a la seguridad de las personas. “Siempre estamos en la búsqueda de nuevas formas para consumir menos agua, menos energía o revalorizar residuos. Hay muchas ideas sobre esto, aunque hay que esperar para ver su resultado y si funcionan”, afirma Eduard Tenas, director de compras de Damm.
El objetivo de la compañía para este 2017 es realizar un plan estratégico de responsabilidad social corporativa para potenciar el impacto favorable en todo el proceso de elaboración sobre trabajadores, sociedad y medio ambiente. Otro de los aspectos fundamentales de la estrategia del grupo también es la reducción del uso energético, donde ya ha cosechado resultados positivos: un 4% menos de consumo eléctrico y reducción de un 3% del uso de energía térmica en 2016 en los centros de la cervecera. Esto se consigue, entre otras vías, con la renovación de sus instalaciones por modelos más eficientes. Algo que se ha hecho con la implantación del nuevo pasteurizador en la fábrica de El Prat de Llobregat, que reduce un 75% el consumo de agua respecto al modelo anterior. Diferentes proyectos y trabajos enfocados en la mejora energética, que han ayudado a que el 100% de la electricidad consumida por el grupo tenga la certificación de garantía de origen verde. Es decir, que se producen con energías renovables, según Damm.
Además, la compañía participa en más de 50 proyectos sociales, en los que invierte unos tres millones de euros anuales. Entre ellos, los empleados han protagonizado campañas de donación de sangre, recogida de tapones para la Fundación Seur y recogida de alimentos con el Banco de Alimentos, entre otros. También se afianza el uso de parte de sus instalaciones como espacios para la celebración de eventos. Por ejemplo, la Antigua Fábrica Estrella Damm, en Barcelona, acogió en 2016 más de 100.000 personas en 310 actos.
Asimismo, la empresa cervecera lleva a cabo una importante actividad de mecenazgo a través de la Fundación Damm, en los ámbitos cultural, deportivo y solidario. La fundación cuenta, además, con un equipo de fútbol base, el Club de Fútbol Damm y con el Club de Pádel Damm, a través de los cuales se difunden valores como el trabajo en equipo.