El Pais (Madrid) - Especiales

Iberdrola

Un vikingo español para proteger el planeta

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Cada uno de los 70 gigantes de acero pesa 670 toneladas, tiene brazos de 67 metros y alcanza, desde la base, una altura de 270 — tan solo 54 menos que la torre Eiffel— contra la que poco podría haber hecho Don Quijote. Hablamos de Wikinger ( vikingo, en alemán), el parque eólico marino inaugurado por Iberdrola el pasado mes de octubre en aguas alemanas y la primera instalació­n de su clase diseñada y operada íntegramen­te por una empresa española. Con una potencia de 350 megavatios, suministra­rá energía limpia y eficiente a 350.000 hogares alemanes (el equivalent­e al 20% de la demanda energética del Estado de Meckleburg­o- Pomerania, donde se ubica), y evitará la emisión de casi 600.000 toneladas de dióxido de carbono al año.

Una apuesta por la sostenibil­idad que se enmarca en el compromiso de la compañía con los Objetivos 7 y 13 para el Desarrollo Sostenible ( ODS) de Naciones Unidas, referidas a la generación de “energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos” y a la adopción de “medidas urgentes para combatir el cambio climático”, respectiva­mente. Con una capacidad de más de 16.000 megavatios ( y 500 más en camino), Iberdrola es el primer productor de energía renovable en España y un líder mundial en generación de ener-

EL OBJETIVO DEL GRUPO ELÉCTRICO ESPAÑOL ES REDUCIR EN UN 50% SUS EMISIONES ESPECÍFICA­S DE CO2 EN 2030 Y ALCANZ1R LA NEUTRALIDA­D EN CARBONO EN EL AÑO 2050

gía eólica, presente no solo en la Unión Europea y Reino Unido sino también en EE UU, México y Brasil. ¿Por qué un parque eólico marino? “La eólica marina tiene dos ventajas: por un lado, el recurso eólico es superior y el régimen de vientos más constante; por otro, no ocupa terrenos, lo que es especialme­nte relevante para países densamente poblados”, sostiene Roberto Fernández Albendea, director de Responsabi­lidad Social Corporativ­a (RSC) y Reputación de Iberdrola. Además, en el mar se reduce el impacto visual y acústico sobre el paisaje, al encontrars­e alejados de los núcleos urbanos; y ello a su vez facilita que el diámetro de las palas sea mayor y pueda generar una mayor cantidad de energía.

Wikinger es solo el nuevo miembro de la familia, pero no el único: Iberdrola gestiona ya el parque de West of Duddon Sands, en el mar de Irlanda (389 megavatios para 300.000 hogares), se ha adjudicado la construcci­ón de otros dos parques eólicos marinos en Alemania y construye ya el East Anglia One en aguas del Mar del Norte, que con 714 megavatios abastecerá de energía limpia a más de medio millón de hogares ingleses. Y aún hay más proyectos.

La estrategia de Iberdrola muestra que la reconversi­ón hacia un modelo sostenible con el planeta no solo es posible sino que es, además, económicam­ente rentable, como apunta Fernández: “Es una oportunida­d para el sector privado, para el que se abren nuevos modelos de negocio (…). Cada empresa debe detectar cuáles son los ODS a los que más puede contribuir, y priorizarl­os; lo lógico es que estén vinculados a su operativa de negocio”. Un razonamien­to que es tan aplicable al campo energético como a muchos otros: los beneficios llegarán si se dedican tiempo y recursos a la investigac­ión y el desarrollo. En el sector energético, los avances tecnológic­os han permitido reducir progresiva­mente los costes de las renovables. Desde 2001, Iberdrola ha invertido 95.000 millones de euros en energías limpias, redes y almacenami­ento eficiente, “con proyectos como

IBERDROLA HA AUMENTADO LA PRESENCIA DE MUJERES EN SU PLANTILLA EN UN 50% A LO LARGO DE LA ÚLTIMA DÉCADA

el STAR (contadores inteligent­es y digitaliza­ción de la red de distribuci­ón) en España, y plantas hidroeléct­ricas de bombeo (el sistema de almacenami­ento actualment­e más eficiente). Un ejemplo es la central de La Muela, en Valencia, la mayor de Europa de este tipo”, afirma Fernández.

El objetivo del grupo eléctrico español es reducir en un 50% la intensidad de sus emisiones específica­s de CO respecto a las 2 de 2017 en 2030 y ser neutros en carbono para el año 2050. Un compromiso que ya ha conseguido que su nivel de emisiones sea un 38% más bajo que la media europea del sector y que el 60% de la capacidad total instalada por Iberdrola sea ya renovable, según datos de la propia compañía. Forma, además, parte de numerosos índices de sostenibil­idad internacio­nales como el Dow Jones Sustainabi­lity Index y el FTSE 4Good.

La conciliaci­ón laboral, una prioridad

La apuesta de Iberdrola por los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la ONU, imbricados en su estrategia corporativ­a, se dejan ver más allá de la estrategia industrial de la compañía. En línea con el ODS 5, “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”, el grupo ha aumentado la presencia de mujeres en un 50% a lo largo de la última década, además de ser una de las empresas del Ibex 35 con mayor presencia femenina en su Consejo de Administra­ción (36%).

La conciliaci­ón laboral y familiar de sus trabajador­es es también una prioridad que se observa en una amplia batería de medidas, entre las que destacan la reducción flexible de la jornada a cinco horas diarias hasta que el niño cumpla un año ( sin merma salarial); el abono del 100% del salario en bajas por maternidad o paternidad; la ampliación de la reducción de la jornada por lactancia a 45 minutos y la de reserva del puesto de trabajo por un máximo de cuatro años en caso de excedencia, tanto para cuidar hijos como familiares hasta el segundo grado.

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