Debate sobre el futuro de la Ley de Leyes
Los grupos representados en las Cortes apenas debaten en ese foro sobre la reforma de la Norma Fundamental. EL PAÍS ha reunido a cinco parlamentarios (tres hombres y dos mujeres) de PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos y PdCat para analizar el futuro de la Const
Parlamentarios de los principales grupos políticos han aceptado la tarea de revisar la Constitución y debatir sobre sus principales virtudes y carencias. Lo que sigue es un diálogo a cinco bandas (PSOE, PP, Ciudadanos, Podemos y PdCat) sobre el futuro de la Norma Fundamental que ahora cumple 40 años.
MELISA RODRÍGUEZ ( CIUDADANOS). Es indispensable reformar la Constitución, y más con las noticias de estos días, para que realmente se garantice la independencia del Poder Judicial, para que se introduzcan nuevos derechos para la ciudadanía. Con las mayorías que tenemos ahora creo que más alla de modificar la norma sobre la línea sucesoria de la Corona, más allá de eso, poco consenso hay para hacer las reformas de calado que necesita nuestro país.
PILAR GARRIDO ( PODEMOS). Ha habido un paulatino vaciamiento de la parte más social de la Constitución por diferentes actuaciones, que vienen de la Unión Europea. La reforma del artículo 135 constitucionalizó la austeridad y antepuso los intereses del pago de la deuda a los de la ciudadanía. Todo eso ha provocado que las comunidades y ayuntamientos no puedan desarrollar sus competencias. Hay tres o cuatro ejes fundamentales sobre los que hay que actuar. El social: hay que recuperar los derechos sociales y fortalecerlos. El eje territorial es una cuestión no resuelta, hay que reconocer que estamos en un estado plurinacional y trasladar esa idea al texto constitucional. Desde el punto de vista institucional, hay que caminar hacia instituciones más democráticas y transparentes. Y es hora de hablar ya de la Monarquía.
FRANCISCO MARTÍNEZ ( PARTIDO POPULAR). No comparto las valoraciones de Podemos, nos sentimos reconocidos y orgullosos de la Constitución de 1978, en la que vemos un éxito para una España plural y diversa que no solo ha crecido economicamente sino también en libertades y en derechos.
Estamos dispuestos a sentarnos en todos los foros para discutir sobre ideas de una reforma constitucional. En nuestro caso, estaríamos en la línea de hablar de reformas constitucionales que fortalezcan al Estado, que no quiere decir que lo hagan más centralista. Pero creo que ahora no se dan las condiciones para eso.
GREGORIO CÁMARA ( PSOE). Nuestra Constitución es una buena Constitución que atendió a las demandas de la segunda mitad del siglo XX, pero ya en el siglo XXI han aparecido en escena numerosos cambios sociales, políticos y económicos. Las normas constitucionales se tienen que adecuar a los tiempos, tiene que haber un equilibrio entre estabilidad y dinamismo. Nuestra Constitución tiene mucha estabilidad pero le falta mucho dinamismo. En el ámbito social, hay que incluir nuevos derechos y reforzar las garantías de otros. Hace falta revisar a fondo la organización territorial en sentido federal, teniendo en cuenta que el estado autonómico ha evolucionado con una dinámica federalizante; hay que incluir el tema de Europa que tiene que estar en el texto constitucional, y es importante reforzar la autonomía local y reformar los procedimientos de reforma de la Constitución. En esta situación política, hay dificultades para el consenso, pero quiero recordar que el consenso no es algo que nos venga del cielo sino que lo fabricamos nosotros, y para eso hay que hablar. Podemos abrir un tiempo de reformas puntuales, empezar por ahí y ver cómo se pueden generar consensos realmente importantes.
CARLES CAMPUZANO ( PDCAT). La solución al conflicto de Cataluña con el Estado, hoy por hoy, no está en el debate de la reforma de la Constitución. El origen de la crisis constitucional que se ha vivido en Cataluña durante estos años está en la ruptura del pacto constitucional con la sentencia contra el Estatuto de Cataluña de 2010. Si existe alguna prioridad política no es la reforma de la Constitución, quizás sí, sino encontrar las vías democráticas y legales que permitan resolver ese conflicto, en un contexto de una tremenda anormalidad,