Tras los pasos del Quijote
La huella del caballero andante que retrató Miguel de Cervantes atraviesa de sur a norte Ciudad Real, la provincia con más espacios naturales protegidos de la península Ibérica.
Es la tierra que inmortalizó Miguel de Cervantes en ElQuijote, la provincia con más espacios naturales protegidos de la península Ibérica, y un lugar donde el arte y la cultura ocupan letras mayúsculas, en museos y eventos de referencia como el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro. Las sorpresas se suceden también bajo tierra, con minas que son Patrimonio de la Humanidad, y en la mesa, con manjares como el queso y el cordero manchego, y vinos con Denominación de Origen como los de Valdepeñas o La Mancha. La provincia de Ciudad Real ofrece tantos tesoros que lo mejor es descubrirlos sin prisas y dejarse llevar para exprimir al máximo toda su esencia. El Quijote vive. De norte a sur, las huellas de Don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza impregnan pueblos y ciudades. Un buen punto de partida para conocer las andanzas del caballero andante es el Museo del Quijote de Ciudad Real, donde unos espectaculares montajes multimedia trasladan al viajero al siglo XVI. En Argamasilla de Alba, la Cueva Prisión de Medrano desprende un ambiente mágico y recuerda que aquí estuvo encarcelado Cervantes. No lejos de allí, en Alcázar de San Juan, el Museo Casa del Hidalgo recrea la vida cotidiana de un hidalgo de Castilla en la época cervantina, como pudo ser Alonso Quijano, protagonista de la novela. Y, por supuesto, Villanueva de los Infantes, capital del Campo de Montiel, donde se respira Siglo de Oro a cada paso. En sus calles y plazuelas se desarrollan varios episodios del Quijote y la localidad le rememora cada año en mayo, con una marcha por la Ruta del Quijote, y en septiembre con un Mercado Cervantino. De camino al sur, la Venta de la Inés evoca otra obra imprescindible de Cervantes, las Novelasejemplares. Y más al norte, un icono mundial en Campo de Criptana: los molinos de viento que inspiraron los gigantes imaginarios contra los que se enfrentó Don Quijote. Una provincia con mucho arte. Con la figura del Quijote aún en la retina, el camino se dirige ahora a Almagro. Declarado conjunto histórico-artístico por la belleza de su casco antiguo, aquí se encuentran monumentos imprescindibles. Uno de ellos es el Corral de Comedias (siglo XVII), el único que se conserva en su estado original y que se convierte en escenario principal, en verano, del Festival Internacional de Teatro Clásico. Otro edificio soberbio, el de los antiguos Palacios Maestrales, alberga el Museo Nacional de Teatro. La memoria de dos manchegos ya desaparecidos está presente en otros dos museos más ubica-
dos en Manzanares. Uno evoca al diseñador de moda Manuel Piña; el otro, al legendario literato (y matador de toros) Ignacio Sánchez-Mejías. En Tomelloso, más de un centenar de lienzos y óleos del Museo Antonio López Torres recuerdan la obra de este pintor. Y en Puertollano se sitúa el Museo Cristina García Rodero, el primer centro de España dedicado a una fotógrafa. 20.000 kilómetros de naturaleza. ¿Sabías que Ciudad Real cuenta con dos parques nacionales? El de Cabañeros es uno de los montes mediterráneos mejor conservados de la península y cada otoño es el escenario de un espectáculo sonoro inigualable, el de la berrea de los ciervos. Numerosas rutas pedestres atraviesan este espacio natural en el que nos podemos topar con águilas imperiales, linces, ciervos, corzos y gamos. Otra parada obligada es en las Tablas de Daimiel, un humedal declarado Reserva de la Biosfera que esconde uno de los ecosistemas más valiosos del planeta. Una gigantesca encina milenaria es uno de los emblemas del Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona, donde además de monumentos naturales protegidos podemos asomarnos a pinturas prehistóricas de 4.000 años de antigüedad. Sin olvidarnos de las Lagunas de Ruidera. El sonido del agua que generan estas 15 lagunas encadenadas nos acompaña en el camino. Aquí situó Cervantes la aventura del Quijote en la Cueva de Montesinos, una gruta de 80 metros de profundidad que se puede recorrer en compañía de un guía. Sorpresas bajo tierra. Nos sumergimos ahora en el subsuelo. El Parque Minero de Almadén, declarado Patrimonio de la Humanidad, propone un fascinante itinerario por las entrañas de la tierra a través de una de las minas más antiguas del mundo (¡tiene más de 2.000 años!). Mientras, en Granátula de Calatrava, la lava ha esculpido los parajes lunares del volcán de Cerro Gordo. Vale la pena pasear por los caminos que atraviesan su interior y conocer sus secretos. De la tierra a la mesa. El mejor remate a este viaje por Ciudad Real espera en la mesa, con una gastronomía caracterizada por la calidad y la tradición que se refleja en productos como el queso manchego, el cordero, el aceite de oliva virgen extra (con DO de Campo de Calatrava, Campo de Montiel y Montes de Toledo), el azafrán, la berenjena de Almagro, la carne de caza y el pimiento, base del imprescindible pisto manchego. Cervantes también está presente en platos como las migas, las gachas y los duelos y quebrantos, ya reflejados en el Quijote. Todo ello regado con los vinos de las DO de La Mancha y de Valdepeñas, que conforman el mayor viñedo del mundo.