Los destinos fetiche del actor Fele Martínez
“Las tazas son mi ‘souvenir’ fetiche” Se ha quedado boquiabierto en la laguna glaciar de Jökulsárlón, en Islandia, ha probado piraña en Brasil y le fascinan Lisboa, Berlín y San Francisco. El actor Fele Martínez, un viajero que no para quieto
Sigue grabando la nueva temporada de Estoy vivo para TVE, y mientras tanto, prepara las maletas para emprender la gira por España con la obra de teatro Todas
las mujeres, de Daniel Veronese. Y entre grabaciones y ensayos, Fele Martínez busca ratos para alguna escapada.
¿De dónde acaba de volver?
Mi último viaje ha sido breve: al pueblo madrileño de Patones de Arriba. También me bañé en el Pontón de la Oliva, una presa de tiempos de Isabel II.
¿En qué lugar se ha sentido feliz?
En San Francisco tuve la sensación de que podría vivir allí. Berlín también me fascina.
¿Qué lugar merece la fama que posee?
La laguna glaciar Jökulsárlón, en Islandia. Me dejó boquiabierto.
¿Cuál es su destino favorito?
La ciudad a la que más veces he vuelto ha sido Lisboa. Por su gastronomía y la gente, con la que conecto muy bien.
Describa su vista panorámica favorita.
El valle del Jerte desde el mirador del puerto de Tornavacas, cuando están los cerezos en flor en primavera.
Recomiende un rinconcito genial.
Siempre me ha encantado el arco de San Ginés de Madrid, donde está la famosa churrería. Y la judería de Hervás, en Cáceres.
De niño, ¿cómo eran sus vacaciones?
Íbamos a la playa de San Juan, en Alicante, y nos juntábamos una tropa de niños que nos movíamos entre la playa y la piscina.
¿Cuál fue el souvenir más lamentable que compró?
No sé si es lamentable, pero colecciono tazas de los sitios a los que voy. Y a mi padre siempre le traigo una gorra y a mi madre una cucharita, que las colecciona. Es toda una tradición.
¿Cuál es el personaje más extraño que ha conocido en sus viajes?
Fue en Portugal, durante el rodaje de un documental. Aparecía un hombre que nos hablaba de los árboles como si fueran amigos suyos. Un tipo curioso.
¿Turista activo o tumbado al sol?
Me gusta caminar, ver cosas. No me quedo quieto.
¿Qué prefiere, museos o paseos?
Me encanta patear las calles, pero en Florencia, por ejemplo, me saqué un pase de museos y me hinché a ver arte.
¿Qué se ha llevado de un hotel?
Arramplo con los cepillos de dientes.
Describa un plato memorable que probó durante un viaje.
Una sopa de piraña en Corumbá, en Brasil. Estaba muy especiada y no apreciaba bien el sabor de la piraña.
¿Qué no puede faltar en su maleta?
Un libro. De papel.