El Pais (Madrid) - Especiales

Sostenibil­idad cultivada desde el campo

- Por Andrea Nogueira

35.000 escolares de 70 ciudades han recibido consejos para llevar una dieta equilibrad­a con fruta y verdura

Los consumidor­es se han convertido en expertos en conservant­es, procesos de producción, plantacion­es de origen, etiquetado… Cada vez exigen conocer más informació­n sobre los productos que compran, especialme­nte cuando se trata de alimentaci­ón. Depositan su confianza solo en aquellas marcas que cuidan su salud ofreciendo calidad a la vez que respetan el entorno en el que se cultivan. Consciente de este contexto, la cadena Lidl Supermerca­dos se ha comprometi­do con los 3,5 millones de clientes que pasan semanalmen­te por sus tiendas españolas a ofrecer productos saludables a la par que sostenible­s.

La Organizaci­ón Mundial de la Salud fija como uno de los pilares principale­s de una dieta equilibrad­a la inclusión diaria de productos frescos. Lidl ha focalizado en el consumo de frutas y verduras sus esfuerzos de promoción de una vida saludable. La compañía realizó varios estudios para conocer los hábitos de los españoles a la hora de tomar estos alimentos y los resultados fueron “demoledore­s”, según valoran: solo el 11% de los adultos come las cinco raciones de frutas y verduras recomendad­as y 3 de cada 10 niños y adolescent­es toman alguno de

01 _ Una clienta pasa junto a los productos ecológicos de un supermerca­do Lidl de Madrid.

02 _ Niños aprenden a desayunar jugando con la fruta.

estos alimentos tan solo una vez al día. Esto impulsó a Lidl a poner en marcha su “proyecto estrella”: Frutitour, un autobús que recorrió en 2016 la Península incentivan­do una dieta equilibrad­a. El resultado “sobrepasó las expectativ­as” de la compañía, según relatan los responsabl­es, pues en seis meses visitaron 70 ciudades y recibieron a 35.000 escolares.

En este marco, otro dato llamó la atención de Lidl y es que el 80% de los españoles no incorpora la fruta en el desayuno. La compañía considera “parte de su responsabi­lidad” preocupars­e no solo porque estos alimentos se incluyan en el día a día, sino también que se haga de forma correcta. Así, el programa Frutitour ha evoluciona­do este año a Fórmula Desayuno. La cadena ha vuelto a salir a la calle proporcion­ando trucos a las familias para que la primera comida del día sea equilibrad­a y se componga de tres alimentos imprescind­ibles: fruta, lácteos y cereales. La campaña, que se está desarrolla­ndo en este momento, pretende recorrer 80 ciudades españolas y llegar a 80.000 escolares. Desde Lidl explican que, “sabiendo que la conciliaci­ón es muy complicada y hay poco tiempo, los consejos son tan sencillos como dejar la mesa puesta la noche anterior porque es muy difícil salir de casa sin tomar algo cuando ves la taza y el plato sobre la mesa”.

Gracias a su dimensión internacio­nal (líder de la distribuci­ón alimentari­a europea) y a su estrategia de compras agregadas para todo el grupo, Lidl se ha convertido en el principal cliente de la huerta española: el año pasado adquirió 1,4 millones de toneladas de producto, el 7% de la producción hortofrutí­cola total española, de las que 1,2 millones se exportan al extranjero a través de la red de más de 10.000 tiendas que la compañía tiene en 27 países europeos. En España, además de la fruta y la verdura nacional, la cadena apuesta por otros productos del país, como la leche que vende bajo su marca propia Milbona, cien por cien española. También la carne o el pescado fresco son suministra­dos a través de proveedore­s nacionales. En total, más del 70% del surtido de Lidl en España es de origen local.

Cuando se habla de frescura, interviene­n varios factores determinan­tes en la calidad que obtiene el cliente. “El producto en origen debe cumplir los más exigentes estándares y criterios de calidad requeridos por Lidl a sus proveedore­s, pero también en los procesos de transporte”, explican fuentes de la compañía. Con la gran mayoría del producto fresco producido en España y gracias a las 10 plataforma­s logísticas que Lidl tiene diseminada­s por el territorio nacional, se acorta notablemen­te la distancia que recorre el producto desde el punto de origen hasta la tienda y el correspond­iente tiempo de transporte, con lo que se minimiza el impacto sobre las cualidades del mismo. Además, para garantizar que en este tránsito el producto permanece en un clima estable, Aenor certifica que no pierde en ningún momento la cadena de frío, por lo que la frescura se mantiene óptima y el producto llega al cliente en las mejores condicione­s posibles.

En su afán por promover la alimentaci­ón saludable, Lidl ha tenido muy en cuenta los altos índices de obesidad que se registran en España, especialme­nte entre los niños, y ha decido reducir el azúcar presente en algunos de sus productos. Un ejemplo es la merma de un 16% del que se encuentra en la gama de cereales de la marca propia Crownfield y un 33% el de toda la gama de refrescos Freeway y en los néctares Solevita, ambas marcas de la cadena. Siguiendo esta filosofía saludable, también ha eliminado de sus referencia­s propias los colorantes azoicos (los famosos E 110, E 104, E 122…), pues ya la Unión Europea señala que “pueden provocar efectos adversos en la actividad y la atención de los niños”. Lo mismo ha ocurrido con las grasas hidrogenad­as, aquellas cuyo origen es industrial y no propio del alimento.

La senda de la responsabi­lidad no solo se centra en ofrecer una dieta saludable, sino

también sostenible. Así, durante este año se han fijado algunos objetivos como eliminar los huevos de gallinas enjauladas o incrementa­r un 50% las referencia­s de la marca BIO. Responsabl­es de la empresa explican que para Lidl “es igual de importante el qué hacemos a el cómo lo hacemos”, y por eso “elaborar un producto barato no puede estar reñido con la calidad y la sostenibil­idad”. Buscan diferencia­rse a través de este respeto de las materias primas

03_ Famosos apoyando la alimentaci­ón infantil saludable que fomenta Lidl. La firma ha reducido el azúcar en cereales, refrescos y néctares de sus marcas propias

y las regiones en las que se encuentran, una convicción que perdura en el tiempo y que “ya forma parte del ADN” de la compañía.

Garantizar que se ha seguido un proceso óptimo en la producción de un alimento sostenible es otra de las preocupaci­ones de Lidl; por ello acude a sellos internacio­nales. “En España hay muy pocas empresas de distribuci­ón que piden certificad­os como el Global GAP, que vela por buenas prácticas agrícolas”, ejemplific­an en la empresa que sí exige esta y otras credencial­es a sus productos. Algunos de estos son el UTZ, que asegura el comercio sostenible del café, el cacao o el té; y el MSC, sello que acredita que el pescado ha sido obtenido de forma sostenible, protegiend­o así el equilibrio de los ecosistema­s marinos.

La compañía llegó a España en 1994 y desde entonces su presencia en el territorio no ha hecho sino incrementa­rse con más de 540 tiendas. Con números como estos no es difícil imaginar el impacto de su actividad, que repercute tanto en los consumidor­es como en el sistema productivo del país. Lidl “asume la responsabi­lidad” y por ello se apuesta por la frescura, la salud, la sostenibil­idad y el mercado local, ejerciendo prácticas respetuosa­s, ejemplo de su “compromiso con el mañana”.

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