Las biofactorías lideran el cambio
La vieja idea de fabricar, consumir y tirar está cediendo el paso a otra que defiende la reducción en la producción de bienes y una disminución sustancial de lo que se desecha. Es lo que se llama pasar de una economía lineal a otra circular. Este concepto aplicado al agua se traduce en la transformación de las estaciones depuradoras en biofactorías, aplicando tres criterios de selección: la reutilización del agua, la generación de energías renovables y la valorización de residuos. “SUEZ España apuesta por este modelo de economía circular dentro de nuestro compromiso de lucha contra el cambio climático. Lo queremos extender a algunas plantas. Llegar a todas no es viable, pero hay una línea de trabajo hacia una transformación de las estaciones de tratamiento de agua residual”, señala Meijide, que destaca el caso de éxito de la biofactoría de Granada Sur. En esta biofactoría de Granada se trabaja en los tres criterios, pero el más importante es el de la energía. Así, se produce energía renovable a partir del biogás generado en el proceso de depuración del agua, y se utiliza para autoabastecer a la propia planta y a la flota de coches eléctricos con la que cuenta. Además, el agua residual una vez regenerada se utiliza para usos agrícolas, y los lodos, arenas y grasas que se crean en la depuración se convierten en compost. El objetivo de la biofactoría de Granada es lograr la autosuficiencia energética en todo el ciclo del agua en 2020. Este modelo también ha sido materializado con éxito en Santiago de Chile, cuya biofactoría ha sido un referente reconocido por Naciones Unidas.