Kutxabank
Oficinas que no dejan huella
KUTXABANK PROPORCIONA VENTAJAS A CLIENTES QUE COMPARTEN SU PREOCUPACIÓN POR UN MUNDO MÁS LIMPIO. COMO LOS PRÉSTAMOS VERDES, DESTINADOS A LA COMPRA DE ELECTRODOMÉSTICOS VERDES O COCHES ELÉCTRICOS O HÍBRIDOS
Clic. Se ilumina una línea de luces. Clic, clic, clic, clic… Así, hasta encender todas las lámparas, servidores y ordenadores; todas las impresoras y todos los equipos que consumen energía cada día en las más de 900 oficinas de la red del grupo Kutxabank. Es difícil pensar que esa acción de encendido deje una pequeña huella en el medio ambiente. Pero es mucho más fácil imaginar el impacto que la actividad bancaria, sin ser la de una gran factoría, deja cada día en el ecosistema.
“Estamos empeñados en lograr una optimización de nuestro consumo energético”, asegura Javier García Lurueña, consejero delegado de Kutxabank. “Debemos tender a la utilización de energías más limpias, para lograr con ello una mejora de nuestra huella ambiental”. Con este objetivo claro, ya el año pasado logró un ahorro de 4.000 toneladas de CO , pero en el espíritu de la 2 empresa late siempre el esforzarse un poco más en el cuidado del planeta. Por eso, este mismo año Kutxabank se convirtió en el primer banco en firmar un contrato de compra de energía renovable a largo plazo.
Tras su acuerdo, Iberdrola proveerá de energía renovable, procedente de su planta extremeña Núñez de Balboa, a todas las oficinas de la entidad. “El contrato —explica García Lurueña— supondrá el ahorro de 15.000 toneladas al año de emisiones de CO a la atmósfera, consiguiendo así redu2 cir aún más el impacto ambiental que pueda suponer nuestra actividad”.
A pesar de lo novedoso de este contrato, el empeño por minimizar su huella ambiental no es nada nuevo, como asegura el consejero delegado. “Desde hace unos años, una parte de las emisiones de CO 2 se compensan con la gestión de 1.422,80 hectáreas de bosque, que son propiedad del banco. La entidad dispone para la explotación de estos espacios de un Plan de Gestión bajo Certificación que garantiza su Gestión Forestal Sostenible”.
Kutxabank mantiene una intensa actividad en el campo de la responsabilidad social corporativa (RSC). “La RSC nos viene de serie”, dice García Lurueña. “Destinamos una parte muy importante de nuestros beneficios, el 50% en los últimos tres años, a dividendo social”. Ese esfuerzo sitúa a la entidad vasca como la segunda en términos absolutos a escala nacional, pero “de largo la primera en función de tamaño por activos”.
La interiorización de este concepto supone para Kutxabank la implicación de todos sus actores en esta política. “Tratamos de que nuestros proveedores se adhieran, como ya hemos hecho nosotros, al Pacto Mundial de Naciones Unidas; participamos en foros relacionados con la RSC o sostenibilidad; impulsamos iniciativas para implicar a la plantilla en actividades sociales”, indica el consejero delegado de la entidad. Además, proporcionan ventajas a aquellos clientes que compartan su preocupación por vivir en un mundo más limpio. “En la oferta de productos y servicios financieros contamos con la denominada línea de Préstamos verdes”, continúa. “Una financiación en condiciones más ventajosas si se destina a la adquisición de electrodomésticos y vehículos eléctricos o híbridos, energéticamente más eficientes”. En la memoria medioambiental de Kutxabank se menciona el esfuerzo en pos de “mejorar la sensibilización ambiental de nuestros clientes, del personal y de la sociedad, promoviendo prácticas de voluntariado corporativo”.
Para la entidad hay tres ideas claves en el desempeño de su política de RSC: sosteni-
FINANZAS PARA LA VIDA ES UN PROGRAMA QUE FORMA A LOS NIÑOS Y JÓVENES SOBRE CONCEPTOS ECONÓMICOS
bilidad económica, equidad social y calidad ambiental. “Estos tres conceptos engloban nuestro modelo de gestión y nuestro triple compromiso con el medio ambiente, la sociedad y la rentabilidad del modelo de negocio”, aclara Javier García Lurueña. Kutxabank pretende obtener una máxima rentabilidad y solvencia “favoreciendo el desarrollo económico de la sociedad en la que opera, sin perder por ello su compromiso con la protección del entorno, y aportar el valor económico y social a través de la distribución del 50% de sus beneficios a las fundaciones bancarias accionistas BBK, Kutxa y Vital, que desarrollan sus propias Obras Sociales”, termina.
La financiera se encuentra fuertemente arraigada en su entorno y es, en palabras del consejero delegado, “líder en Euskadi en financiación a PYMES —las mayores generadoras de empleo— y en hipotecas de vivienda, con cuotas por encima del 35%”. “Todo ello junto con la mayor capilaridad de nuestra red contribuye a minimizar la exclusión financiera”.
Kutxabank Gestión, la gestora de Fondos de Inversión del Grupo, y Fineco, la división de Banca Privada, han sido también pioneras a la hora de adherirse a los principios de inversión responsable de Naciones Unidas. “Ambas gestoras han suscrito este ideario que integra parámetros ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG) en el análisis y en los procesos de toma de decisiones acerca de sus inversiones”.
Siendo muy importantes los datos, cuando García Lurueña sonríe abiertamente es al hablar de los 24.500 robles, hayas y pinos que pueblan los bosques sustentados por Kutxabank en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Esos árboles son la parte más visible de un esfuerzo diario para minimizar la huella que sus operaciones dejan en el ambiente y maximizar los resultados de una política de RSC pionera en todo el Estado.