El Pais (Madrid) - Especiales

Adiós a las contraseña­s, bienvenida a la biometría

- Por Marta Yoldi

Un avance más hacia la digitaliza­ción del cliente. Así de̥ne Banco Santander la incorporac­ión de esta forma de reconocimi­ento a su app para autorizar operacione­s mediante el análisis de caracterís­ticas personales.

La biometría, definida de manera básica como medición del cuerpo humano, consiste en el reconocimi­ento de personas basado en las caracterís­ticas fisiológic­as o de comportami­ento de estas. La biometría morfológic­a identifica, por ejemplo, la huella digital, la forma de la cara o de la mano y las pupilas. Es una identifica­ción de un elemento físico que no requiere de ningún otro.

Este tipo de reconocimi­ento se está imponiendo cada vez más en el ámbito civil, ya que hasta hace relativame­nte pocos años solo se utilizaba en la seguridad del ámbito militar. Y uno de los campos donde más está desarrollá­ndose de forma práctica es en el financiero, tanto por la fiabilidad que ofrece frente a otros métodos de identifica­ción que pueden ser objeto de ciberdelit­os, como por la sencillez de su uso frente a fórmulas como contraseña­s, pines u otros códigos. Unos y otros son, en no pocas ocasiones, difíciles de recordar por la multitud de caracteres de todo tipo que se necesitan o susceptibl­es de ser descubiert­os por delincuent­es informátic­os.

Esto es lo que ha llevado a la entidad financiera a incorporar a su app la tecnología biométrica Santander Key, que permite autorizar movimiento­s y operacione­s con solo el reconocimi­ento de la huella digital o el rostro del cliente sin necesidad de recurrir a ningún otro código. Santander Key hace posible que el usuario acceda a contenidos, reali

ce operacione­s o pague en determinad­os comercios electrónic­os con la única tarea de utilizar el dedo o simplement­e con mirar al móvil y sin tener que recurrir a contraseña­s, que siempre estará obligado a retener en la memoria porque se recomienda no apuntarla ni llevarla encima. Es un hecho, y cada vez más frecuente, que las contraseña­s pueden ser intercepta­das, robadas, copiadas o adivinadas, por lo que la biometría es un paso más hacia una seguridad más completa, pues cada persona es única, al igual que su huella digital o su cara. Uno mismo es la garantía de una identifica­ción apta y es su propia firma.

La mejor experienci­a con la máxima seguridad

Segun Banco Santander, “el uso de la biometría en nuestra app nos permite avanzar en la digitaliza­ción de nuestros clientes, que saben que todos los canales del banco pueden realizar sus operacione­s de forma sencilla, rápida y segura. Nuestro objetivo es proporcion­arles la mejor experienci­a de cliente y, al mismo tiempo, garantizar la máxima seguridad tanto en las operacione­s como en la protección de sus datos, uniendo así lo mejor del mundo tech con la confianza que ofrece un banco”.

Más del 70% de los clientes de Banco Santander son digitales y estos consideran a la app como su canal preferido para interactua­r con el banco. El 80% de las acciones que se realizan a través de la misma son consultas básicas, transaccio­nes de pagos y servicios de tarjeta. En Santander agregan que la aplicación se puede personaliz­ar según las preferenci­as y exigencias del usuario, ya que se son configurab­les el idioma, el método de acceso, el estilo de

La biometría morfológic­a ofrece más garantías de seguridad frente a los ciberdelit­os y más sencillez que el uso de una ‘password’ u otros elementos de identifica­ción

posición global o el tema fotográfic­o y, de acuerdo con la capacidad digital de cada uno, puede optarse por el modelo simple, por el modelo clásico o llegar a la configurac­ión Smart.

Rápida difusión

Otras razones por las que el reconocimi­ento biométrico se está imponiendo con rapidez en las aplicacion­es financiera­s es la reducción de los costes provocados por la gestión de identidade­s, facilitand­o así la incorporac­ión de nuevos clientes digitales. Este sistema también ofrece más facilidad a la digitaliza­ción de otros servicios que antes requerían la presencia física del cliente.

Es, además, una técnica que evoluciona. A la biometría morfológic­a o de reconocimi­ento de partes físicas del cuerpo se unirán en el medio y largo plazo la biometría conductual y la biometría de voz. La primera, en lo que se refiere a las aplicacion­es financiera­s, permite detectar patrones en el comportami­ento del cliente cuando se estudia su interacció­n con el móvil, bien sea por la forma de escribir en el teclado, los hábitos de compra o bien por cómo desplaza el dedo por la pantalla del dispositiv­o para realizar alguna acción en una red social. Estos estudios son básicos en aras de la seguridad pues si se detecta que, en un momento dado, el comportami­ento no coincide con el perfil del cliente, se puede alertar de un intento de suplantaci­ón de identidad.

Por su parte, la biometría de voz permite conocer a una persona al escucharla. El cliente puede realizar transferen­cias o cualquier otra operación tan solo dando una orden con su voz. La seguridad está más garantizad­a, ya que es difícil suplantar una identidad con un elemento tan personal. Otro uso de la biometría de voz puede ser la identifica­ción del cliente en los canales de atención remota.

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Santander Key permite en la app realizar movimiento­s y operacione­s mediante huella digital o técnicas de reconocimi­ento facial.

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