Compañero del amigo felino
01 _ y 02 _ Varios linces en los campos andaluces, donde un técnico del proyecto Iberlince les coloca un collar localizador.
Al grito de ¡ Salvemos al lince ibérico!, 25 socios impulsaron, en 2011, Life+ Iberlince, un programa Life de la Unión Europea para recuperar la distribución histórica de este emblemático animal en España y Portugal, coordinado y liderado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía. En este punto, un lector puede pensar: “¿Y qué tendrá esto que ver con responsabilidad social corporativa [ RSC]?”. Todo, porque entre esos 25 socios citados, entre administraciones, organismos públicos y organizaciones no gubernamentales, figuran tres empresas privadas que quisieron aportar su conocimiento: Fomecam ( una ingeniería ambiental), Agroforex ( una compañía agroforestal), Acajú ( comunicación ambiental). La Consejería, como directora de orquesta, las integró en la iniciativa porque tiene claro que esta línea de trabajo al alimón es el camino. “Tratamos de convertirnos en un canal de distribución de la responsabilidad social de las empresas”, lo expresa el viceconsejero, Luis Fernández Garijo.
A veces los primeros contactos tienen lugar de manera informal. Al fin y al cabo, la Consejería se esfuerza por estar en el epicentro de todo lo que tiene que ver con medio ambiente en Andalucía, y porque la relación con el mundo empresarial sea fluida. Un directivo que se acerca en una presentación o una charla: “Viceconsejero, tenemos un proyecto precioso que nos gustaría desarrollar”. El viceconsejero que contesta: “Ve a verme a mi despacho y lo hablamos”. No es que las cosas vayan rápidas a partir de aquí, porque hay filtros que pasar, muchos aspectos técnicos y legales que considerar, una serie de cautelas que tener en cuenta. “Hemos de ser nosotros quienes marquemos los criterios”, recuerda Fernández Garijo. Quizás todo eso ralentice el proceso, pero “también lo hace más seguro”, acota. “La clave está en la transparencia y en la información; dejar claras las reglas del juego, los objetivos e intereses de las partes implicadas, contribuye a mejorar la relación público-privada”.
Y en eso está la Consejería porque los beneficios, que es de lo que se trata, son muchos. Proteger, cuidar, controlar y reintroducir en sus hábitats tradicionales a las poblaciones de lince ibérico no solo ha ayudado a la especie (403 ejemplares en el censo de 2015, 361 de ellos en Andalucía), sino a los trabajadores contratados para el proyecto o a las empresas locales asociadas a la gastronomía, la fotografía o el turismo acti-